
La música, el alimento creativo de Fernando Florit
Fernando Florit ha sido muchas personas en una: estudiante de diseño y alumno de grabado de Belkis Ayón en La Habana de comienzos de los noventa, pintor decorativo para la marca Desigual, estudiante (otra vez) de Técnica Fotográfica en Barcelona. A pesar de todos estos cambios de piel, la música ha sido una compañera constante para él, alimento creativo y espiritual.
Sus imágenes recogen los rostros de aquellos que nos conmueven con los sonidos de sus variados instrumentos: los intensos repicares de tambores en las manos de Rumberos de Cuba, la guitarra inclasificable de Nam San Fong, el show orgullosamente queer de Liniker.
Desde España fundó y gestiona junto con Octavi Royo y Carlos Blasi la comunidad fotográfica AGORA images, una plataforma con sede en Barcelona que promueve la fotografía a través de concursos remunerados por marcas internacionales, empodera el trabajo de fotógrafos de todo el mundo y los conecta a través de sus redes sociales.
En Magazine AM:PM estamos muy contentos de poder invitar a nuestros lectores a asomarse a su trabajo.
[…] En la tierra de los míticos Chano Pozo (tambor) y Malanga (bailarín), donde también nació el virtuosismo de Celeste Mendoza (cantante) y de los percusionistas Mongo Santamaría, Tata Guiñes, y de grupos como Los Papines o Los Muñequitos de Matanzas, no parece que la vieja fuente de la rumba esté cerca de agotarse. O por lo menos eso viene decirnos Florit. […]
[…] En la tierra de los míticos Chano Pozo (tambor) y Malanga (bailarín), donde también nació el virtuosismo de Celeste Mendoza (cantante) y de los percusionistas Mongo Santamaría, Tata Guiñes, y de grupos como Los Papines o Los Muñequitos de Matanzas, no parece que la vieja fuente de la rumba esté cerca de agotarse. O por lo menos eso viene decirnos Florit. […]