
¿Reinas cubanas del perreo?
Históricamente, la escena urbana es un espacio donde los hombres son mayoría, pues han tenido en “el reparto” un lugar desde el que reflejar —con su lenguaje y expresión musical, danzaria y gestual— el mismo poder y los privilegios que poseen en la sociedad respecto a las mujeres. Desde el barrio y hasta el escenario, ese poder se evidencia en el dinero, la posesión de objetos e, incluso, de mujeres. Para romper con esos estereotipos y labrar el camino, la reguetonera tiene —y tendrá, quizás por mucho tiempo— el reto de articular su sentir y expresión en la música urbana, con la carga extra de pelear por sus espacios y oportunidades.
Lamentablemente, el juego está lejos de estar parejo. El discurso femenino urbano en Cuba parece ser orgulloso portador de un machismo ya arraigado en sus venas melódicas. Dicen, visten y cantan para los hombres, como si la dominación sexual fuese símbolo de equidad de género y eso les igualara el partido.
Por otro lado, aunque algunos reguetoneros han estilizado su lenguaje, restándole agresividad y violencia, y lo han adaptado a mercados internacionales, con diferentes registros, otros —la mayoría— mantienen un lenguaje violento como forma de expresión y elemento identitario del género. Nada indica en el plano de la realidad que un gran cambio vaya a producirse en ese sentido, pero tampoco creo imposible una futura escena urbana en Cuba que produzca reguetón sin misoginia y en la que exista, además, respeto de la mujer hacia sus congéneres.
Las reguetoneras tienen en sus manos dos herramientas que desaprovechan: la sensualidad y la atención de todo un continente que ya posee abanderadas en el ámbito urbano.
A inicios de la década de los 2000, Ivy Queen era “la Caballota” y reivindicó su rol dentro de un movimiento urbano en el que las mujeres, además de ser pocas, no tenían realmente una voz y un estilo propios. Hoy en día, en la Latinoamérica urbana se puede ver que ser mujer es más que sexo y noche de lujuria.
En la Isla este camino ha tomado un poco más de tiempo. Las cubanas se han hecho eco una y otra vez, hasta el cansancio, de un discurso heteronormativo donde el hombre y la mujer protagonizan las mismas acciones.
Son pocos los nombres que engrosan la lista de chicas urbanas en el país, a lo que se suma su poco impacto mediático y discursivo en la escena. Mientras así sea, difícilmente existirá variedad en la propuesta ni posibilidades de ampliar la palestra de estilos. Se precisa de una “mujer poderosa” que propine un golpe contundente a esa estática, que constituya un punto de giro para el camino monótono que está recorriendo la presencia femenina en el reguetón en Cuba.
Desde que en 2018 la Srta. Dayana participara en el espectacular concierto de los Premios Juventud en Miami —cuando defendió el cubatón junto a otra decena de artistas de la Isla— ningún otro gran suceso urbano ha llevado firma de mujer cubana. Por otra parte, en los últimos años sí han sido muchos los hits que han contado con la colaboración de voces como la de Patry White o La Diosa, guerreras que ojalá tengan mucho por aportar al género aún.
Cuando no es protagonista, la reguetonera forma parte de un colectivo masculino y su voz es empleada para gemidos, expresiones de sexualidad o una breve intervención de una mujer que es dueña de su sexo. Pienso en ejemplos como Cosita Rica, con la participación de A-wing, y hace varios años el fragmento de Patry White en la producción de DJ Unic: Rikiti. Pero hay muchísimos más.
En plataformas como YouTube se puede constatar que las reguetoneras tienen un mayor número de visualizaciones en featurings con cantantes afamados del género que por sí solas. Aunque no se trata de popularidad o de audiencia en las redes, se nota que, en efecto, es un nicho pequeño en comparación con el de los hombres. Por otra parte, la propuesta de las reguetoneras bien podría ser un discurso de empoderamiento desde el respeto a la sexualidad y con una postura inclusiva.
Cada dos por tres emerge una joven promesa masculina en busca del trono repartero. Pero no sucede así con las reguetoneras, ¿por qué? La presencia femenina enfrenta otras condicionantes sociales, roles y estereotipos a su alrededor. En el transcurso de la historia del reguetón en Cuba han sido pocas las mujeres que, por alguna u otra cualidad, han destacado en el género. De hecho, pienso solo en tres nombres, ya mencionados aquí, que me parecen fundamentales: La Diosa, Srta. Dayana y Patry White. Con índices de popularidad oscilantes, cada una en su momento, han estado en listas de éxitos y han aportado temas como Ni palito ni palón, Disfrazado de Maluma y Muñeca diabólica, respectivamente, que forman parte de esa historia musical y las han legitimado ante sus seguidores.
Al apreciar la obra que han desarrollado en tres décadas resaltan algunos atributos: para lo sexual son poderosas; en lo económico, exitosas, y la apariencia es sexy; sin duda ingredientes de un cóctel que seduce a muchas y muchos. El público femenino podría admirar, disfrutar y elogiar la posición que han adquirido. Al tenerlas como referentes, consideran quizás que imitar su actuar es el único camino al éxito de una mujer reguetonera en Cuba. Pero ellas precisan también de una representación feminista que realmente abogue por la equidad de género.
