
Debemos despertar, y que se queme el arroz
“¡Este es mi tiempo y quién dice que no!/ Voy bajando y que se queme el arroz”. La melodía y la letra de esta canción aún suenan entre las feministas cubanas, y como este pegajoso estribillo del dúo La Reyna y La Real, varios son los temas musicales de la Isla que hablan de emancipación femenina, equidad de género y lucha por los derechos de las mujeres de todo el mundo.
Algunas de las artistas que hacen música en la Isla se sienten comprometidas con las causas del feminismo y la batalla contra la violencia hacia mujeres y niñas, y se han unido a las campañas institucionales que tienen lugar en el país. Otras establecen alianzas junto a la sociedad civil o dejan clara sus posturas en redes sociales; y hay quienes también componen pensando en cómo expresar lo que piensan, viven y sienten en materia de discriminación por género.
Hay muchos modos de ser feminista. Y el mismo diapasón de posibilidades está abierto para que cada creadora elija cómo contar sus vivencias y qué hacer con la oportunidad y la responsabilidad de ser una persona pública. Desde la ropa que usan, las alianzas musicales que eligen, un post en las redes sociales y un movimiento simbólico sobre los escenarios… Todo se transmite y llega a la audiencia. Sobran los ejemplos internacionales de cómo las posturas de personalidades de la industria del espectáculo pueden crear revoluciones. Y Cuba no tendría por qué ser la excepción dentro de este movimiento de justicia en clave de género. Algunos caminos ya han sido trazados en ese sentido, aun cuando estemos apenas en el umbral de un largo viaje.
Mujeres contracorriente
Uno de los primeros nombres que sale a la luz cuando se pregunta por mujeres con posturas feministas en el escenario musical cubano es el de Rochy Ameneiro. La artista lleva alrededor de diez años al frente de una lucha por ofrecer a las mujeres el espacio que merecen en la sociedad. Es la fundadora del proyecto Todas Contracorriente —cuyo tema musical es de la autoría de la cantautora pinareña Yamira Díaz— y, como tal, ha organizado varios eventos en los que diversas creadoras de la Isla se unen para compartir su arte.
De acuerdo con Rochy, existen varias cantantes cubanas que abordan temas feministas en sus textos, y entre los ejemplos señala a Telmary y a La Reina y La Real. Son artistas, dice, que desde sus propuestas critican “la posición del hombre como proveedor y a la mujer como figura doméstica, cumpliendo las tareas de la casa (situación habitual del machismo) y ponen como solución la liberación de la mujer de esos roles”.
Para Rochy, todo texto no sexista que promueva la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, y el respeto a la libertad individual, puede ser un discurso feminista. En su caso, se piensa como “una intérprete de canciones que respetan al público, libres de sexismo y lenguaje agresivo, que visibilizan a la mujer.
“Soy feminista porque defiendo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Utilizo mis espacios como artista para promover la cultura de paz y trato de asesorarme con especialistas del tema para mandar mensajes que eduquen en el camino hacia una sociedad mejor”, defiende.
La cantautora incorporó el feminismo a su repertorio, sus audiovisuales, su proyección como artista y su modo de vida. El tema Contracorriente y su video homónimo que celebró, en 2012, el centenario de este movimiento en Cuba —debemos recordar que en 1912 varias mujeres cubanas salieron a luchar por sus derechos; en noviembre de ese año, por ejemplo, se fundó en La Habana el Partido Popular Feminista—, es uno de sus trabajos, donde se unió a Omara Portuondo y otras profesionales del arte.

Ilustración: Camilo Nieto.
Lucha feminista: el despertar
La labor en las redes sociales y en varios espacios físicos en los que respalda los reclamos de la comunidad LGTBIQ+, hacen que Haydée Milanés sea una de las cantantes cubanas que más se pronuncian en la lucha por la equidad. Sin embargo, la propia Haydée considera que sus letras no tienen un discurso feminista específicamente, aunque sus canciones y las que interpreta no degradan ni a la mujer ni al hombre. “Creo en el respeto mutuo. Creo en los seres humanos”, dice.
