
J’adore la salsa cubana
No hay pretensión en él. Se autodefine como un francesito apasionado por la música cubana. Su otra pasión, la fotografía, le viene por su padrastro, conocido fotógrafo de espectáculos que inmortalizó varias veces a Miles Davis en escenarios europeos. Vendió su primera fotografía a los 15 años, pero no fue hasta que terminó de estudiarla seriamente en la Escuela de Fotografía de Toulouse, en 1994, que comenzó a trabajar como fotógrafo profesional de deportes.
Dice que la música cubana es parte de su vida. Que escucha salsa desde los siete años, cuando vivió en México con sus padres. Considera la música cubana universal y única, por su fuerza y su calidad. Puede identificar la salsa cubana entre toda la música latina, sea colombiana, puertorriqueña o de cualquier lugar. Le encanta el changüí y el sonido de La Revé, y tiene adoración por Pupy Pedroso. No sabe decir cuál es su banda cubana preferida.
Cuando tuvo 30 años decidió aprender a bailar casino aunque se burlaran de él sus amigos. Prefiere hablar sobre lo que ama con las imágenes que firma como NATHADREAD PICTURES.