
Rocktros en la muchedumbre
Participar de un concierto de rock —en particular de los subgéneros más heavy o extremos y en grandes espacios abiertos— se convierte en una experiencia visual muy diferente a la que se percibe en puestas en escena de otras manifestaciones musicales donde impera el sosiego, el placer íntimo, lo reflexivo, la reacción mesurada…
En el caso de marras, el observador queda atrapado en el separador central de una autopista de doble sentido donde se corre el riesgo de ser atropellado por el desenfrenado tránsito de estados mentales, códigos, y reacciones diversas a un mismo estímulo. Ese que va desde lo individual a lo tribal, de la sinergia al ostracismo, creando un único fenómeno performático que convoca al ojo del cazador de emociones a dividir su atención entre lo que ocurre en el escenario y lo que rebota del público, ahora una única escena. La pupila busca en los vericuetos de tantos y diversos ánimos y el fotógrafo transmuta, desde el visor y su propia vivencia sensorial, en antropólogo sociocultural.
Un gran artista visual y todo un erudito en materia de música rock y en especial el que se hace en esta isla, con un vínculo muy afectivo con Extraño Corazón y varias sesiones épicas.Desde aquí nuestro Agradecimiento y nuestros mejores deseos.
Absolutely gorgeous, Nacho! Spot on with the description.