Para ella, el discurso feminista debe comenzar con el reconocimiento de todas las injusticias que se han cometido contra la mujer a lo largo de la historia. “Debe defender la equidad entre ambos géneros y el respeto hacia nosotras. Educo a mi hija pensando en la equidad, porque creo que es vital la educación a las mujeres desde muy pequeñas. Muchos de los conceptos equivocados que tenemos vienen desde la niñez, con pequeñas ‘enseñanzas’ machistas que nos dan. Por supuesto, las madres no lo hacen a propósito, sino que son cosas que repiten inconscientemente porque así las recibieron”.
Las realidades que le preocupan han marcado su conducta y su activismo. Haydée piensa que en su formación actual influyeron las grandes disparidades que ha visto en la sociedad en relación con los derechos de las mujeres y los hombres. “No se trata de leyes escritas, sino del comportamiento humano, de la educación que se les da a hombres y mujeres. Desde muy pequeños les enseñan a ellos que tengan muchas novias, que las mujeres son quienes cocinan, lavan y friegan. Que si ellas han tenido muchas parejas son unas putas. También nos enseñan que nosotras no debemos andar solas por las calles. Siempre he sentido envidia de los hombres que se pueden sentar en un parque solos a escuchar música. Nunca he podido hacer eso sin ser asediada por algún tipo que me pregunte qué yo hago tan solita, o que se empiece a masturbar, mirándome. Es algo que tiene que cambiar.
“Hay que respetar el espacio de las mujeres y el derecho a ser libres, no solo de caminar por las calles sin ser molestadas, sino también de expresar sus criterios, y ser tomadas en cuenta sin ser ridiculizadas u objeto de burlas por su género.
“Por otra parte, debemos seguir luchando por ocupar más espacios de poder, donde tomemos decisiones importantes para el país. Creo que en Cuba hay una energía muy masculina en la mayoría de las disposiciones a nivel de gobierno. Estoy segura de que las cosas van a ser mejores, estarán mucho más equilibradas, si se cuenta con nuestra energía femenina”, opina la artista.
Asimismo Haydée piensa que lo peor, cuando miramos todo el panorama, es la violencia hacia las mujeres, que las golpeen, las violen y las maten. “Por eso estamos luchando por una Ley Integral contra el maltrato a las mujeres y niñas, que no solo condene a los culpables, sino que proteja a quienes se encuentren amenazadas, para que no las lleguen a agredir, violar ni matar. Esto es algo que está sucediendo, no es normal y debemos despertar. Necesitamos que cuando una mujer vaya a denunciar este tipo de agresiones, sea tomada en cuenta, y pueda tener un espacio donde posea toda la protección necesaria”, resume.

Ilustración: Camilo Nieto.
¿Salsa para hombres?
La música popular bailable cubana es un territorio minado por el machismo y la discriminación hacia aquellas mujeres que pretenden marcar la diferencia. Haila María Mompié se ha ganado su lugar en un «mundo de hombres». Y también ha tenido enfrentamientos al luchar por sus derechos en esta escena.
“Para nadie es un secreto y siempre lo he dicho: lo he sufrido en carne propia a lo largo de mi carrera por el simple hecho de ser mujer y cantante de timba, un género musical muy machista. Poco a poco, con mucho trabajo, me he abierto camino y les he demostrado que ser mujer no es impedimento para nada”, comenta la artista que considera, además, que las personas con posibilidad de comunicarse con miles de espectadores están ante el deber y la responsabilidad de apoyar y contribuir de forma positiva con esa herramienta de convocatoria.
“Soy de las artistas a las que le gusta cantar canciones con sentido común, con un mensaje, una enseñanza. Agreguemos a esto que soy feminista ciento por ciento. Cuando toco el tema de la mujer, intento abrirles los ojos y darles la fuerza que muchas necesitan. Me propongo motivarlas, apoyarlas y hacer que se sientan protegidas y valoradas”.
Para Haila sus canciones tienen un mensaje feminista porque muchas mujeres se ven reflejadas en esas vivencias que alguna vez han experimentado en carne propia. “Soy una mujer —como ellas— valiente, luchadora, emprendedora e independiente. Esa seguridad es la que intento trasmitir para que la sientan en mis canciones. En mis composiciones también viaja la realidad de muchas de nosotras y resalto nuestros valores. Dibujo temas como la igualdad de derechos, el empoderamiento femenino y el papel que jugamos en la sociedad”, dice.
