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Reportajes Toques del Río. Foto: Cortesía de la banda. Toques del Río. Foto: Cortesía de la banda.

Los Toques vienen del Río

—La vi frente a nosotros bailando y disfrutando lo que estábamos haciendo— dice Diama Correia, a.k.a El Bamba, mientras recuerda los conciertos que hacía en el Pabellón Cuba con la banda. 

Aquella mujer de sesenta y tantos años que gozaba tanto de su música, había perdido a su compañero el día antes del concierto. Al volver de su sepelio, luego de una caminata, se topó por primera vez con la explosión de sonidos de Toques del Río. 

—Despejó la tristeza escuchándonos. Justamente los temas que hicimos aquella tarde eran “de la década” [prodigiosa], de su tiempo, música que ella consumía junto a su marido. Le sirvió de mucho, nos dijo. Fue como volver a vivir momentos con esa persona que ya no está físicamente. La música logra esas cosas poderosas. Sé que donde quiera que esté, sigue con cariño nuestros pasos.   

Esa certeza es, para el cantante de la banda, la mayor satisfacción de todas. Converso con El Bamba vía WhatsApp, quiero que me cuente la historia de esa agrupación que pone a bailar hasta al más triste. Converso con él y con otros integrantes o amigos cercanos. Lo que sigue es mi intento por reconstruir el camino trazado hasta aquí. 

Un camino que inicia en el año 2002, en Pinar del Río, cuando el entonces director Raúl González Gómez decidió fundar un proyecto de música flamenca, conformado por dos guitarras acústicas, bajo, cajón flamenco y cantaor. Con el tiempo el formato evolucionó, al incluir drums, percusión menor y piano.

Raúl —también cantante, guitarrista y compositor de la mayoría de los temas— decía que antiguamente los flamencos y sus cantaores se reunían en las orillas de los ríos para formar sus canturías y crear sonoridades nuevas. De ahí nació el nombre de la banda, integrada además por Zeney Alonso (bajo y dirección musical), Javier Suárez (guitarra), Yuliexy Álvarez Menor (drums), Lisbany Díaz Padrón (percusión menor). Más tarde, en 2011, entraría Gilberto Enrique Rodríguez Meriño (Kike) en el piano.

Toques del Río en sus inicios. Foto: Cortesía de la banda.

Toques del Río en sus inicios. Foto: Cortesía de la banda.

Los comienzos son difíciles para todo proyecto que quiere crecer dentro de la música. Zeney Alonso, actual director de Toques, cuenta que en 2009, después de mucho batallar, lograron entrar a la empresa estatal de contratación de artistas  “Miguelito Cuní”, de Pinar del Río. Antes tocaban como invitados en muchos lugares, hasta que el Centro Cultural La Sitiera los acogió en una peña todos los miércoles. Allí crearon un público diverso. 

—Así fue pasando el tiempo y la peña se llenaba cada día más. La gente se sabía de memoria los temas de Toques del Río, de arriba abajo— recuerda Kike, hoy director musical de la banda.  

De esta etapa nació Dame alas, un demo grabado de manera independiente y que contiene 16 pistas entre las que se encuentran arreglos y versiones de temas antológicos flamencos, otros de la autoría de Raúl González y algunos clásicos de la música cubana, como Qué será de Polo Montañés y Veinte años de María Teresa Vera.

En los primeros años, el ensemble hizo música española al estilo de Camarón de La Isla y rumba flamenca. Luego, las nuevas experiencias ampliaron los imaginarios sonoros de sus integrantes y, según llegaron las peticiones del público, comenzaron a fusionar esa sonoridad con otros géneros como el rock and roll, el jazz, la trova y la música tradicional cubana.

La Habana los recibió en 2012 para participar en el Festival “La Huella de España”, dedicado en aquella edición a Andalucía. A finales de año, Raúl decidió emigrar hacia los Estados Unidos, de manera que el cantaor y hasta entonces líder de Toques del Río abandonó el proyecto. 

Vinieron entonces meses de recomposición de la banda en los que esta comenzó a colaborar con el dúo de raperos pinareños Los Muchachitos. 

—Hicieron una colaboración con nosotros en un tema que hoy es Maní, entre lo flamenco, la rumba y toda la locura aquella. Pronto empezamos a invitarlos a las peñas [de los miércoles] y montamos como tres o cuatro temas con ellos que podían desdoblarse haciendo rap, melodías y otras cosas— cuenta Kike. 

