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Ruido y Furia Arvo Pärt. Ilustración: Duchy Man. Arvo Pärt. Ilustración: Duchy Man.

Arvo Pärt / La canción del ciclopropano

La casa de mis abuelos —mi casa— tiene un olor a sacristía, a religión, al incienso de las misas grandes. Cuando escucho música sacra allí, los objetos comunes alteran su forma física. Entonces regreso al pasillo de la casa, con nueve años, regreso a la pequeña fuente donde danzaba una bailarina rosada. Regreso, a fin de cuentas, al lugar donde habitan los dioses, a un lugar sagrado y armonioso. 

Escuché a Arvo Pärt sentada en el sofá, y mi amiga, la bioquímica, hablaba sobre la tensión angular del ciclopropano. Escuché una mezcla musical y química, una canción con enlaces covalentes, una canción temerosa en sus orbitales. 

—Es el cicloalcano más inestable —me dijo—, y está por todas partes. Además, es explosivo. 

—Somos una fórmula espantosa, Gabriela.

—Sí. La inestabilidad nos domina incluso a niveles subatómicos. 

Puse Lamentate E Fragile Conciliante después. Una fragilidad explosiva. Unas ganas de decir. Pero supongo que nada se dice mientras un piano suena en Mi menor. Hablar hubiese sido una apostasía, la ruptura de las santas adoraciones. 

(El ciclopropano fue utilizado en el área de la Anestesia durante mucho tiempo, pero no era dulce como el éter ni como el nombre del éter. Partía el pecho y provocaba reacciones terribles. Hay fragilidades que atomizan y desgarran). 

Tintinnabuli / El hidrógeno eclipsado

La primera composición serial de Pärt fue Necrology (1960), una composición austera, limpia. Luego vinieron Tabula rasa (1977), Passio (1982) y Miserere (1989).

[—Abuela, me enseñaron el Agnus Dei. ¿Qué significa Miserere nobis? / —Significa “Ten piedad de nosotros”].

El estilo de Pärt es minimalista, siempre. El lenguaje tonal es sobrio, soberbio en su sencillez. 

—Estos tres hidrógenos están enfrentados por cada una de sus caras. Mira, son como eclipses diminutos; esto aumenta la tensión de la molécula. Por eso es tan inestable.

— ¿Aun siendo tan pequeño?

—Sobre todo por eso.

Las composiciones de Arvo Pärt son pequeñas, de la misma manera en la que es pequeña la fotografía de mi abuelo con un sobretodo; de la misma manera en la que es pequeño el jardín que vive en el cuadro de santa Teresita; de la misma manera en la que es pequeño un sueño en la vigilia. Tremendamente. Como el corazón de una casa. 

Pärt le llamó Tintinnabuli a la tríada, para él esas tres notas eran como campanas, y eran suficientes para romper el silencio sin romperlo.  

Escuchamos Für Alina luego, una composición muy tierna que le dedicó a una señorita de 18 años, una niña encantadora como todas las niñas encantadoras que se van a estudiar a un país frío y tienen un nombre sinfónico. Für Alina se curva hacia el exterior, disminuye la tensión. En algún lugar, la partitura reza: “Ruhig, erhaben, en sich hineinhorchend (“Pacíficamente, de modo elevado e introspectivo”). La suavidad de esta pieza la vuelve disonante, y a mí me dan ganas de volverme una cosa monstruosa de 18 años y decir S´il vous plait y exigir una cancioncita o un pedazo de hidrógeno eclipsado. 

Espejo en el espejo / Tensión / Masa molar: 42,8 g/mol

Antes de irse de Estonia, Pärt compuso Spiegel im Spiegel (1978). Yo la escuché 42 años después, y no pensaba fugarme a ningún país. Escuché una versión hermosa de Alexander Malter. 

[—No hay nada en el espejo, no tengas miedo. Esa eres tú, y la de allá también. / —Ella me imita. Yo no soy esa. / —No lo vas a creer, si pones el espejo pequeño delante del grande, hay muchos espejos dentro (—Mira, ¿no lo ves?, son como eclipses diminutos)].

Me imagino que las casas se vuelven casas cuando son habitadas, y dejan de serlo cuando se exige una presencia, cuando no están los que quisiéramos, cuando el silencio no se rompe sin dejar de romperse, cuando la tríada no tiene el más mínimo sentido. Ser disonante es complejo porque se necesita dulzura y rompimiento, tirar los frascos, tener la tensión angular del ciclopropano, poder habitar en todo. [Miserere nobis, Agnus Dei; Masa molar: 42,8 g/mol; de modo elevado e introspectivo. (—Mira, son como eclipses diminutos)].

Esa tarde, mi casa fue más casa que otras veces. Yo volví, con qué tristeza, al pasillo y a la bailarina. Volvió él con su sobretodo y volvió el jardín del cuadro. Yo exigí la presencia de los dioses míos, porque no tengo más nada que exigencias químicas y canciones explosivas. Hay un momento de Lamentate Fragile E Conciliante, cerca del minuto 4:00, que equivale al instante en el que alguien llora y sonríe de pronto en medio de todo ese llanto: un rictus de fe que se irá pronto. (“Que no se vaya, voy a contar hasta 12 todos los días”). 

Un espejo frente al espejo, eso también somos los que nos ponemos canciones tristes cuando estamos tristes. Arvo Pärt me dejó sin habla, porque nada puede decirse cuando un piano suena en Mi menor. 

Espejo frente al espejo. Somos una réplica y él se dio cuenta y compuso algo.

Habrá que exigir a veces una cancioncita o un pedazo de hidrógeno eclipsado.

Sí. Todo se repite incesantemente.  

[—No hay nada en el espejo, no tengas miedo. Esa eres tú, y la de allá también. / —Ella me imita. Yo no soy esa. / —No lo vas a creer, si pones el espejo pequeño delante del grande, hay muchos espejos dentro (—Mira, ¿no lo ves?, son como eclipses diminutos).

Masa molar: 42,8 g/mol].

foto de avatar Wendy Martínez Voyeur de partidas de ajedrez. Tengo miedo a los payasos. Más publicaciones

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  1. Ángeles dice:

    Wendy, ya esperaba tu texto y como escribes tan bién -cada vez tus textos me gustan más- ya vuelvo a esperarte ¿Es un trabajo al mes? ¡Terinta días de espera! Bueno, no queda de otra. Cuando leo, tal parece que estoy frente a una obra de ficción. Disfruto lo que dices, pero también tu manera de decirlo.

  2. Gabriela dice:

    Cuando estudié por primera vez la alta tensión estérica del ciclopropano, quedé impresionadísima, químicamente es una de las más grandes de la naturaleza.
    Bella Wendy, impresionada quedo aún más, cuando puedes encajarme su fórmula con Arvo. Gracias, gracias por traernos a los de la ciencia tus palabras. Mis amigos Bioquímicos han andan escuchando a Arvo por tu bello texto. Esperamos más. Abrazo inmenso con tremenda tensión estérica.

  3. Juan dice:

    Amo la música de Arvo Pärt…. Su honestidad sin artificios me conmueve!!!!

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