Haila —quien además colabora con varias campañas y organizaciones en defensa de los derechos de la mujer como Yo digo no, de la Unesco, y Únete, de la Onu— opina que si el discurso feminista viene de otra mujer es más creíble. Y que este debe ser directo, sincero y transparente. Tal y como lo ve la artista, esta intención es evidente en toda su discografía.

Ilustración: Camilo Nieto.
El arroz se quemó, ¿y qué?
Dos mujeres, negras, raperas, iniciaron su carrera musical en el año 2012, con el propósito de dar mayor visibilidad a las mujeres en el mundo del hip hop en Cuba. La Reyna y La Real ya dejaron quemar el arroz (con aquella canción en la que la mujer se va de casa por un día para que el hombre se encargue de las labores domésticas) y hace unos meses protagonizaron uno de los temas de la Campaña Nacional Evoluciona por la No Violencia hacia las Mujeres.
Según Yadira Pintado (La Real), el mensaje que transmite su música es de empoderamiento femenino e igualdad, y no de una lucha de la mujer por encima del hombre. “Abogamos por el despertar del talento que muchas mujeres llevan escondido y que no sacan a la luz por los miedos y prejuicios de los que la misma sociedad las ha hecho parte”.
Dentro de esas artistas que también las acompañan, señala a Telmary porque “desde su posición de rapera ha logrado con talento y esfuerzo posicionarse en un lugar donde muchos no esperaban. Ese es el mensaje mayor (con acciones), que una mujer puede ser lo que ella se proponga”. Igualmente describen que las Krudxs Cubensi son de las pocas que abrieron las puertas a otras raperas en el género. Aunque La Reyna y La Real dicen que tampoco se puede dejar de mencionar a orquestas de música popular como es el caso de Las Canelas, Anacaona, entre otras.
Para La Real, su música tiene un carácter feminista porque la mujer es el centro del discurso. “Pero no desde una mirada de víctima en la cual recordemos todo el tiempo lo que los hombres no nos permiten hacer, sino desde la posición en que dejamos ver que sí podemos, aun sin el apoyo del sexo masculino”, explica.
“Nos decimos feministas porque pensamos que, al igual que la mujer, el hombre ha sido víctima de un mensaje consecutivo que lo confirma como el jefe, el macho, el que no llora”.
Reyna Hernández (La Reyna), por su parte, agrega que el discurso feminista debe distinguirse por el empoderamiento de la mujer y por hablar desde la diferencia en todos los aspectos psicológicos, sociales, espirituales y políticos.
“Lanzamos mensajes con esa intención debido a la necesidad de alzar la voz de la mujer basándonos en nuestras experiencias y otras que nos tocan muy de cerca”, dice.

Ilustración: Camilo Nieto.
Libre es la palabra
Hace unos años la escuchábamos recomendar a las mujeres que no se dejaran llevar por las pautas viciadas del mercado de la música. Y su carrera es fruto del desafío constante a las sonoridades y poses esperadas. Su lírica convence y emancipa. Para Eme Alfonso, ser diferente y desafiante ha sido una elección de vida.
Dice que intenta apoyar a las mujeres denunciando la violencia, el maltrato, la desigualdad y los estigmas sociales que sufrimos desde siempre. Esa lucha la lleva a través de los videos, las entrevistas y las letras de sus canciones, porque piensa el discurso feminista de su música antes de hacer cada tema.
“Pongo letra y sonido a una idea fija que quiero expresar sobre estos problemas. Mi música es la vía para llevar el mensaje”, dice mientras apunta como su receta la idea de abordar sin miedo los temas que le inquietan a la hora de componer.
La autora de Libre y Voy, entre otras canciones con un marcado discurso feminista, defiende su intención de escribir estos temas porque le preocupa que las niñas de hoy vivan mañana en las mismas circunstancias. También lo considera una obligación debido a que nuestras madres libraron grandes batallas y es un deber hacer lo mismo.