Así en el 2013, Zeney, ahora como director general, decidió continuar con el proyecto, pero desde otra perspectiva: tomando como base géneros tradicionales como el danzón, el mambo o el chachachá y otros más ligados al rock and roll de los 70, al jazz y a la música afrocubana de los 80 y 90; también mezclaría hip hop, timba y son. Ya no serían un conjunto de música española, sino un grupo que fusionaba géneros locales y foráneos, sonoridades de aquí y de allá.

Toques del Río en sus inicios. Foto: Cortesía de la banda.

Toques del Río en sus inicios. Foto: Cortesía de la banda. Toques del Río en sus inicios. Foto: Cortesía de la banda.

En esa vuelta de timón, fue natural entonces sumar a Los Muchachitos. De manera que Aston Junior Ducran (Junio) y Jesús Puentes Montano (PiQ) se unieron a la banda como cantantes, y trajeron consigo algunos temas que se incorporaron al repertorio de Toques. Luego surgieron canciones como Presentaño, Tilo, Falsa, Un pedacito de tu tiempo, nuevos arreglos para Maní, y se incorporaron las misceláneas (güiro, pandereta) y los metales. 

—Para lo que estábamos haciendo necesitábamos instrumentos melódicos— asegura Kike—. Hasta el momento eran los cantantes quienes hacían riff de metales con la boca. 

Por un tiempo probaron con una trompeta, un trombón y un saxofón tenor. Luego definieron que serían dos trompetas (Yoel Méndez Chicho y Manuel A. del Busto), saxo alto (Yennier Stocker) y saxo tenor (Ismel Ríos). Poco a poco fueron entrando y saliendo músicos de la plantilla ―casi todos jóvenes―, hasta llegar a los trece que conforman la actual alineación y de los que falta nombrar aquí a Alejandro Martínez de la Torre (drums), Yoan Maikel Marquez Pérez (el Jhonny) en las misceláneas y Yoan Jesús Perera Guerra (El Sangre) en la guitarra eléctrica. 

Después vinieron las presentaciones en el Centro Cultural Bertolt Brecht, en el Café Cantante, en los festivales de la Asociación Hermanos Saíz por todo el país. Vino la televisión, los programas Cuerda Viva, y Toques del Río comenzó a arrasar en toda la Isla, gracias al primer fonograma con esta alineación: Pa’ que te sosiegues (Egrem, 2017). 

—Este disco recoge muchos géneros—dice Zeney—, entre ellos son, danzón, mambo, conga, rumba, funk, pop-rock, polka, ritmos caribeños, y otros. 

Un álbum que contó con la producción musical de Luis Alberto Barbería, cantautor e integrante de Habana Abierta. 

—Mi primer contacto con Toques del Río fue en el Festival TrovaSí —recuerda Barbería—. Yo también soy pinareño y ellos se me acercaron para conversar, porque seguían mi trabajo dentro y fuera de Habana Abierta. Recuerdo que me hablaron de lo difícil que resultaba ser de provincia y promocionar su trabajo desde allí. Me ofrecí a ayudarlos y presenté su proyecto a la Egrem. Una vez que se aprobó el proyecto, en la discográfica me propusieron ser el productor musical. Confieso que me asusté en un inicio, porque se trataba de un grupo con mucha identidad y un sonido definido, era más complicado que asumir a un artista desde cero, pero di un sí por respuesta. Coincidió que la banda también había pensado  en mí como productor. 

Desde ese rol, Barbería ayudó en la selección de los temas y los arreglos del álbum. De acuerdo con los músicos, fue un pilar importante en el resultado final. 

—Barbería se integró como uno más de Toques del Río —dice Kike—. Se desprejuició de cualquier estrellato y habló con nosotros de tú a tú. Propuso muchas cosas a expensas de que dijéramos que no y casi todas las ideas que presentó fueron acertadas. Aportó mucho en La chancleta, en  el Maní, en No me digas adiós.

Sobre la grabación del fonograma, nos cuenta Zeney:

—Vivíamos en Pinar y el presupuesto de este disco era muy pequeño. Comíamos lo que podíamos, dormíamos en la terminal de ómnibus. Fue muy agotador, pero psicológicamente estábamos todo el tiempo enfocados en terminarlo y tener el producto soñado. Esa era la energía que nos hacía seguir, además de conocer y compartir con muchos artistas que admiramos.  Fue toda una escuela. 

