Magazine AM:PM
Publicidad
Reseñas Dayron Ortiz en su concierto homenaje a Marta Valdés. Foto: Susan Leal. Dayron Ortiz en su concierto homenaje a Marta Valdés. Foto: Susan Leal.

De Dayron Ortiz a Marta Valdés: un tributo al sentimiento

Dijeron que ella estaría presente en el concierto de homenaje que le dedicaría el guitarrista Dayron Ortiz, durante el Festival Jazz Plaza. Así que llegué muy temprano al teatro. La prueba de sonido alarga mi existencia en una de las butacas de la sala Covarrubias. Hacía rato que no entraba aquí. Hace un frío seco, las luces aún no combinan bien con la proyección y la música. Llora, por lo que nunca fuiste… suena melódicamente en la guitarra de Dayron. Yo, por dentro, estoy feliz y cálida; es una de mis canciones favoritas de Marta. 

Ella, que lo ha dado todo por la música cubana, que siempre ha sido un referente para mí —por su forma de emitir la voz, segura, con su pasional manera de rubatear las progresiones armónicas, con su timbre fuerte y  único en la guitarra—; ella, compositora e intérprete, a veces frágil, otras despechada y poderosa, es la inspiración absoluta de este concierto. En tiempos de Shakiras, existe una Marta Valdés. Muchos la han cantado, versionado, homenajeado. Qué justo que se continúe haciendo. Su impronta todavía cala (y mucho) en las jóvenes generaciones.

Por fin comienza el concierto: 

Canción desde otro mundo. Las imágenes de fondo son borrosas, como las sensaciones que te deja esta versión casi rockera. Se escucha bien definido el formato, los sets de percusión parecen dos naves espaciales a punto de estallar. 

Ahora suena en la guitarra electroacústica En la imaginación junto al primer invitado de la noche, el trompetista Mayquel González. Él tiene un sonido airoso; hay frases que no entiendo del todo, pero creo que es parte de su estilo improvisativo y su personalidad musical. Qué gusto que suene el jazz nuevamente en este espacio, qué gusto escucharlo en estas voces, algunas nuevas y otras no tanto. Recuerdo con cariño la edición pasada del Festival Jazz Plaza, pero hoy, viviendo el evento un poco más desde adentro, creo que comienza con buen pie y con muy buena música. 

Dayron Ortiz y Mayquel González. Foto: Susan Leal.

Dayron Ortiz y Mayquel González. Foto: Susan Leal.

Ahora se crea una atmósfera linda con la entrada de los coros (Gabriela Díaz Miranda, Annys Batista y Nurimar Asunción) que, por cierto, empastan a la perfección. Las armonías bien abiertas son una talla. Hay una energía tremenda y Dayron cada vez se suelta más con la guitarra, se va sintiendo más a gusto, en su hábitat; el sonido lo recoge todo y se nota el trabajo delicado de cada arreglo. 

Por momentos me siento en el campo, al aire libre, con la naturaleza. No lo había mencionado, pero el teatro está abarrotado. Alguien dice que Marta disfruta del concierto desde el backstage. ¿Qué estará sintiendo?, me pregunto. (En algún momento del final saldrá conmovida al escenario, dará las gracias y abrazará a Dayron con un largo, sincero, conmovedor abrazo).

Pero ahora llega la hora de improvisar y Arthur Luis Álvarez al piano se estrena en este concierto junto a La Tropa. Este muchacho no deja de sorprenderme. Lo he visto tocando de todo: funk, timba, jazz. Siente la música de la Valdés de la mejor manera, desde su trabajo de acompañamiento armónico, hasta su pensamiento melódico más experimental.

La vibra es hermosa en el escenario. Cambian las luces, todos encuentran refugio seguro en sus instrumentos y en las melodías que regala Marta a través de sus canciones. He de decir que los arreglos instrumentales de Dayron a estos temas que han pasado la prueba del tiempo, son muy buenos: les imprime su esencia, su sonoridad distintiva, esa propuesta que lleva ya varios años ofreciendo al público, cargada de texturas y sentimientos.

