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El disco rayado Enserie. Diseño: Jennifer Ancízar. Enserie. Diseño: Jennifer Ancízar.

Enserie

Los ruidos son de granja, posiblemente por la mañana. Gallinas, corral, aves silvestres. Un mugido y un parpido. Levis Aliaga, sobre las voces armonizadas de Raúl Cabrera y Roly Berrío, dice: “Cuando niño me colgaba del caimito / con la cabeza pa’ abajo / Y ahora pa’ ordeñar la vaca / paso tremendo trabajo”. Así abre Enserie (Unicornio, 1999), el disco de hoy, firmado por el trío del mismo nombre. Es una excelente presentación, porque enseña tres de las referencias biométricas con las que la base de datos de la canción cubana reconoce al grupo: campo, jodedera y trabajo vocal.

La noche entera, pieza de apertura, es, quizás, el único momento del álbum donde el acento manigüero aparece de modo expreso, en la letra y la música. Pero está, sin dudas, de modo atmosférico, en toda la extensión del fonograma. Aun cuando no se señale directamente, las palabras funcionan como GPS, delatan el sitio desde donde se canta; y en ese sitio no hay semáforos ni rascacielos. Se dice “sendero”, “colmena” (Peregrino al viento), “pueblo”, “arrozal”, “río” (Parece un aguacero), “guásima”, “babujal”, “yunta de buey” (El negro Danié), “mata”, “ahoritica” (La conga del dragón ñato), “guayabo” (El patio). Son vocablos que no vienen a la cabeza del compositor que lleva toda la vida en Manhattan. Al trío le sale la guajirá, y le sale lindo.

Son doce temas. Me gustan todos. Cinco clásicas declaraciones troveras serias (Peregrino al viento, Parece un aguacero, Añoranza, Canción al desaliento y El patio), el resto es puro retozo: tres amigos sin mucho que hacer, quemando en el parque Vidal, y de paso dejando canciones tremendas en las porosidades de los edificios que les rodean. El humor como recurso, en el Trío Enserie, es el tipo de humor residual que dejan los experimentos de estilo, cuando el ambiente del laboratorio está distendido. El chiste no se premedita. El chiste se da. Resulta del jugueteo, de la maroma estética. El humor del Trío Enserie es humor de medios, no de resultados. Cuando Roly dice después, en solitario: “No sé si cortarme las venas / o dejármelas largas”, se nota el proceso mental previo, la elaboración del gag. Aquí en este álbum no. En Carnavalito, dice Rolando: “El malo malo de este festín / es el tostado…” e inmediatamente las voces, por detrás, nombran al personaje: “Billy No-Good”. Pareciera que a Levis y Raúl se les ocurre el nombre al vuelo, en tanto imaginan la escena western que cuenta su amigo.

Desahogo y sinsentido no tienen influencia en la calidad lírica. Esas son cosas de amateurs, que necesitan hablar en serio para alcanzar algún tipo de socavón poético. La guasa de estos tres es bellísima, y emociona y golpea tanto como la tristeza o la nostalgia. Miren qué hermoso este juego de palabras de Big Ben, una alegoría al reloj: “Tu número uno se perdió. / Ahora las dos serán las dos”. Y qué hermosa La conga del dragón ñato, tal vez mi tema favorito y de los más finos que Roly Berrío ha hecho y nunca canta.

El trabajo vocal es la marca más visible. Donde el Trío Enserie se convierte en el Trío Enserie y no en Raúl, Levis y Roly, juntos. Ahí más que en las letras está esa voltereta formal, ese juego constante del que hablo. En los timbres, en las afectaciones vocales y en las opciones armónicas por las que se deciden. Hay menos voces donde hay menos retozo, donde los miembros del tridente son más trovadores individuales; es decir, en Parece un aguacero (Levis), Añoranza (Raúl Cabrera sobre texto de Excilia Saldaña) y El patio (Roly). Son tan bellas estas canciones, remueven tanto ya la falla de San Andrés del alma por su propia morfología musical y poética, que los artistas prefirieron no tocarlas mucho, y así recordarnos que ellos son trío porque lo quieren ser, porque les gusta, porque la pasan bien siéndolo, no porque lo necesiten para expresarse. Los arreglos vocales llegan al final de Parece un aguacero, están muy poco en Añoranza, y en El patio ya no están; Levis y Raúl se habían ido al baño del estudio a llorar, después de que Roly dijo: “La guanábana sube sin decirnos nada”.

Se arreglan tan bien las voces estos tres, que toman una pieza normalita como Canción al desaliento, de Fernando Cabreja, y la vuelven un temazo. En esa octava pista, y también en Peregrino al viento, cada vez que uno de los solistas entra a cantar la parte que le toca, nos parece, si andamos entretenidos, que nos han cambiado la canción. Cuando están sueltos, cada uno filtra el tema a su modo, y son modos distintos. Cuando aparecen unidos, renuncian temporalmente al yo, y crean ese timbre inconfundible: el timbre Enserie.

En la caldera rítmica del grupo, el motor principal es el pulgar derecho de Roly Berrío. Entre todos los dedos que tocan guitarras troveras en Cuba, ese es el de más swing. Deberían asegurarlo. Fíjense en el segmento de improvisaciones de Siglo XV, y en La conga del dragón ñato, por decir dos. Cómo es el pulgar el que dice cuándo se menea la cintura, cómo se arma una orquesta él solo, cómo es bajo, güiro y clave, sin sudar mucho. Es una máquina, Roly, no tengo que decirlo yo aquí.

Nunca he visto este álbum, solo la carpeta en mi computadora que hace de él. No sé si salió en CD, en casete, o qué. Solo sé, porque me lo dijo Google, que se publicó en 1999 bajo el sello Unicornio. Ni sé tampoco cuán al tanto estén en Silicon Valley de los tejemanejes de la industria discográfica cubana, así que sean buenos y perdonen cualquier error que haya podido cometer. En los títulos, el orden de las pistas, esas cosas. Cuando la producción de Unicornio esté a mi cargo eso no sucederá, porque yo, antes de hacer cualquier cosa, reedito este disco cada dos o tres años.

foto de avatar Carlos M. Mérida Oidor. Coleccionista sin espacio. Leguleyo. Temeroso de las abejas y de los vientos huracanados. Más publicaciones

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  1. Darsi dice:

    Lo más grande ese disco, Enserie, Roly Berrío y esta columna.

  2. Eliana dice:

    Llevo buscando el disco desde que vinieron a Colombia. Encuentro canciones en Youtube y Spotify… pero lo quiero completo!

  3. El Gabo dice:

    En ese Trío es mucho más grande que la suma de cada uno de ellos. Es mágico regresar a el de tanto en tanto («…yo sé de las brujas que todo es posible: espejos y magos…»).

    La Trovuntivitis comenzó a hacer conciertos online los jueves, a las 11 p.m. a través del chat de Telegram, en el grupo t.me/trovuntivitishome

    Súmense!

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