
Magazine AM:PM no. 11
Los espacios y la tecnología moldean la música, desde la manera en que se compone hasta la forma en que se ejecuta; me lo decía el sentido común, y me lo confirmó hace unos años una reflexión de David Byrne al respecto en su luminoso Cómo funciona la música. La arquitectura de las iglesias condicionó la estructura modal de las composiciones sacras, del mismo modo que buena parte de la música tradicional africana, con sus complejas células percutivas, encuentra su mejor espacio al aire libre. “La música, una cosa viva, evolucionó para encajar en su nicho disponible”, nos dice Byrne.
Uno no puede evitar preguntarse qué caminos tomará la música en Cuba de seguir la tendencia en la que nos encontramos a la altura del 2023, con un crítico escenario en el que muchas de las salas de concierto y espacios para la música en directo se encuentran cerrados o funcionando con una infruaestructura y programación mínima. Mientras sobrevivimos con lo que puedan darnos esos oasis como el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes o el recientemente reenfocado Anfiteatro de la Habana Vieja, continúan expandiéndose los espacios privados que, ante la falta de modelos de gestión de venues, suelen apostar por la música grabada o por formas no muy ortodoxas, para perjuicio de artistas y público.
En este verano infernal que nos ha tocado vivir, nos lanzamos a hablar sobre dónde ocurre la música. Desde un recorrido por la historia de algunos de los teatros que nos legó la colonia, hasta el futuro distópico que imagina Darién Sánchez para la Tribuna Antimperialista, pasando por un reportaje sobre la sisífica reparación del Auditórium Amadeo Roldán, en este número miramos a lo micro y lo macro del estado de las salas y espacios de concierto en Cuba. El balance es desolador, no vamos a mentir. Hay también lugar para una galería en la que confluyen fotografías de la música sucediendo en sitios no convencionales, así como las habituales reseñas.
Nada se compara con el hecho trascendente de enfrentarnos en cuerpo y alma a una banda, nada sustituye la experiencia comunal que es un concierto, ese momento en que volvemos, como pocas veces en esta época, a la tribu. Ojalá se abran las (y más) puertas pronto. Bastante lo necesitan nuestras almas.

Sumario del no. 11 de Magazine AM:PM.
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Contraportada no. 11 Magazine AM:PM.