No hagas caso y Canción fácil  me pasaron volando. Hay veces que me es imposible escribir y escuchar atenta a la vez. Y he venido a  disfrutar de la música.

Dayron Ortiz en su concierto homenaje a Marta Valdés. Foto: Susan Leal.

Dayron Ortiz en su concierto homenaje a Marta Valdés. Foto: Susan Leal.

 Llega Juego a olvidarme de ti y entre luces de tonos morados se dispersan los sonidos del saxo tenor del siguiente invitado, Emir Santa Cruz. Hay humildad en su toque, que combina con las improvisaciones de Armando Osuna y Jorge Coayo en la percusión. Cada uno tendrá su protagonismo durante un concierto que ellos ambientan de manera magistral.

A piano y guitarra suena Como un río, a la manera  de Rodrigo García Ameneiro al piano. ¡Qué hermosura! Un momento repleto de sutilezas, motivos elaborados con la mayor precisión y detalle. Luego se suma Annys, a quien solamente conocía por las redes sociales, pero jamás había escuchado en vivo. En su voz melancólica y sutil, escucho el río correr. El lienzo es perfecto. 

Demasiado que pedir, me digo también yo en el momento de recibir a Ernán López-Nussa en el escenario junto a Dayron Ortiz y La Tropa. Me sorprende para bien cómo Ernán, tan supuestamente consagrado, enlaza sus pasiones con las de las nuevas generaciones y no deja de hacer por la música y el jazz cubano, tanto dentro como fuera de la isla. 

Todos los temas tienen la misma calma y aunque son bien diferentes llevan el sello de las producciones del guitarrista. Los arreglos combinan con la sabia armónica del repertorio de Marta; se escuchan algunos temas no tan conocidos por el público junto a otros de alcance mundial. Dayron deja para el cierre Tú no sospechas y Palabras, interpretados y grabados antes por excelentes cantantes como Elena Burke, Miriam Ramos, Haydée Milanés y Gema Corredera.

Dayron Ortiz y Marta Valdés. Foto: Susan Leal.

Dayron Ortiz y Marta Valdés. Foto: Susan Leal.

 

Marta Valdés, a propósito del concierto en su homenaje que ofreciera Dayron Ortiz

Llora abre una herida en mi vida que se cierra en la voz madura de Marta Valdés. Ahora, en esta versión que escucho en la Covarrubias, Gabriela experimenta con la pedalera y el violín parece tener timbre de guitarra. Durante el concierto ha  ecualizado a placer su instrumento, apoyando los timbres del protagonista de la noche. Es el tema de más improvisación. Dayron se balancea mientras siente, Julio César González se contagia en el bajo, hasta terminar todos en una pequeña fanfarria percusiva.

Casi termina esta fiesta de los sentidos, pero con Tú no sospechas la magia no se rompe. Gabriela Díaz desde el violín nos regala la hermosa melodía de este tema. Al término, se hace un silencio sepulcral en la sala y segundos después rompe entonces el aplauso máximo del público. 

La delicadeza de las canciones de amor y desamor que tipifican la obra de esta enorme compositora fueron el leitmotiv de la noche. Para casi cerrar, Dayron agradece a sus músicos y a todos los que hicieron posible que su sueño de interpretar a Marta Valdés, se cumpliera al fin.

Y suena Palabras. Esta vez a tempo de 6/8, en guaguancó. Palabras, palabras que aprovechan las coristas para insertar en sutiles juegos vocales fragmentos de otras obras de la autora. Palabras que recorren sin palabras los teclados de Arthur, el bajo de Julio César, las improvisaciones de Dayron y el ritmo marcado de las percusiones y bajan a las butacas y nos encuentran mudos y con el alma en vilo, como si estuviéramos también, cada uno del público, abrazados por la compositora y el intérprete desde el escenario. 

foto de avatar Meily Téllez Siempre corriendo por la Habana. Una nerviosa que se duerme viendo series. Su tiempo es para la música y su familia. Sueña con producir y cantar en muchos escenarios. Una musicóloga con papeles queriendo ser muchas cosas... Más publicaciones

Deja un comentario

Aún no hay comentarios. ¡haz uno!

También te sugerimos