
La habitación / Rebeca Martínez
“Rebeca es polémica, y cuando no está presa la están buscando”. Así definía el gran Rufo Caballero a Rebeca Martínez hace más de 10 años, y lo cierto es que el tiempo, una vez más, le ha dado la razón.
Tengas la edad que tengas, si vives en Cuba, es difícil que no hayas escuchado hablar de esta mujer al menos una vez. ¿Quién iba a decir que Rebeca Martínez volvería a ser trending en redes sociales a la altura del 2023?
La rubia capitalina ha pasado por todo: bailarina reconocida, humorista, actriz, presentadora, cantante, sex symbol, vedette controvertida, y, por último, fenómeno de redes sociales de manera periódica como material para memes.
Lo cierto es que, a sus más de 50 años, la Rebeca se niega a retirarse —¿por qué tendría que hacerlo?—. Si siempre revuelve el avispero de la isla con algo nuevo. Lo mismo una sesión de estudio y un vestido sensual para Navidad, que su video viral de “y seguimos con el nasobuco”, o unas fotos hechas con Photoshop al estilo del año 2000. La cuestión es no pasar inadvertida, algo que ella ha aprendido a hacer muy bien a lo largo de los años.
Ahora refuerza nuevamente su faceta como cantante, su lado preferido según sus propias palabras y por el que le gustaría ser reconocida. Pero atentos, ya no es ni de lejos aquella mujer del himno “¿Rakarakachán de Ponte en Forma,* o la de sus éxitos de pop-rock Todos los hombres son iguales y Voy a soltarme el pelo. En lo absoluto. Los tiempos han cambiado, y aquella fórmula, en el momento actual, no le hubiera funcionado más que para una invitación a Cuerda Viva o quizás a Piso 6.
Rebeca lo sabe, y para continuar siendo tendencia se aleja de la sonoridad a la que nos tenía acostumbrados y resucita en boca de todos con una nueva pista musical que recibe por nombre La habitación.
Es una pista sencilla desde el punto de vista compositivo, y no voy a complicarme en analizarla y deconstruirla demasiado porque lo cierto es que no lo necesita. Es lo que es: una canción simplona, diáfana y desenfadada que sigue el hilo de otras de su creadora, Tanya —esta última tuvo su momento de mayor visibilidad a fines de los 80 e inicios de la década siguiente y pegó el hit Ese hombre está loco antes de emigrar en 1993, aunque hace unos años retorna con cierta asiduidad a la escena cubana—.
Su punto a favor es, sin lugar a dudas, lo pegajoso de su letra (para bien o para mal, según se mire), y sobre todo el uso pertinaz del doble sentido, que sin llegar al lenguaje soez da ese toque picantico a la canción y te hace recordar que ese tipo de piezas, a lo Si me pides el pescao te lo doy de Eliseo Grenet o La choza de Chacho y Chicha de Tony Ávila, gustan en el país. Según se afirma desde afuera, el cubano es caliente por naturaleza, y este tipo de canciones a menudo se imponen como éxitos rotundos. Solo que no es habitual que estén compuestas e interpretadas por mujeres.
Versos como “sentada en la habitación haciendo porompompom”, y “Tengo al caballo de Troya y se manda tremenda joya”, probablemente hayan llegado para quedarse en el imaginario y el habla popular.
Sin embargo, no creo que esta letra pegajosa respaldada con el empleo acertado de la picaresca, por sí sola, habría puesto a la canción en el centro del foco mediático, como se encuentra ahora mismo; y el hecho de que estuviera semanas en el sitio Pistacubana antes de que muchos supieran de ella, sirve para apoyar mi argumento.
La habitación se convierte en sensación en primer lugar porque es Rebeca quien la canta. Porque quien durante años causó sobresaltos en los hombres, y fue aborrecida por las mujeres, ahora es —para sus detractores— una señora que roza en la ridiculez y no encuentra nada mejor que hacer.
Seamos sinceros: ¿si hubieran sido Laritza Bacallao o Isis Flores la protagonista de esta pieza, el resultado habría sido el mismo? Rebeca será criticada, linchada, burlada y hasta quemada en la hoguera por no envejecer de acuerdo a la norma; pero mientras esto sucede siempre hay quien la sigue en Instagram o hace un meme con sus videos más recientes. Y ahí está una de las claves de su sorprendente éxito.
El segundo punto es lo controvertido y poco ortodoxo del videoclip. Personalmente no considero que esté mal realizado. ¿Kitsch? Sí. ¿De escasas virtudes cinematográficas? También. Pero justo en este minuto hay decenas de videos en los Lucas que padecen del mismo mal y no por ello se critican tanto. El apoyo visual de la directora May Reguera — de quien me confieso fan por su manera de entender el arte— ha levantado ronchas, sin dudas, pero lo cierto es que hace un uso acertado de la fotografía para dar un producto llamativo, a tono con “lo calentico” del tema. Tanto la temperatura de color del video, como el tono visual vintage se acoplan por entero con los planos de cámara y con la proyección mímica de Rebeca, quien se mueve cual diva de los 70. Al mismo tiempo, a ratos el video es absurdo y anómalo. Entonces ahí, teniendo en cuenta que lo polémico, lo raro y lo controvertido está a la orden del día, no veo por qué Rebeca —a quien evidentemente le gusta adherirse a las tendencias— tendría que ser la excepción.
La habitación quizás no sea una genialidad musical, pero, guste o no, es una pista que dará vueltas en las redes por un buen rato, al menos hasta que La Diosa estrene el tema de la llegada o Chocolate ofrezca alguno de sus estribillos característicos. No es una obra maestra, pero tiene una dosis justa de creatividad y va acorde a lo que se consume en Cuba hoy.
En cuanto a Rebeca, habrá quienes la asuman como una pseudo-vedette zombie que se niega a aceptar que su etapa artística ya pasó, o quienes la vean como una rompedora, llena de originalidad, conocedora de lo que el público quiere y que ha sabido explotar a la perfección. En mi caso, prefiero darle la razón una vez más a Rufo: Rebeca es Rebeca. Cuando no está presa la están buscando, así que solo nos queda esperar para ver con qué nos sorprende en el futuro.
*Programa de gimnasia musical aerobia de la TV Cubana donde la propia Rebeca fue una de sus protagonistas principales. Rakarakachán era el tema de presentación y despedida, y se convirtió en un himno en los hogares cubanos.
Me encantó este escrito referente a la «madame polémica del siglo XXI», creo que, adaptándose a estos decadentes y controversiales tiempos musicales y audiovisuales, Rebeca se impone, adaptándose a las nuevas tendencias (particularmente tengo mis reservas sobre tomar de estos tiempos solo lo positivo) como pez queriendo no caer en las redes del olvido… pues mira, sigue guapeando y nos sorprende 😅😅😅
Creo q la canción no está pa tirar cohetes, y el vídeo tampoco (hay una falta de energía ahí que los 4 min se vuelven 8) que poco tiene que estar pasando en Cuba en materia de música pa dedicarle un pedacito al porompompom
Estoy de acuerdo con su comentario no soy fan de Rebeca pero admiro su tenacidad su tema es simple y hasta medio enredado pero si llevamos días escuchando a Shakira aullando como una loba pq no disfrutar de Rebeca que es nuestra .Disfrute el tema no caiga en tantos análisis. En fin aproveche el pan con lechón pero cuidado con el porompompon.gracias Rebecca.