Magazine AM:PM
Publicidad
Entrevistas Tommaso Benciolini. Foto: Cortesía del artista. Tommaso Benciolini. Foto: Cortesía del artista.

Técnica y arte tienen una raíz común. Entrevista a Tommaso Benciolini

Tommaso Benciolini visitó Cuba por cuarta vez en medio de la revolución cultural que constituyó este noviembre en La Habana, mes en el que coincidieron varios festivales: Música Contemporánea, Habana Clásica y Mozart Habana, a lo que se sumó la celebración de la Semana de la Cultura Italiana en nuestro país. Los que tuvimos la suerte de ir a sus conciertos lo escuchamos transitar por universos estéticos tan distantes como los de Giovanni Sollima (Palermo, 1962) y Antonio Vivaldi (1678-1741). Tommaso confiesa que cada una de sus visitas a la isla ha sido mejor que la anterior. El joven flautista vive en Verona, donde recientemente fue nombrado profesor de flauta en el Verona Conservatory “E. F Dall’Abaco”. Desde que era un estudiante tuvo claro que quería apostar por la libertad creativa de ser un flautista freelance, para poder asumir proyectos musicales y artísticos propios. Este es un camino arriesgado (normalmente los flautistas buscan posicionarse en orquestas de renombre, para obtener una estabilidad de trabajo y financiera).  Luego, Benciolini comenzó a consolidar su camino de solista y fundó L’Appassionata, orquesta de cámara con la que ha grabado su primer disco, bajo la etiqueta de Sony Classical.

Tommaso, esta es tu cuarta vez en Cuba como flautista. Cuéntame cómo llegaste aquí  por primera vez y por qué seguiste viniendo. 

En el 2014 yo estaba como joven profesor en un conservatorio italiano, donde también impartía clases un coterráneo, pianista y compositor  de unos 60 años que, según me contaba, había ya tocado en Cuba. Ese año fue invitado nuevamente por el maestro Guido López Gavilán al Festival de Música Contemporánea. Me dice: “Voy a ir a Cuba, que estoy invitado a tocar” y yo un poco en broma le digo: “Podríamos hacer un programa juntos”. Y el maestro (bastante mayor que yo) me miró un rato y me respondió: “De acuerdo, vamos a hacerlo”… Yo no me lo creía; pero comenzamos a preparar un programa de música italiana contemporánea y del siglo XX y finalmente vinimos. Esa fue mi primera vez aquí; tocamos en Guantánamo y después en La Habana. Llegamos por Holguín y de ahí nos llevaron para la Uneac de Guantánamo. Fue un concierto que llevaré siempre en mi corazón como uno de los momentos más especiales de mi vida; recuerdo con mucho placer aquella sala súper llena, todo el mundo escuchando esta música contemporánea italiana para flauta y piano, atentamente, en una atmósfera muy, muy especial… Después tocamos aquí, en la Basílica, el mismo programa, también en un ambiente mágico. Y yo pensé desde esa primera vez: tengo que regresar aquí todas las veces que sea posible. 

Y lo hice muy pronto, en el 2015. Entonces yo tenía una novia violinista, y montamos para esa oportunidad con el mismo pianista, más flauta y violín, un programa de música italiana del siglo XX que nosotros llamamos música moderna y algunas piezas contemporáneas de compositores italianos vivos. 

La tercera visita fue en el 2019. Yo quería regresar, pero el pianista se había retirado del conservatorio de nivel superior y ya no tenía ganas de viajar tanto. Me decía que estaba muy mayor, que ya había venido varias veces, y yo le insistía en que me encantaba tocar aquí. Entonces hablé con otro pianista, con quien toco regularmente que sí se apuntó y vinimos. En esa oportunidad traje algunas piezas para flauta y piano, y otras para flauta sola, y tocamos en San Felipe Neri, donde antes nunca había tocado. 

Tommaso Benciolini. Foto: Cortesía del artista.

