
De cuando el diseño analógico se encontró con el CD
En el 93 dejé mi trabajo en el Departamento de Medios Audiovisuales de la Universidad de La Habana para probar suerte en el mundo freelance. Ya venía colaborando con Ernesto Azcuy desde el año anterior y un día me dijo que lo habían llamado de Artex, que recién lanzaba su sello Bis Music y necesitaban diseños para la colección de discos que estaban presentando. Por esos años, el CD era la gran novedad y todos los trabajos los hicimos para ese formato. En Artex quedaron satisfechos con el resultado y nos volvieron a llamar al año siguiente. Nos pagaban puntualmente y en dólares, lo que en pleno Período Especial no tenía precio. En el 94, Ernesto salió de Cuba y yo continué trabajando con Artex hasta el 96 o el 97.
No recuerdo si nos daban el contenido de los discos para escucharlos antes de hacer los diseños o solamente nos pasaban el título y el artista. Si bien algunos colegas ya usaban computadoras, todavía no estaba tan extendido su uso en el medio del diseño, por lo que hicimos todas las ilustraciones a la manera tradicional. Los materiales y técnicas que usamos eran acrílico, tempera, pastel graso y collage, o interviniendo fotos, cambiando de estilo y de técnica, dependiendo de la imagen que queríamos lograr para cada artista. Por ejemplo, en el álbum de Los Muñequitos de Matanzas, la tipografía está hecha con lentejuelas reales, pegando una por una; en otros casos, está “dibujada” con la cuchilla sobre vinilo adhesivo, aprovechando el trazo irregular provocado por el corte. Solo nos pedían la ilustración de tapa y no interveníamos en la diagramación del folleto ni en el proceso de impresión. Cuando terminábamos, entregábamos al cliente los originales y solamente veíamos el trabajo una vez impreso. Eso afectó en parte el resultado final, pues se perdió la oportunidad de generar un producto más atractivo y coherente.
Yo tengo el oído cuadrado y soy incapaz de sacar una sola nota a un instrumento musical. Tal vez por eso siento una admiración y un respeto muy grande por los músicos y cantantes. En ese momento, con veintitantos años, escuchaba mucho rock, nueva trova, algo de cantautores españoles o argentinos, y los ritmos tradicionales cubanos solo me atraían cuando aparecían en proyectos de jazz latino o en trabajos como el de Síntesis. Sin embargo, este trabajo, y luego la nostalgia del emigrante, hicieron que me interesara y comenzara a escuchar muchos artistas populares a los que hasta ese momento no les prestaba atención. Varios de ellos continúan hasta hoy en mi panteón musical personal y, gracias a su música, vuelvo de vez en cuando a caminar por alguna calle de mi barrio habanero.
Cuánta nostalgia y recuerdos !!!
Verlo trabajar hasta altas horas de la noche, en estos diseños u otros , oyendo música o mascullando disgustos si no iban como quería….pero al final para nosotros , un resultado hermoso que nos enorgullecía del «artista de la familia». Por eso una nostalgia que hace sonreír y desearte que siempre tengas la felicidad de seguir creando🤗😘