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Entrevistas Sindicato del ritmo. Foto: Cortesía de los entrevistados. Sindicato del ritmo. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Sindicato del ritmo y la ética de la canción

Como si Chris Martin hubiera bajado de un crucero en el puerto de La Habana y, tras caminar por la calle Obispo, terminara tomando mojitos en un bar. Como si el alcohol le hubiera puesto risueño, y entre trago y trago el calor del trópico y de su gente le envalentonara y decidiera acompañar al grupo que hacía sopa en el bar. Así de imposible sonaban aquellas canciones que a mediados de los dos mil terminaron formando parte de Rhythms del mundo, una compilación que era en parte causa benéfica, en parte pericia comercial y en parte genialidad de producción musical. 

Mezclar los hits del pop anglosajón con la música cubana suena como una idea millonaria, ¿no? Tal vez alguien lo intentó antes, pero a nadie le salió tan bien como a los hermanos Berman, un dúo de alemanes que desde principios de los años noventa recalaban  cada tanto en La Habana. Montados en la ola de la popularidad del Buena Vista Social Club (BVSC), Frank y Christian Berman (Berman Brothers) se aliaron con Demetrio Muñiz —trombonista, arreglista, parte de ese sonido por el que medio mundo conoce a BVSC—, armaron una banda compuesta por varios de los más experimentados músicos de sesión de la escena musical de la Isla, y se dieron a la tarea de arropar con arreglos de música cubana las voces de las versiones originales de clásicos recientes como One Step Too Far, High and Dry y She Will Be Loved.

Varios millones de discos vendidos y diecisiete años después, tras incursionar en proyectos varios, los Berman vuelven a las andadas por estos predios. Sindicato del Ritmo, su nueva aventura, es probablemente su apuesta más ambiciosa hasta la fecha. “Estábamos buscando nuevos desafíos”, dice Frank Berman durante una conversación vía Google Meet que conecta a Berlín, Madrid, Ciudad de México y La Habana, e incluye a su hermano Christian y a otras dos figuras clave en este nuevo proyecto: Demetrio Muñiz y el promotor y realizador audiovisual Fabien Pisani. “Nos sentimos atraídos por la idea de fusionar estos dos mundos”, continúa “el de la música popular cubana con el de la música latinoamericana”.

Sindicato del ritmo. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Fotograma del videoclip de Eres, de Sindicato del ritmo. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Rhythms del mundo fue un gran éxito, un álbum icónico que la gente escucha aún hoy, pero no queríamos repetir la fórmula, quedarnos estancados, así que nos preguntamos cuál era el próximo paso”, comenta Frank. “Se nos ocurrió la idea de acercarnos a la música latina, con tan diferentes mundos y estilos —la tradicional cubana, el indie, el pop— y queríamos crear una nueva plataforma y enfocarnos en sus diversidades. Por un lado tenemos a Demetrio, que hace esos tremendos arreglos de la música cubana de una manera tan bella, y entonces añadimos artistas del rock como Café Tacvba, o pop como Lasso, o cantautores como Caloncho, o incluso una clásica banda mexicana como La Adictiva. Tenemos todos esos diferentes sabores unidos a través del lenguaje que es la música”.

Para Fabien Pisani no es una idea tan descabellada, después de todo. “La conexión Habana-New Orleans-Veracruz está ahí desde el principio, fue clave para el nacimiento de la matriz de la música popular en el siglo XX, por lo que son muy naturales las conexiones en la música de la región. Lo otro interesante es la relación de Cuba con México, que es cultural, en el sentido amplio de la palabra. México siempre ha sido un puente para el talento cubano, en el cine,  la plástica y sobre todo la música: Rita Montaner, Pérez Prado, Bola [de Nieve], la Nueva Trova, sin contar todos los músicos que han salido a ganarse la vida vía México. México y Nueva York eran los grandes destinos de los músicos cubanos en los años 30 y 40”. 

A partir de ahí comenzó un proceso de investigación, de prueba y error, hasta dar con las canciones que, a su consideración, mejor funcionaban en este proyecto. “Para nosotros era muy importante que fuera algo auténtico”, explica Christian Berman, “no queríamos tratar de forzar una canción cubana, tenía que ser algo orgánicamente cubano”.