Un sueño en el que participaron muchos músicos invitados, entre ellos Nam San Fong en la guitarra eléctrica, Lorenzo Medina en la trompeta y Yaroldy Abreu en las congas, bombos y misceláneas. Los 10 temas son de la autoría de Zeney Alonso, Gilberto Enrique (Kike) y Jesús Puente (PiQ); los arreglos estuvieron a cargo  de todos los integrantes de la agrupación, en conjunto con Barbería.

El lanzamiento del CD tuvo lugar en 2017, con un concierto de presentación en el Café Cantante. Un año antes, el cantante Junior Ducran abandonó el país, y en su lugar entró El Bamba, quien desde un comienzo hizo un buen empaste con PiQ Montano. El nuevo integrante se insertó en las dinámicas de la banda y comenzó a componer de inmediato. 

—En Toques todos somos compositores y arreglistas de nuestras creaciones—dice—. La gestación de un tema se realiza a modo de taller; ponemos sobre la mesa las ideas, se analizan y reconceptualizan hasta llegar a un consenso donde el resultado que se obtiene es aprobado democráticamente, si encaja en la estética musical del grupo. 

Cuando los músicos de esta banda hablan de su trabajo manejan el concepto de “música total”, que no es frecuente escuchar en testimonios de otros artistas. Total porque en la música y el show en vivo —a veces con demasiado derroche de energía— combinan  temas suaves, para escuchar, bailar,  brincar y “despelotarse”, con otros para reflexionar o transmitir mensajes. Con ello, buscan que el resultado sonoro sea cubano. 

—Casi todos nuestros temas suenan fuerte; somos un “piquete” que en vivo desborda mucha energía— apunta Kike—. Es algo que tenemos y a lo que no queremos renunciar. La banda suena fuerte también porque los arreglos tienen su dosis de rock and roll. Entre la forma de tocar de cada uno y los gustos musicales propios, se logra  esa mescolanza de Toques del Río. 

La banda tiene un fuerte trabajo desde lo audiovisual. Los videoclips Falsa y Abrazo de soledad, bajo la dirección de Day García, cumplen las normas de lo que se puede hacer en cuestión de pasarla bien y sudar con cada pase de cámara. Mambo no. 0, dirigido por Joseph Ros, tuvo ocho nominaciones a los Premios Lucas 2020 y es uno de los temas más reconocidos por el público de esta agrupación pinareña. La crisis, a cargo de Matteo Fachenda, representa toda la buena vibra de sus conciertos en vivo; con “Hey, come on, no me formes crisis” se arma una gozadera extrema en el escenario.

Un escenario del cual estuvieron alejados por poco más de un año, y que ahora parece retornar. Pero, a pesar de esa distancia física, Toques del Río se mantuvo activo. En 2020, por ejemplo, la banda tuvo la oportunidad de representar a Cuba, desde una terraza habanera, en el Festival Cosquín Rock de Argentina, compartiendo cartel con Él mató a un policía motorizado, León Gieco, Ciro y Los Persas, entre otros artistas. Este evento trajo mayor visibilidad de la banda, al transmitir el concierto en streaming a toda Latinoamérica. 

En junio de este año estrenaron su más reciente videoclip, Bailarás, que contó con figurantes de lujo como el Cuarteto Quadrigales, Jota Barrioz,  Alcibíades Durruty y los muchachos de The Concept, el director de cine Fernando Pérez, el maestro Joaquín Betancourt, el artista plástico Choco y la maestra de danza Rosario Cárdenas.

Este estreno sirvió además para presentar a dos nuevos cantantes: LeoNell Mederos (el Leo) y Lázaro Ortega (Tito), quienes entraron a la banda a mediados del 2020, cuando PiQ Montano, voz principal, decidió emprender su carrera en solitario. 

Ellos, junto a El Bamba, son hoy el rostro de la agrupación que por estos días grabará su segunda producción discográfica, aún sin título, que pretende hacernos mover a ritmo de changüí, reggae, mambo, guajira, songo, y, por supuesto, funk. La producción musical, en esta ocasión, estará a cargo de Alain Pérez. 

Mientras, las peñas en el Brecht ya anuncian que, nuevamente, los toques vienen del río. 

foto de avatar Meily Téllez Siempre corriendo por la Habana. Una nerviosa que se duerme viendo series. Su tiempo es para la música y su familia. Sueña con producir y cantar en muchos escenarios. Una musicóloga con papeles queriendo ser muchas cosas... Más publicaciones

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  1. Luis Enrique Rodríguez Ortega dice:

    Este es el trabajo más completo que he leído sobre TOQUES DEL RÍO y punto.

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