
Carlos Lage
Amada Negra Tomasa:
El motivo de mi misiva es hacerte saber que lo nuestro ha llegado a su fin.
No quiero que pienses que ya no te quiero, es solo que el tiempo pasa y ya no siento lo mismo por ti. Recuerdo cuando te descubrí, la honda satisfacción que sentí al escuchar tu melodía armoniosa y tu ritmo contagioso. Fueron tus primeras palabras las que me hicieron saber cuánto amor sentía desde entonces por ti cuando te cantaba “Estoy tan enamora´o de la Negra Tomasa”. Me vi tan identificado. Bien sabía tu padre Don Rodríguez Fife —que en gloria esté — lo que hacía cuando te trajo a este mundo.
Y como suele ocurrir en estos casos, lo nuestro fue amor a primera vista. Desde entonces comenzó un hermoso romance que nos llevó por fiestas de pueblo, bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños y un largo etcétera. No podía ser más feliz.
Fue tal tu aceptación que incluso estabas presente en el menú de un lujoso hotel, bajo el nombre de “Sopa La Negra Tomasa”, en homenaje a todas aquellos músicos que tuvieron que hacer sopa contigo durante años en tantos restaurantes y bares del mundo para ganarse el pan, que, por cierto, venía incluido con la sopa cual símbolo de sacrificio.
Fueron tantas las aventuras vividas juntos en blancas noches de verano, cuando henchido de orgullo cantaba a los cuatro vientos mi amor por ti. Por eso sé que cuando no estés en casa me pondré triste, pues he vivido el gozo de tu bilongo, que no sé de qué manera me echaste pero he de reconocer que me lo echaste. Sé, además, que nadie como tú me ha colado el café y en pocos lugares he comido algo tan bueno como lo que tú me cocinas. Pero no sé qué me pasa últimamente, lo cierto es que aunque me sigue gustando tu bilongo ya no siento lo mismo por tu kikiribú. Además, no sé por qué siento que tu amor no es exclusivamente para mí. ¿Es cierto acaso que estás en boca de muchos por ahí? ¿Incluso extranjeros? Me cuentan tantas cosas de ti que a veces no sé qué pensar. Por eso he decidido borrarte de mi repertorio para siempre. No volveré a cantarte nunca más, ohhh, amada Negra Tomasa. Deseo que encuentres la felicidad en otras manos y otra voz.
Tuyo siempre desde el silencio,
Carlitos Lage