Con esto en mente, llegaron a PM Records, donde comenzaron las grabaciones en los primeros meses de 2022. Durante este proceso, el concepto del álbum mutó. Originalmente fue planeado como una compilación, al igual que Rhythms del mundo, con un trabajo alrededor de las voces ya existentes. “Pero una vez que enviamos las canciones a los artistas”, explica Frank, “algunos dijeron ‘oh, me encanta. Quiero volver a cantarla’. Esta vez los tenemos realmente involucrados en las canciones; varios de ellos estarán en los videos que lanzaremos y participarán en el concierto de presentación del álbum en febrero, lo cual es toda una declaración de principios”.

Durante el proceso de grabación del álbum de Sindicato del ritmo. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Durante el proceso de grabación del álbum de Sindicato del ritmo. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Este hecho transformó completamente la dinámica de Sindicato del Ritmo, que pasó de ser una compilación de versiones al estilo de la música cubana, a ser una banda de músicos cubanos versionando hits del cancionero mexicano con los cantantes originales como artistas invitados. “La atención se centra en los arreglos y los músicos cubanos. Ese es el núcleo del proyecto. Es un placer escuchar a Lasso o a Caloncho haciendo nuevas voces, dando un pequeño giro para hacer una voz diferente; puedes escuchar que es una nueva versión, especialmente hecha para ese arreglo”, afirma Frank Berman.

Para Demetrio Muñiz, responsable de darle un nuevo aliento a los temas a través de los arreglos, lo que en principio parecería una ventaja —las cercanías culturales y rítmicas— es uno de los principales desafíos: “El problema es que el pop rock latinoamericano está muy cerca de la música cubana, aunque no se note”, dice, “y a la hora de llevarlo al estudio, a la hora de hacer el arreglo, es cuando tú dices ‘y a esto qué le cambio’. Es el mismo idioma y hay instrumentos comunes —por ejemplo, las congas están hasta en los grupos de heavy rock, todo está muy imbricado”. Para él la clave está en el enfoque: “Yo creo que el asunto está en el respeto que le muestres al sentido de la canción, a la melodía, y en no tratar de alterar a lo bestia lo que esa canción rítmicamente quiso decir”.

Parece más fácil anunciarlo que hacerlo. La delgada línea entre el sonido novedoso y el efectismo vacío es un terreno minado que desde los comienzos los Berman y Demetrio han ido sorteando, aunque no siempre lleguen a puerto seguro.

“Es un problema, y toca romperse la cabeza hasta lograrlo”, continúa Demetrio. “A veces te equivocas, y llegas al estudio y dices ‘me equivoqué, es mejor cambiar y poner este ritmo, porque este otro no funciona’; es un proceso creativo difícil y riesgoso, aunque parezca que no.

“Por ejemplo, usted puede sacar la voz de La Adictiva

y ponérsela a la versión cubana que funciona igual. Ahí es donde se nota de verdad el trabajo de la imaginación, porque son dos ritmos totalmente diferentes, y dos enfoques totalmente diferentes de la misma canción. Para mí ese es el salto más acrobático, ya lo escucharán”.

Demetrio Muñiz. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Demetrio Muñiz. Foto: Cortesía de los entrevistados.

Para Demetrio, el proceso típico de producción de una canción de Sindicato del Ritmo es como sigue: coges la versión original, que tiene su propio ritmo, su propia ética, como él dice, y a partir de ahí transcribes la línea melódica, lo más fiel posible. A eso le añades la letra, y viene una parte que él llama “meterse en el personaje del autor”. Se queda uno ahí, unos cuantos días, en ese entorno, y va analizando los conflictos que podría generar esta fusión: conflictos de estilo, de puntos de vista, de enfoque, de sonoridad de instrumentos. “A veces hay demasiada letra y casi no te dan tiempo a poner algo de metales, porque es como si los metales tuvieran hipo”,  explica, “la música es una conversación, y las personas no conversan unas encima de las otras”. En resumen, se trata de un gran ejercicio de imaginación en el que el arreglista reinventa un mundo a partir de la melodía y la letra preexistentes.

“Por supuesto, no es solo lo que yo llevo ya escrito desde mi casa, sino todo lo que aportan tanto Christian y Frank, como los músicos en el estudio” —que incluye, entre otros, nombres como Alfred Thompson, Alexander Abreu, Alejandro Falcón, Tomás El Panga Ramos y Maykel González—. “A veces uno lleva una idea y dice ‘no estoy satisfecho, ¿alguno de ustedes tiene una solución para este pedazo?’, y siempre aparece alguien con una buena idea. Creo que, como bien dice Frank, hay un gran trabajo de equipo y hemos propiciado que el ambiente nos dé estos resultados, es muy importante trabajar feliz”.

