
El fantasma de los Grammy 2023
Los premios Grammy se han otorgado desde 1959, y a lo largo de los años han reconocido a algunos de los artistas más influyentes en la historia de la música. Se entiende que hasta hoy es uno de los galardones más codiciados por los artistas y las empresas dentro de la industria musical.
Para muchos puede llegar a significar un importante aumento en las ventas y transmisiones de sus materiales, cuyo fenómeno se suele mencionar como el “impulso Grammy”. El tamaño del impulso a menudo se correlaciona con cuántos premios se recogen y cuándo ocurren las victorias en la ceremonia. La visibilidad y oportunidades que acontecen tras ganar o incluso resultar nominado para un Grammy puede aumentar significativamente la visibilidad de los artistas. Esto puede llevar a mejores ofertas, mejores contratos y más oportunidades en general.
En estas premiaciones se reconocen logros en más de 25 campos, que cubren géneros como los urbanos, pop, rock, rap, R&B, country, reggae, clásica, góspel, música latina, jazz y muchos otros. Esto significa que artistas con una amplia variedad de antecedentes musicales tienen la oportunidad de ser reconocidos.
En resumen, ganar un Grammy puede llegar a tener un impacto significativo en la carrera de los artistas dentro de la industria de la música a nivel mundial, aumentando su visibilidad, mejorando sus ventas y solidificando su lugar en la historia de la música. Además existe confianza de los públicos y expertos en cuanto a la calidad de los jurados y miembros del equipo de decisores dentro del funcionamiento de estos premios.
Pero, ¿se pueden aprovechar las ventajas de una nominación o un premio Grammy sin siquiera llegar a concursar en él?
En los últimos tiempos hemos visto crecer las tecnologías digitales y hemos comenzado a vivir de a poco los impactos productivos de la implementación de nuevas maneras de gestionar los conocimientos y la información. Algunos expertos hablan de una revolución productiva. La música no escapa a las huellas que dejan las Inteligencias Artificiales (IA).
Un artista anónimo conocido como ghostwriter (escritor fantasma en español) generó, utilizando inteligencia artificial, una canción titulada Heart on My Sleeve que imita a los artistas Drake y The Weeknd. El tema creó controversia y fue retirado de los servicios de streaming después de generar más de 600 mil reproducciones en Spotify y 275 mil vistas en YouTube, números nada insignificantes si se tiene en cuenta que aún después de limitar el acceso, se ha seguido compartiendo y escuchando por diversas vías. Esto ocurrió mientras se mantuvo abierta al público en las cuentas de su creador, incluso luego de retirar la música.
Los representantes del artista anónimo (a quien se le puede ver en ver en videos con una sábana encima y gafas ocultando su identidad) revelaron en una entrevista a The New York Times que habían presentado la canción para los premios Grammy del próximo año. La canción participaría en las categorías de Mejor Canción de Rap y Canción del Año. Harvey Mason Jr., CEO de la Recording Academy, confirmó que desde un punto de vista creativo, la canción es «absolutamente elegible porque fue escrita por un humano». Tuvo que retractarse posteriormente por las implicaciones éticas y de derechos autorales.
Sí, es cierto que la Recording Academy anunció protocolos de IA a principios de este año. Estipularon que “solo los creadores humanos son elegibles para ser presentados, considerados, nominados, o ganadores de un premio Grammy” y que «una obra que no contiene autoría humana no es elegible en ninguna categoría». Sin embargo, existe una laguna importante en estas declaraciones, porque las canciones que contienen elementos creados por inteligencias artificiales sí son elegibles para su consideración y nominación. El entuerto en este caso implica el uso no autorizado de las voces y nombres de figuras de la industria. Sería muy interesante ver lo que pudiese suceder en el caso de que sí existiera autorización previa y adecuados procedimientos jurídicos.
¿Será que ya nos han colado gato por liebre y ni siquiera nos hemos dado cuenta?
Lo cierto es que esta canción no es la única que ha causado alto impacto en el público y que se reconoce como generada por IA. Solo por mencionar algunas que puedes buscar: Daddy’s Car y Mr. Shadow, creadas por un sistema de IA llamado Flow Machines; Break Free, una canción pop creada por la IA de Amper Music; y I AM AI, un álbum completo creado por la cantante Taryn Southern y la IA de Amper Music.
Ya en artículos anteriores hablábamos de que no sería necesario que un usuario fuese demasiado creativo o tuviese conocimientos profundos de música para crear canciones. Formas hay muchas y te dejo algunas, por si quieres hacer tu propio experimento. Estas son algunas plataformas que permiten generar música propia con la ayuda de la inteligencia artificial:
- SOUNDRAW es una plataforma que permite a los usuarios generar beats y canciones utilizando inteligencia artificial.
- JUKEBOX de OpenAI es una red neuronal que genera música, incluyendo canto rudimentario, como audio en bruto en una variedad de géneros y estilos de artistas.
- VOICEMOD permite a los usuarios elegir entre diferentes cantantes de IA y de varios géneros como pop, trap, hip hop, clásica y más.
- FRESHBOTS es un generador avanzado de letras de canciones que utiliza inteligencia artificial.
Es importante mencionar que las personas juegan un papel importante en el proceso creativo, ya sea proporcionando datos de entrenamiento para las IA o ajustando y refinando las salidas que se generan.
Ya este año quedó marcado como la primera vez que se reconoce abiertamente que una obra generada utilizando IA casi se consideró elegible para competir por un Grammy. ¿Parece poco? Este fantasma va a permanecer presente por algún tiempo y el debate ético se impondrá.
En cualquier caso, estamos en medio de una época de cambios excitantes y eventos colosales. Lo que sí me da miedo es la incertidumbre que me genera la altísima velocidad con la que van dándose los sucesos. Hace cinco años todo esto parecía muy lejano, y hace unos meses, cuando se publicaron los primeros artículos de esta columna, también. Ahora queda esperar a ver qué pasará en el futuro. Esta vez sabiendo que el futuro podría ser mañana mismo.