Tommaso Benciolini. Foto: Cortesía del artista.

Ahora, esta vez ha sido increíble; porque si bien el Festival de Música Contemporánea es un importante evento, es algo más pequeño, un poco diferente. Pero Habana Clásica es un festival joven, esto me gusta muchísimo…, se enfoca a un público joven, muy atento, y es fantástico ver estas salas todas llenas de gente…

También están los músicos. En ocasiones anteriores había conocido a algunos, pero no había tocado con ellos, menos con una orquesta completa de músicos cubanos. Fue increíble. He tocado varias veces con orquestas en Europa, pero lo que pasó aquí fue algo extraordinario. El nivel de la orquesta es altísimo, la mentalidad que tienen todos los músicos cubanos…El primer ensayo con la orquesta Música Eterna me sorprendió muchísimo porque la pieza que toqué es difícil, pero todo fue perfecto. Y también fue fácil trabajar con la Orquesta de Cámara de La Habana, porque la atención que prestan y la calidad que tienen es tremenda.

Y el público, ¿qué crees del público cubano, que es en definitiva la razón de ser de nosotros los músicos? Al menos yo, sentí que en este Festival la afluencia de público y el calor de la gente era especial. Quizá tiene que ver con que es el primer evento grande de este tipo de música después de la pandemia y había como una avidez de escuchar música, de compartirla en las salas de concierto, fue muy emocionante para mí verlas desbordadas. 

Sí, sí, pero no es solamente que estaban llenas las salas, sino la atención tremenda que pone el público, que se nota que quiere escuchar esta música. Tú miras el programa y hay cosas fáciles de escuchar y otras no. De verdad, casi nunca me pasó algo así.

Bueno, pasando a temas más generales, me gustaría saber qué piensas sobre los retos que tiene actualmente la carrera de un músico que se dedica a la llamada música clásica. La música de concierto, desde tu experiencia, ¿cómo hay que pensarla?

Es una pregunta muy difícil. Pienso que tenemos que tener mucha imaginación y pasión porque, por ejemplo, en Italia, en Europa, muchos van a los conservatorios de nivel superior, equivalentes a la universidad, aprenden a tocar muy bien y después solamente tienen la posibilidad de ser músico de orquesta. En Europa esta es la mentalidad: el 99% piensa que solo existe la posibilidad de ser músico de orquesta. Cuando yo era estudiante, pensaba que me gustaba muchísimo la música, me gustaba muchísimo tocar, pero no estaba seguro de que me gustaría ser solo músico de  orquesta; no porque pensara que era mejor que los otros, sino porque me gusta decidir lo que voy a tocar. Y conocer gente tocando, viajar tocando, y entonces… Claro, comprendo que si eres músico de una orquesta, tienes un salario, tienes una seguridad laboral, cosas que todo el mundo quiere, pero personalmente siempre quise hacer algo diferente. 

Tommaso Benciolini. Foto: Francesca Bottazzin.

Tommaso Benciolini. Foto: Francesca Bottazzin.

Entonces, cuando terminé mis estudios me cité con mi profesor, con un cafecito por medio, con miedo de decirle que no quería ser músico de orquesta, miedo de su respuesta. Y me dijo: “No hay problemas; tú puedes ser todo lo que quieras, solamente debes saber que es difícil; tienes que trabajar mucho, y no solamente estudiando, montando repertorios y tocándolos; también, si apuestas por un trabajo más individual, tendrás que trabajar para la promoción de tu proyecto, enviar y recibir muchos emails, tener citas y correspondencia con organizadores de conciertos y todo esto; pero si tú deseas muchísimo ser un músico independiente, eso es posible”. Me quedé muy sorprendido con esta respuesta, porque esperaba otra y, en este momento, con 22 años, lo decidí: que iba a ser ese tipo de músico y también iba a ser profesor, pues me gusta muchísimo enseñar, siento que aprendo todo el tiempo haciéndolo. Muchas veces, justo en el momento en que le digo algo a un estudiante, una indicación, me digo: tengo que aplicar esto a mí mismo. 

