
Consumo y mercado de la música en 2020 en cifras
El 2020 sacudió al mundo en todas sus esferas y manifestaciones; la música, por supuesto, no fue la excepción. La pandemia de la COVID-19 nos confinó a nuestros hogares y, en consecuencia, a nuestras pantallas.
Los conciertos, el cine, las clases, las visitas, las reuniones, el trabajo y la vida se mudaron a los píxeles de nuestros dispositivos móviles. De manera que Internet y sus formas marcaron el consumo y el mercado musical durante el 2020. El streaming se asentó como vía principal de distribución de contenidos con un crecimiento de 102 millones de usuarios respecto al 2019, representando de este modo los ingresos por servicios de streaming más de la mitad del total de los de la industria.
En este rubro el modelo de negocios mediante suscripción fue el que generó mayor cantidad de dividendos, lo que indica que son cada vez más los usuarios que optan por pagar servicios premium o suscripciones de streaming. Del mismo modo crecieron los ingresos por publicidad, aunque estos signifiquen un porcentaje menor del total de ingresos por streaming.
La influencia de la música asiática es otro de los elementos que marcó el consumo musical durante el 2020. Siete de los diez discos más vendidos durante el año son de artistas asiáticos. Es también muy interesante el hecho de que los dos álbumes que más ingresos generaron pertenecen a la banda surcoreana BTS. Esto no es novedad absoluta, pues en el 2019 los tres primeros lugares en el ranking de los fonogramas más vendidos se distribuyeron entre Arashi, Taylor Swift y BTS; en el 2020 BTS ocupó los lugares uno y dos, mientras que el artista japonés Kenshi Yonezu conquistó el tercer escaño. En contraste, en el listado de los 10 singles que generaron más ingresos la presencia de la música asiática es menor; solo encontramos a Ziao Zhan en el número siete con el tema Made to Love, y BTS en el décimo con Dynamite.
Blinding Lights (The Weeknd), tema adictivo donde los haya, fue el sencillo con mayor cantidad de ventas en el 2020. La canción bad guy de Billie Eilish se mantuvo en el top, y pasó de ser la número uno del 2019 al noveno puesto en 2020; en ese mismo sentido Tones and I escaló de la sexta posición en el 2019 a la número dos en el 2020 con la canción Dance Monkey. El resto de los singles de la lista son totalmente inéditos, no estuvieron en el 2019.
Las conclusiones de la industria para el 2020 apuntan al desarrollo de plataformas y contenidos que involucren cada vez más a los usuarios y generen mayor compromiso por parte de estos. Según el informe de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), la industria sigue encontrando oportunidades de crecimiento para los artistas en la conexión de estos con los fans. Dinámicas propias de Internet, como los ya conocidos challenges, han sido un impulso tremendo para el posicionamiento de ritmos y canciones. Fenómenos como Jerusalema del DJ Master KG son un ejemplo claro; la viralización del tema a través del Jerusalema Challenge posicionó ritmos y danzas africanos como el afrobeat en el consumo musical mundial. Según la revista Rolling Stone, la canción se convirtió en un símbolo de esperanza dentro del contexto de la COVID-19. Sus cifras, hoy, cuentan más de mil millones de reproducciones en TikTok, mientras que el video original en YouTube reúne cuatro millones de vistas.
En resumen, parecería que la COVID-19 cambió un poco las reglas del juego—o quizás el terreno—, pero los músicos y la industria se adaptaron rápido (¡gracias Internet!). Ahora falta que el tiempo y las vacunas nos permitan pronto volver a disfrutar de los conciertos en vivo.



