Mortal / Manuel Leandro Sánchez

Pienso volver/ a decirte/ que esta ciudad/ a mi entender

No existe

Mortal, Manuel Leandro

Hace un calor insoportable. Treinta y seis grados, con sensación térmica de cuarenta. La Habana no me da ganas de nada. Holguín no me da ganas de nada. Los niños que empiezan a crecer piden que desinstalen Holguín. No entienden que Holguín está desinstalado hace rato. Que la ciudad murió. Que queda poco de aquello que fue. Se evaporó un día de estos de cuarenta grados de temperatura. Quedamos nosotros luchando contra la ida, lo efímero, la muerte de lo intocable. Nada nuevo.

Tal vez por eso Mortal, la primera propuesta discográfica de Manuel Leandro Sánchez, llegue a materializar lo que hace años nos pertenece, la pugna entre deshacerse o permanecer.

Manuel Leandro es Manolito para todos. Un trovador holguinero que escribe desde los 14 y desde hace algunos años es casi el epicentro de la joven trova holguinera. En su peña El club de los necios han crecido personas, amistades, amores, desamores y resignaciones. Llegaba un momento en la noche donde, en comunión, todos cantábamos alguna de sus canciones, de sus clásicos, que hoy ya se pueden escuchar antologados en el álbum Mortal, recién lanzado este año y que ya mereció una nominación en la categoría de Trova del premio Cubadisco 2023, junto a La ruta del esclavo de Gerardo Alfonso y Vida a Vida, homenaje a Santiago Feliú.

El disco, de nueve pistas, va más allá del pesimismo. Si piensas que es un disco pesimista tendrás que escucharlo otra vez. Los temas son solo la asunción de la temporalidad como fin, que a la vez nos condena a la permanencia. De ahí su nombre, Mortal: todo se acaba aunque hayas dejado parte de tu vida en nueve canciones que estarán siempre por ahí. Me recuerda a los fines de semana sin planes, donde se piensa demasiado. Me recuerda cómo está Holguín ahora, esta ciudad deshabitada de ilusión^[1]. La ciudad de la mortandad. La ciudad que se fue y solo permanece en nuestras cabezas.

Manolito también testimonia el amor, el desamor, y hasta el mar. El mar que tampoco tenemos, que nos espera como mínimo a 33 kilómetros. Ese mar. La soledad, el miedo, la ausencia. Temas que siempre han acompañado a los trovadores, vistos desde los espejuelos caleidoscópicos de alguien que no sabría qué otra cosa hacer.

Los temas que habitan en Mortal ya habían rodado antes en una grabación de un concierto en Ciego de Ávila, hecha por alguien hace muchos años. Ahora Alma, Lucerito azul, En vos, Cayendo, La multitud de tu calle sola, Naufragio, Alta hora de la noche, Mirando el juego y Mortal, ven la luz bajo el sello Bis Music, producidos por el propio Manuel Leandro y Javier Pérez Rey, y pueden encontrarse en todas las plataformas digitales de música.

Desde el punto de vista sonoro, no acudimos a piezas con arreglos extravagantes, se trata de un viaje por la lírica de un autor cuya música sirve de guía por sus sentimientos y pensamientos. La melodía y la voz suave de Manolito se combinan para crear un ambiente nostálgico que invita a la contemplación del yo ante cualquier abismo.

Los otros músicos que acompañan la propuesta (Rafa López Camejo, Carlos Vega, Carlos Ledea, Javier Pérez Rey, Senia López Camejo, Diego Rodríguez, José Manuel Fernández y Alejandro Mulet) crean, musicalmente, una escena intimista llena de imágenes que encierran el potencial poético y emocional de la obra.

Mortal recoge a mi ciudad desinstalada, nuestros años felices, las noches de amigos, el silencio de las madrugadas, y deja aquello que fue —y no volverá— condenado a la permanencia, en la poesía y en una guitarra que nos recordará quiénes fuimos cuando vivíamos como entregando todo/ abrigando en la piel libertad.^[2]

^[1] En vos, Manuel Leandro.

^[2] Cayendo, Manuel Leandro.