Magazine AM:PM
Publicidad
Reseñas Portada del álbum: Ian Sanz / Diseño: Pepe Menéndez. Portada del álbum: Ian Sanz / Diseño: Pepe Menéndez.

06/01 / EIDI

La primera vez que supe de Abel David Sardiñas (a.k.a EIDI) fue en una edición del evento “Creciendo en el hip hop”, de la Agencia Cubana de Rap. Se encontraba invitada una promotora cultural colombiana, quien ofrecía una charla educativa a las niñas/os y adolescentes presentes allí, y recuerdo haberme sorprendido gratamente con la elocuente respuesta que brindó un aún muy joven Abel David ante una pregunta en apariencia sencilla, pero que provocó el silencio y desconcierto, incluso, de artistas veteranos: ¿qué significa la palabra rap? Confieso que no supe más de este MC hasta pasado algún tiempo, ya en pleno confinamiento por la COVID-19, cuando, gracias a importantes plataformas digitales como U.R.B.E, Arte de Esquina, entre otras, pude seguir su trayectoria artística. 

Con este álbum debut EIDI apuesta por lanzar un órdago —como si de un juego de naipes se tratara— en pos de una búsqueda ontológica. Lo evidencian las piezas Un día más, Qué triste, E.I.D.I, Trapbajando y Flores y cicatrices, donde descubro cierto espíritu autobiográfico, identitario,  a golpe de trap, soul, rock, trova, “pastilla” y boom bap. Pero las referencias son múltiples y variadas: la mitología griega, Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll (¿o el filme Matrix?), Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina, entre otras. La cultura hip hop cuenta con más de 20 años de existencia en Cuba, por ende, deviene texto cultural complejo, y las dinámicas generacionales se tornan más evidentes, sobre todo en lo discursivo. 

En este joven artista, no obstante, logra imponerse el ADN musical, ya que su abuelo fue repentista y su padre es moñero y bailador de breakdance. Resulta alentador que temas como Pies en la tierra, Ponla o Políticamente incorrecto (en mi opinión, eje o leitmotiv del disco) nos ofrezcan una buena razón para analizar qué sucede filosóficamente con nuestros jóvenes y sus miradas en medio de tanta infoxicación, apropiaciones de capital en el campo cultural cubano/ protagonismo en la sensibilidad vital de nuestra época, universos interiores y discursos ideoestéticos con respecto a la comunidad hiphopera. Vale la pena aclarar que existen álbumes y piezas anteriores con esta misma lógica; estoy pensando en Cuando la madrugá me escucha, de Alejandro Cuello Herrera (El Poeta Líriko), Los arquitectos de conciencia, de Roberto Hernández (El Cid) y Clones por mi ciudad, del grupo Hermanazos, por citar algunos. 

A nivel global sucede un fenómeno cultural desde hace algunos años: de grandes espíritus sonoros como Tupac, Notorious B.I.G, Snoop Dogg, 50 Cent (todos provenientes del estilo gangsta rap) se derivan otros como Kanye West, Drake, Future, J.Cole, Juice WRLD, Frank Ocean, Lil Nas X… Se manejan, incluso, datos tan precisos como que Kanye West exterminó al gangsta rap, o al menos, cambió de modo radical el mainstream hiphopero el 11 de septiembre de 2007 con su álbum Graduation, del cual llegaron a venderse 957 000 copias en Estados Unidos tan solo en su primera semana, arrollando despiadadamente a Curtis, el tercer LP de 50 Cent (691 000 copias). O sea, que se percibe la evolución de un rap “duro” a otro más introspectivo. 

En este sentido, y salvando las distancias de tipo geopolítico y mercantil, puedo aventurarme a decir que 06/01 es en nuestro país un fonograma referencial, puesto que se mueve dentro del denominado nerdcore hip hop y el hip hop emocional o emo-rap. Ello está demostrado semióticamente en la profundidad de sus textos y portada, en la cual aparecen fragmentos íntimos de vida familiar —como si de un loop genealógico se tratase— así como en el empleo de una tipografía lúdica, no tan usual en la iconografía hiphopera del patio.  

Aunque sea un común denominador en los raperos noveles, en ocasiones el flow de EIDI muestra cierta tendencia a mantenerse plano, sin variaciones, algo en lo que tendría que enfocarse en un futuro. Nada que no pueda superar. En la producción musical trabajaron en conjunto Tobías Alfonso, JD Asere, Museweed, José Señaris, Chezca Zana, Rey, Dunno, Adam Font y Los Noventa, quienes lograron conjugar sabiamente géneros y estilos clásicos (boom bap, rock, soul) con otros más contemporáneos (drill, trap, lo-fi hip hop), lo que se evidencia en los temas finales Detrás y Bájale 2

La respuesta ofrecida en aquel entonces por el joven MC a la promotora colombiana ha trascendido temporalmente, y me sigue sorprendiendo: EIDI nos entrega un primer fonograma sincero, que  dice que la historia no está constituida solo por elementos fácticos, sino también por mentalidades comunes de una época, al tiempo que deviene un material sonoro  que nos  ayuda a entender(nos). 

Escucha 06/01 acá.

Alejandro Zamora Montes Alejandro Zamora Montes Más publicaciones

Deja un comentario

Aún no hay comentarios. ¡haz uno!

También te sugerimos