El oficio de Demetrio y la meticulosidad de los Berman encontraron el complemento perfecto en Jerry Boys, el legendario productor e ingeniero de sonido inglés, una de las leyendas de las cabinas de grabación, fogueado en décadas de trabajo en Abbey Road, y con un historial que incluye a The Beatles, The Kronos Quartet, Orchestra Baobab, John Lee Hooker y Buena Vista Social Club. “Él llevó todo su equipamiento a Cuba y fue quien realmente le dio el sonido al proyecto”, dice Frank.

“Una de las más profundas y hermosas experiencias de estudio de mi vida la he vivido con Mr. Boys en la cabina”, comenta Demetrio. “Creo que muy poca gente puede imaginarse el oído tan exigente, la precisión tremenda que tiene sobre la intensidad de los sonidos y la afinación. Es un gran profesional y una gran persona, y muy muy muy inglés”, bromea.

El primer sencillo de Sindicato del Ritmo salió discretamente en las plataformas el pasado 11 de agosto. Se trata de Eres, el himno de la leyenda del rock latino Café Tacvba, ahora en tiempo de bolero son, y cuenta con un videoclip. La portada —de la mano de Eric Silva, experimentado diseñador cubano— tiene unos tonos saturados que de algún modo sinestésico logra ubicarnos en ese raro cruce que propone el proyecto. En sus primeros días parece estar funcionando bien, ha sido incluido en varias de las principales playlists de música latina de Spotify y Apple Music, y aparece en los charts de iTunes de varios países latinoamericanos.

“Los artistas están muy emocionados y han brindado un gran apoyo”, reitera Frank, “usarán sus redes sociales para promocionar las canciones y aparecerán en las plataformas de streaming como artistas invitados, lo que por supuesto es un multiplicador increíble, porque tenemos una banda nueva, y todos ellos tienen unos números tremendos de oyentes mensuales. Al principio es sobre todo un trabajo en las redes, pero luego también siguen los conciertos, para mostrar que este también es un proyecto real, en persona”.

Este largo viaje incluirá lanzamientos sucesivos de singles hasta la salida oficial del álbum, en febrero del año próximo, cuando tendrá lugar un concierto de presentación en la Ciudad de México en el que se espera la participación de las estrellas mexicanas. Comentan que hay varias sorpresas entre los temas que no saldrán como sencillos, además de una playlist anexa que incluirá algunos clásicos de la canción latinoamericana cantados por artistas jóvenes cubanos, que a su vez serán quienes defiendan en vivo el proyecto.

“Queríamos encontrar a los artistas y las canciones correctas, escribir los arreglos correctos, así que nos dimos el lujo de dejar pasar el tiempo sin prisas”, dice Christian Berman. “Demoró involucrar y confirmar a los artistas; son superestrellas internacionales y para obtener todos esos derechos tienes que hablar con las discográficas y los mánagers, es una tarea de convencimiento. Pero tan pronto escucharon la música todo fue muy fácil, porque al final la música es lo que nos une”, concluye. 

Durante toda la conversación, estos cuatro hombres, de generaciones y contextos tan distantes, intercambian muestras de afecto. El lenguaje común que es la música los ha enlazado durante los últimos años, y en febrero próximo podrán reencontrarse, cuando tenga lugar el concierto de lanzamiento del álbum. Me da mucha curiosidad ver cómo reaccionará el público a estas canciones. Estuve tentado a preguntarles en cuáles temas se regrabaron las voces, pero prefiero jugar a adivinarlo. En un tiempo en el que las Inteligencias Artificiales parecen apoderarse de todo, estos hombres apuestan a un trabajo que, visto desde la perspectiva del algoritmo, parece artesanal. Pero entonces recuerdo lo que dice Demetrio, lo de respetar la ética de la canción. Me pregunto cómo le harán los sistemas binarios.

foto de avatar Rafa G. Escalona Padre de una revista de música. Procrastinador profesional. Su meta es ser DJ de una emisora en la madrugada. Príncipe del aleatorio. Más publicaciones

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