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Entrevistas Gina D' Soto, artista cubana. Gina D' Soto. Foto: Cortesía de la entrevistada.

Gina D’Soto: la timba en el corazón y el R&B por los poros

Conocí a Gina D’Soto entre la algarabía del festival Jazz Plaza 2023. La cantante, compositora y arreglista cubana de 25 años tiene una tremenda sonrisa complementada con una estética visual que la coloca entre el Bronx y América Latina. Nació en El Vedado habanero, creció en el Cerro y hoy vive en Nueva York.

Sabe que nada es más genuino que reconocerse a sí misma e intenta combinar la música cubana con el jazz y el R&B. Gina defiende que el jazz nacional merece salir del cliché de los tambores y las congas que mayormente se exporta. Profundizar en los ritmos y recursos de la música cubana es la marca esencial de su intención artística.

Con su arte ha colaborado con NPR Live, medio de comunicación estadounidense que escogió en una ocasión su tema Something como la canción de la semana. Prefiere el jazz, y entre la lista de músicos con los que ha compartido escena destacan: Antonio Sánchez, John Fades, Arturo O’Farrill y Daymé Arocena. Actualmente trabaja en su primer EP. 

Quien la ha visto actuar, no la imagina una persona tímida. Nadie diría que prefiere la tranquilidad de su casa o la playa; pero así es, más allá del escenario. Es timbera de corazón y lleva el R&B en la piel. Confiesa que si pudiera haría “timba cerrá”; pero mejor se dedica a bailar con la que ya está hecha.

Pasamos un día entero hablando entre cosas por hacer: ella en Nueva York, yo en La Habana. Hablamos de todo un poco hasta que le pregunté: ¿Por qué estudiaste música y no física de partículas? Al final hay mucha matemática en ambas cosas.

Gina: Bueno, si tú supieras, me gusta todo lo relacionado con la física, la química. Cuando estudiaba música sabía que, en caso de no hacer el pase  de nivel, me hubiera gustado estudiar… no sé… bioquímica o algo así. Siempre me llamó la atención todo lo que tiene que ver con el universo. Veo muchos documentales de la NASA sobre planetas y galaxias.

Lo primero que yo estudié no fue música. Mi mamá me puso en clases de baile español, luego de ballet. No duré mucho porque yo era cuerpona, y se necesitaba cierta estética, cierto físico para las niñas. Luego estuve unos meses en clases de pintura. De hecho, todavía pinto; eso me abrió las puertas a un mundo que me gusta; aunque no sea mi gran pasión.

Después, a los siete u ocho años, mi madre me llevó a hacer las pruebas de aptitud para la [Escuela Elemental de Música] Manuel Saumell. Entonces supe que lo mío era la música. Fue gracioso, los profesores te dan a elegir más o menos entre los instrumentos. Te dicen: tienes violín, chelo y piano. A esa edad son las carreras largas. Yo dije a todo que no. Veía a la gente cargando un chelo, un violín y dije: “¡No, qué va!”. Siempre fui muy vaga. Me dijeron: “Bueno, un piano”. “El piano no hay que cargarlo”pensé. Ahora, de adulta, siempre es un problema encontrar un teclado, moverlo y todo eso, pero empecé a estudiar piano desde los ocho años… hasta que me gradué.

Edu: Empezaste a estudiar piano por vaga. ¡Qué ingenua! 

Gina: ¡Más o menos! (Carcajadas).

Edu: ¿Es por vaga que no tocas ningún instrumento en tus shows? Yo tengo entendido que no eres vaga nada…

Gina: No. Yo no toco en mis shows. Cuando estoy cantando me vienen ideas a la mente, cosas que puedo cantar, que puedo cambiar en la melodía y así. Me gusta interactuar más con el público. Cuando estoy al piano no tengo esa misma habilidad. Sí quisiera ir incorporando una o dos canciones a piano, sola en mi show, para hacer algo diferente.

Lo del trabajo sí es 24/7. Yo no paro y no me han salido las ojeras porque hago muchas rutinas  con cremas para los ojos y demás. Me levanto a las 7 a.m. y no sé a qué hora me acostaré. Me acuesto sobre la una o dos de la mañana. No tengo muchas horas de sueño. La vida siempre es muy complicada y uno siempre tiene que estar cargando, o tocando aquí, o checando a tal persona que está tocando en otro lado… Trabajo también con niños enseñándoles música, en algún concierto o en el propio estudio. Para mí el trabajo es todo el tiempo.