A mí me pasa también…

Después de mi primer viaje a Cuba comencé a dar clases a niños en el conservatorio y a formar parte de proyectos pequeños y de música de cámara; y ahora en los últimos años he hecho más cosas como solista. Hace tres años soy profesor de la universidad, o sea, que ahora todas esas decisiones van tomando sentido y dando frutos.  

Y además últimamente has tocado en salas muy prestigiosas (la Concertgebouw de Ámsterdam, la Mozarteum Großer Saal en Salzburgo…). 

Sí, las últimas semanas han sido tremendas… Ha sido un honor porque la verdad, nunca he pensado que soy mejor que otros; al contrario… Llevo más de 10 años de carrera después de graduado y ahora es que hay muchas cosas fantásticas, ahora es que siento que las cosas empiezan a funcionar. Y siempre estoy buscando ser mejor; trabajo y estudio mucho, porque los músicos tenemos que mostrar lo que somos todo el tiempo. Si el concierto de ayer fue bueno, no importa, porque mañana tenemos otro en el que tenemos que demostrar todo de nuevo. La verdad es que me gusta muchísimo esta vida, que me da la posibilidad de viajar, de conocer gente, de trabar amistades, me encanta y vale la pena todo el sacrificio.

Tommaso Benciolini durante el concierto en la Basílica de San Francisco de Asís. Foto: Cortesía de la Embajada de Italia en Cuba.

Tommaso Benciolini durante el concierto en la Basílica de San Francisco de Asís. Foto: Cortesía de la Embajada de Italia en Cuba.

Es que más que una carrera, palabra que se identifica con la velocidad, esto es un camino elegido, que dura toda la vida y que hay que disfrutarlo mientras lo recorres…

Exactamente. Hace un mes, cuando tenía planificado venir, me encontré a un amigo que me dijo que estaba trabajando mucho, estaba agotado y necesitaba vacaciones. Le conté que venía a Cuba en dos semanas, y se apuntó a acompañarme. Y en estos días, que ha estado conmigo para arriba y para abajo, en los conciertos, los after con los músicos y en todos los eventos, me decía: “Tu trabajo es el más lindo del mundo”. Y le dije: “¿Qué quieres que te diga? Lo sé, es una grandísima fortuna”.

Así es. Hay un dicho que dice: “Trabaja en algo que te gusta y no tendrás que trabajar”. Tommaso, acerca de tus recientes grabaciones de Vivaldi, quería preguntarte, aunque yo tengo mi propia respuesta para esto: ¿cómo es para un intérprete revisitar un repertorio que ha sido tan tocado, de los que hay muchas grabaciones anteriores? ¿Cómo es el trabajo? ¿Cómo conseguir ser creativo?

Soy muy tonto porque no he traído discos, me hubiera gustado regalarte uno. 

Hay una historia particular sobre estas grabaciones. Durante la pandemia, me puse a estudiar y a buscar un proyecto interesante para grabar lo que sería mi primera grabación importante como solista y descubrí que de Vivaldi todo el mundo siempre toca los mismos conciertos… 

Los opus 10…

Exacto, pero hay otros ocho conciertos que los flautistas no conocen o conocen mucho menos. Y  los musicólogos han llegado a la conclusión de que cinco de los seis conciertos de los opus 10 no son originales, sino versiones de piezas de cámara de otros, que Vivaldi hizo porque su editor en los años 20 del siglo XVIII le pedía más repertorio para flauta… Te acuerdas que entonces la flauta era un instrumento muy tocado, muy conocido, y claro, los editores querían publicar más conciertos para este instrumento. Entonces Vivaldi, que ya tenía composiciones famosas para recorder o flauta de pico hace estos opus 10. Pero tú los conoces… Hay muchas cosas que cuando las tocas, dices, hum… esto [hace un gesto de que no está convencido] … no es difícil, pero es un poco raro… Después escribió ocho conciertos más, (en realidad más de ocho, pero algunos se perdieron) … Y entonces es ahí, con esta idea musicológica, que  decido que voy a hacer un proyecto discográfico solamente con los conciertos totalmente originales de Vivaldi, uno de los opus 10, en Sol Mayor, y otros siete; pues en el proceso descubrí que nadie había grabado aún todos los conciertos originales juntos. 