“Me inspiro en mi vida y mis experiencias para escribir; son mi fuente de información. Cada vivencia es una posible historia. Si me ha tocado existir en un momento donde aún está arraigado el machismo y lo veo y lo sufro día a día, entonces me toca hablar de eso”, argumenta.
Para Eme, entre las representantes del feminismo en la música cubana —además de muchas de las artistas ya mencionadas en este texto— debemos incluir también a las instrumentistas que defienden su arte a pesar de que se enfrentan a un terreno dominado mayormente por los hombres.
Esa es una de las grandes preocupaciones de Eme: la discriminación profesional. “Las mujeres en mi profesión tienen menos oportunidades: en las programaciones nocturnas, en los festivales, en las discográficas. Se nos asignan más estereotipos que a los hombres, sin hablar de la desigualdad salarial. Y todo esto lo digo por experiencia propia”.

Ilustración: Camilo Nieto.
Al krudo y sin guante
Krudxs Cubensi son un referente de las luchas feministas dentro de la música en Cuba. Nadie que piense en esta manifestación deja de señalar a este grupo nacido en 1999 en La Habana y cuyas integrantes son consideradas pioneras del hip hop feminista queer en su país, Latinoamérica y el mundo.
Desde el primer momento piensan su arte como un arma para luchar por los derechos, contra la opresión del sistema colonialista heteropatriarcal, por la justicia social, por las comunidades, por el planeta. Y así son reconocidas en más de 100 ciudades del mundo.
Su puesta en escena y las letras de sus canciones pueden considerarse una completa rebelión a las normas. El trance en que entran sus actuaciones defiende una postura radical del feminismo, siempre teniendo en cuenta que, para ellas, un discurso feminista debe estar marcado por la interseccionalidad.
“Para nosotrxs, si es racista, no es feminista; si es pigmentocrático, no es feminista; si es homofóbico, no es feminista; si es transfóbico, no es feminista; si es capacitista, no es feminista; si es burgués, no es feminista”. Así de sencillo y de radical.
Por eso no podían llegar a otro camino que a este. De sus vidas no podía salir otro arte. “Es testimonial, visceral, autobiográfico, es desde dentro de nosotrxs. ¿Cómo no ser feministas siendo las personas que somos? ¿Cómo no ser feministas viviendo en el mundo en el que vivimos? ¿Cómo no ser feministas en la Cuba que nacimos y crecimos? Feminismo es nuestra existencia. Por eso todas nuestras canciones tienen el discurso en esa sintonía”. No quedan dudas.
Krudxs Cubensi esgrime que “el mensaje de su música respecto a la mujer, a las feminidades, y a las personas trans, es de empoderamiento, de autoestima, de despertar, de denuncia a las injusticias machistas, de protesta en contra de la hegemonía colonialista heteropatriarcal, de autocuidado, de liberación y de protagonismo necesario después de tantos siglos de opresión.
“También de respeto a la diversidad, porque no todas las mujeres son oprimidas en igual medida. Mujeres negras, indígenas, trans, empobrecidas, gordas, no binarias y con capacidades diversas son nuestra prioridad y deberían ser la del mundo”, comentan.
Comenzamos a hablar de feminismo en Cuba a través de nuestra música, el teatro, la vida y el activismo. Éramos muy jóvenes, muy queers, muy conscientes y con una experiencia de vida muy profunda en cuanto a sufrir los embates del machismo. Introdujimos el término y la lucha feminista en nuestras comunidades, en el movimiento de hip hop cubano, latinoamericano, universal, en la música cubana, afrolatina e internacional, dicen.
“El feminismo de Krudxs es obviamente queer, negro, vegano, cubano, trans, interseccional, emigrante, obrero, popular, empírico, testimonial, autobiográfico, diverso, no conforme con binarismo cisgénero, feminisme, porque todo eso somos, porque lo vivimos en nuestra propia corporeidad, está en cada una de nuestras vivencias, líricas, presencias, nuestras voces y conceptos musicales. Krudxs somos”.
Ellas, como el resto de las entrevistadas, coinciden en que todas las mujeres que hacen música en la Isla podrían pensarse como feministas, aunque existan variantes de pensamiento. Pero lo esencial es que “ser mujer es en sí un acto perpetuo de feminismo”.