Gina D’Soto. Foto: Cortesía de la artista.

Gina D’Soto. Foto: Cortesía de la artista.

Edu: ¿Cómo es un día normal para ti?

Gina: Un día normal para mí sería levantarme súper temprano, hacer la rutina del skin care, luego me voy a dar clases a los nenes, les enseño música y español a través de la música, enfocado sobre todo en canciones muy lindas, es algo que me encanta hacer. Luego de eso voy al gym, me siento a escribir música, a veces lo alterno con grabar e ir a checar algún show que sea de mi interés, o ir a ver a algún amigo. En la mayoría de los casos ir a cantar. Casi siempre tengo que cantar en las noches. Después de eso, si hay algo que esté abierto como un bar o un jazz club, voy para allá y regreso a casa como a las dos de la mañana y, bueno, me arreglo para dormir y chequear el horario del día siguiente. 

Edu: Es notable la disciplina en tu vida. ¿Siempre ha sido así? ¿Crees que simplemente ha sido necesario para adaptarte a la vida en Nueva York?

Gina: La disciplina empezó desde chiquitica con la escuela de música. Uno tiene que ser muy disciplinado para poder estar ahí, lograr sus objetivos,  aprender música, y ser un buen músico. Desde chiquita he sido consciente de que tengo que calcular mis horarios, cuánto de mi día le puedo dedicar a cada cosa para que me dé tiempo a hacer todo, o por lo menos lo más importante del día. 

Es súper necesario para la vida en Nueva York. Esta es una ciudad en la que el tiempo se va volando. Todo pasa muy rápido y tienes que estar súper en talla y disciplinada con las cosas. Todo tiene que ser muy calculado, ver cuánto tiempo te toma llegar de un lado al otro, calcular el tráfico, etc. En cuanto a la disciplina musical, hay de todo y en todos lados; todos quieren que lo suyo se escuche para hacerse valer. Debes tener una tremenda disciplina artística para que tu voz se note entre tanta gente que intenta hacer lo mismo.

El gimnasio también ha sido algo que me ha ayudado muchísimo. Para lograr lo que quieras hacer con tu estética, hay que ser muy disciplinado con lo que debes comer y las calorías que vas a consumir al día y en la semana. Todo eso también me ha ayudado a ser un poco más metódica con mi tiempo. 

Edu: Me llama la atención que estés tan bien integrada a la vida en Nueva York. Eso me hace preguntarme: ¿Por qué decidiste esa ciudad entre tantos lugares en EE.UU.? ¿Por qué no California, con tanta vida artística, o Miami que es el lugar por excelencia de reunión entre cubanos en ese país?

Gina: ¡Nueva York es una ciudad tan cosmopolita! El otro día estaba leyendo que es el único lugar del mundo donde se hablan más de 383 idiomas. Imagínate eso. Aquí hay una cantidad de culturas y cosas increíbles. Si tantos músicos vienen acá, tantos artistas, entonces qué mejor lugar que este para poder absorber de todo un poquito. No solo de la música, también de los museos. Hay varios de los mejores museos del mundo en esta ciudad. No lo sé. Este lugar todo el tiempo está cambiando.

Miami me gusta para pasar el tiempo, visitar a mi familia, incluso dar conciertos. Es una ciudad muy bonita, me atrae. Sin embargo, no es un lugar que me guste para vivir. No me gusta el estilo de vida de Miami, no hay muchos lugares para la música que yo hago. Es cierto que ahora se está abriendo un poco más la escena para artistas con un estilo parecido al mío. Miami siempre ha tenido una vida cultural más latina y urbana, más de lo pop, y no es algo que yo defienda tanto. 

En cambio, California es un lugar que amo. De hecho, voy todos los años, dos o tres veces. He considerado mudarme allá. Ahí sí me gusta el estilo de vida, la vibra que tiene, aunque todo es un poco más tecnológico y soy mala con la tecnología. Me gusta mucho la energía, creo que para el tipo de música que trato de llevar es un lugar muy lindo, donde se me abrirían puertas. Pronto sabrás de Gina en California. 