Mejor dicho, hay flautistas de flauta barroca que ya lo habían hecho antes, pero hay dos conciertos que fueron descubiertos después: el que toqué en re menor RV 431a fue descubierto en 2010, y el último que toqué en Re Mayor RV 783 fue descubierto el año que yo nací, 1991. O sea, aunque algún flautista ya había tenido esta idea de grabar solamente los que se sabe que son originales de Vivaldi para flauta, estas grabaciones no tenían los últimos conciertos suyos que se descubrieron. Entonces  escribí el proyecto, fui a una casa discográfica, se los conté y me dijeron: “Si esto es verdad, vamos a hacerlo”. Verificaron todo, y decidieron apoyarme. 

Tommaso Benciolini durante el concierto en la Basílica de San Francisco de Asís. Foto: Cortesía de la Embajada de Italia en Cuba.

Tommaso Benciolini durante el concierto en la Basílica de San Francisco de Asís. Foto: Cortesía de la Embajada de Italia en Cuba.

¡Qué maravilla!

Sí, es realmente interesante. Hoy todo el mundo hace esto con compositores desconocidos, las primeras grabaciones de tal o más cual; pero esto es Vivaldi, el compositor italiano más conocido en todo el mundo. Estoy feliz de haber tenido la oportunidad de presentar este proyecto aquí, en el marco de la Semana de la Cultura Italiana, con el apoyo de la Embajada de Italia en Cuba y con la Orquesta de Cámara de La Habana. 

Fue un concierto precioso. Me ha encantado conocer la historia de este proyecto.  

Si quieres te envío todas las partituras; la música hay que compartirla. 

Sí, por favor, muchas gracias.  Yo puedo también enviarte música cubana para flauta, todo la que yo tenga, con mucho gusto; le pedimos permiso a los compositores y te las enviamos. Una última pregunta: ¿por qué tomas el camino de la docencia?

Para mí la enseñanza de la música es vital; es donde tú puedes aprender y compartir información al mismo tiempo, también puedes crear una conexión con los estudiantes casi paternal. Es una profesión que requiere mucha humanidad y por eso me gusta; por la misma razón que me gusta viajar, conocer gente… Las conexiones que se crean, eso no tiene precio. Se supone que le enseñas técnica a tus alumnos, pero es más que eso…  

Es que el nivel de ejecución en la flauta y creo que en general en todos los instrumentos en el mundo se ha elevado muchísimo, pero hay algo más allá, que es la música, que es el arte…

Es que creo que solo una parte está en el aula, en el recinto académico, pero hay otra que se aprende con la experiencia, y a su vez para llegar a tener esa experiencia necesitas un nivel alto, si no, no hay posibilidad de hacer arte. Hay una palabra en griego que es technè (τέχνη) que significa, entre otras cosas, disposición para el arte; es la misma raíz para la palabra técnica, así que, desde ese punto de vista, la diferencia es poca.

niurka gonzález Niurka González Adicta a los aerófonos. Neurótica perfeccionista que sueña con un retiro extraterrestre. Más publicaciones

Deja un comentario

Ver comentarios publicados
  1. Silvia dice:

    Magnífica entrevista 👏, bravo a los dos.

  2. Prisca dice:

    Entrevistado y entrevistadora van a la par. Son interesantes preguntas y excelentes respuestas. Ambas cosas develaron una información y opinión de un gran valor para músicos y musicólogos. Felicidades

Ver comentarios publicados

También te sugerimos