Sin contar a las tres reguetoneras antes mencionadas, en tantos años casi ninguna otra mujer ha emprendido una carrera en el reguetón siguiendo las premisas de equidad. Este fenómeno podría entenderse como resultado de un hecho evidente: los atributos antes mencionados no posicionan a la mujer cubana y urbana en el sitio que merece. La autonomía de la mujer en sociedad, el hacer valer sus derechos, no ha de construirse sobre la base de generar más violencia o reproducirla, esta vez contra los hombres. Ha de ser un proceso inteligente, en el que salgan a relucir los valores culturales del reguetón y se aproveche el alcance mediático que tienen para posicionar el decir de todes , por igual, en la industria de la música internacional.
Muñeca diabólica, de Patry White La Dictadora, es un tema que salió en 2012 y tuvo un videoclip dirigido por Joel Guilian. Desde el título se hace evidente la cosificación del cuerpo femenino, como si las mujeres se pudieran comprar en catálogos, como juguetes. Dice Patry: “Pasa por la juguetería a ver cuál es la que tú quieres / aquí hay de muchos tipos pero están las que a ti te convienen”. No obstante, no puedo dejar de decir: ¡cómo La Dictadora no hay dos! Creo que ella es el flow mismo del reguetón hecho por mujeres en Cuba, aunque su música esté pasando de moda.
Por su parte, La Diosa —que un año más tarde de la salida de Muñeca diabólica, lanzaba el single Para mí— alcanzó el momento cimero de su carrera en 2019 con el tema Ni palito ni palón. Con esta diva también me sucede algo parecido, ¿son sus canciones una reivindicación del poder femenino? No lo creo, esta oda a sus genitales muestra una dependencia sexual del hombre a ella como mujer poderosa.
Decir: “Es mi tota la que te domina / Es mi tota la que te hace daño” no reivindica ningún rol femenino en la sociedad. Por el contrario, confunde y desvirtúa el camino a lo que debería ser conquista social permanente, la equidad de género. En este tema, como en muchos otros, se invierte la historia y se cuenta cómo una mujer tampoco respetó los derechos sexuales del hombre.
La nota esperanzadora la pone la Srta. Dayana, quien por dos años consecutivos lanzó sendos cantos a la libertad e independencia de la mujer: “A ti lo que te duele / Que hay alguien en mi cama quitándome el frío / Te duele, te duele, a ti lo que te duele, lo fácil que te eché al olvido”. ¿Lenguaje reguetonero? Sin duda. Pero, salvando las distancias con otros géneros musicales, al menos aquí siento que hay de qué estar orgullosas. Tal vez podría decirlo de otra manera, pero al menos no lastima ni ofende. En el 2018 fue un súper éxito A ti lo que te duele, y un año después Sola, como siempre junto a Adriano DJ, y con 4.6k de likes en YouTube. En su videoclip mostró a una mujer independiente, libre de cualquier control o yugo masculino y al mismo tiempo sin alusiones sexuales.
Hay mucho por transitar aún para hablar de un panorama diverso y dialéctico en la escena femenina del reguetón hecho en Cuba. Siempre se puede desear mucho más, teniendo en cuenta la calidad vocal y de estilo de todas las artistas de nuestro país, para que su música y su flow estén en consonancia con el camino trazado y el que aún falta por andar en la Isla en pos de la equidad. Creo que así quedará representado algún día en muchos reguetones cubanos el sentir y vivir, si no de todas, de muchas mujeres.
Además de estas tres reguetoneras con una carrera relevante, tenemos ejemplos de otras artistas como Lady Laura y Diana Fuentes, que han incursionado en el género de forma puntual o con muy poca trayectoria. La primera de ellas no ha sonado mucho en el reparto, salvo contadas colaboraciones, en especial una junto a El Micha, en Miénteme. En el caso de Diana Fuentes, luego de unas bases interesantes en el pop, ha asumido recientemente al reguetón como un nuevo terreno de exploración y posible ruta a un éxito soñado; pero no ha logrado mucho, más allá de algunos temas semipopulares y una renovada imagen con movimientos de cintura en videoclips. En cuanto a su discurso, hay muy poco que pueda favorecer la liberación femenina.
De todas formas la historia comienza a contarse de otra manera. Aunque hoy ninguna de estas reinas tiene la corona, tampoco se puede decir que el tablero pertenece solo a los reyes. Falta mucho por recorrer en el camino de la equidad, pero ellos comparten ahora el espacio con las poquísimas mujeres que han apostado por su realización artística en el reguetón.
Bravo por este análisis!! Concuerda con mis observaciones. Más de esto esto por favor. Necesitamos cantar, rapear, expresar otras cualidades del ser humano, de la mujer que no sea siempre el sexismo sin frenos, las adolescentes sexualisadas, las cadenas de Oro, la vulnerabilidad y en fin…. Saludos.
Muy buen artículo! Coincido total! Pero hay jóvenes q se están abriendo camino en el género, y creo q su discurso si es diferente.. Liana Milanés creo es un ejemplo de ello.. saludos!
Creó qué la solución consiste en vender una imagen auténtica pero qué convenza qué se sienta real,no es fácil,porque nunca se ha hecho pero una vez abierta la puerta nos aportaría más diversidad cultural a esta industria qué a diferencias de otras está muy lejos de aburrir sólo es cuestión de reinventarse,con total libertad creativa
Buen análisis. Pero te invito a acercarte a lo nuevo qué está produciendo La Patry White… Nada qué ver con muñeca diabólica… Ahí tendrás tela por dónde cortar 🥰 Buen artículo!
Comence a leerlo esperando mereciera la pena el articulo pero es solo enumerar los likes y viualizaciones y escribir sobre lo mismo, llover sobre mojado lastimosamente.
Srta Dayana ha sido la única que ha sabido mantenerse defendiendo el género femenino y con creces. Este mismos mes junto al chacal su cover tiene más de 600k y subiendo.