Edu: Te noto, en general, muy tranquila y enfocada ahora mismo. Cuéntame cómo fue todo el proceso para llegar hasta aquí. Empezar desde cero y ser emigrante es duro.

Gina D’Soto. Foto: Cortesía de la artista.

Gina D’Soto. Foto: Cortesía de la artista.

Gina: Enfocada y tranquila… (risas). Enfocada sí, pero tranquila, no tanto. Yo he empezado desde cero muchísimas veces. Siempre es muy difícil y es algo que uno debe hacer para lograr lo que quiere. Cuando fui a Canadá no sabía ni inglés ni francés. Viví el proceso de aprender esos dos idiomas y una cultura, para poder ser parte de una comunidad distinta de la que yo venía. Eso fue una experiencia muy linda y creo que de verdad me impulsó a creer que había muchas más posibilidades para desarrollarme. Me ayudó a entender que uno siempre puede reinventarse.

Fue por eso que cuando tomé la decisión de mudarme a Nueva York pude empezar desde cero en una ciudad que tampoco conocía. Ya sabía inglés y, bueno, conocía un poco más de su cultura; aunque igual hubo que cogerle el paso a la ciudad porque sientes que te come. Fue muy interesante aprender sobre la cultura neoyorquina y estadounidense, en general, aprender cómo crecerse cuando uno llega a este país.

Lo más difícil siempre ha sido sustentar mi carrera. Uno ahí tiene que despojarse de todo ego y salir a buscar trabajo. Viendo cuánto es la renta mensual, los gastos del mes, debes buscar un trabajo que pague lo suficiente para poder sustentar todo eso. Ir escalando y mejorando la situación económica y de vida hasta llegar al punto en el que estés bien contigo misma.

Emigrar siempre es duro. Te vas a un lugar que es totalmente desconocido y tienes que aprender todo. Muchas personas se deprimen, yo me he deprimido muchísimo. Estar sola, sin mi familia y muchas veces no saber cómo iba a hacer esto, es muy duro. Uno siempre tiene sueños y aspiraciones. Lo que uno no puede hacer es desesperarse. He aprendido a tener paciencia. Andar paso a paso, tener esa actitud de: “bueno, no pasó hoy, mañana será”. Sobre todo la fe. Tener fe en que vas a lograr lo que te propones, lo que quieres… eso te ayuda a enfocarte.

Una cosa que aprendí hace poco, tal vez cinco años: yo escribo en una agenda y planifico mi día, mi mes, escribo las aspiraciones que tengo para el año. Me pongo las cosas que quiero lograr. Puede que no ocurra, pero me lleva un poquito más cerca y me ayuda muchísimo para tener los objetivos claros.

Edu: Me parece muy interesante esto. ¿Me compartes lo que tienes en la agenda para este año?

Gina: (Risas) Tengo varias presentaciones en Miami, San Francisco, Los Ángeles y San Diego. Tengo también varios festivales en Estados Unidos. Las fechas de Canadá y Europa aún no las tengo, pero hay mucho trabajo. Para este año saldrán varios videos, música, mi primer EP y hay muchas sorpresas por el camino, yo sé que les va a gustar, pero no puedo comentar todavía.

Edu: Me alegra mucho saber que estás haciendo tantas cosas lindas y que tus proyectos van avanzando. Para despedirnos, piensa en lo siguiente: “Si tuvieses el poder para cambiar una cosa en el mundo, ¿cuál sería y por qué?”. 

Gina: Una de las cosas que me gustaría cambiar sería la cantidad de plástico no reciclable que usamos cada día. Para mí es  alarmante, casi todo es de plástico. Hasta las cosas diminutas terminan bajo la tierra, causando una contaminación horrible. Hay muchos países con altos niveles de contaminación por ese motivo. Mucho de eso va a parar al mar y allí la vida de esos desechos es muy larga. Hay muchos arrecifes y vida marina que se han perdido en el proceso. Llevamos un ciclo de contaminación que, al final, termina en uno mismo. Si tuviera algo que pudiera cambiar sería todo ese plástico que usamos diariamente. Con ello, muchas cosas cambiarían.

foto de avatar Edu O´Bourke Profesor e Investigador en Ciencias Sociales. Psicólogo y cantautor. Más publicaciones

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  1. Patricia dice:

    Excelente entrevista! Feliz de ver reflejado el trabajo de Gina en Magazine AMPM!!!

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