
Lucas 2019: notas sobre una gala del videoclip cubano
El público que llena el Karl Marx esta noche es sorprendentemente joven. Adolescente. Es en su mayoría el público que hizo colas y compró entradas una semana atrás para la gala de Premios Lucas 2019. Para la segunda gala, hoy domingo, donde actuarán sus ídolos musicales: Diván, Jacob Forever, Yomil y El Dany, y Alex Duvall. Un público que quizás no conozca todos los videoclips en competencia —o le interesen siquiera—, pero que vociferará, al seguro, las canciones más populares de Lucas. Lo sé porque mientras intento salir del teatro a fumar un cigarro antes de que comience el espectáculo, he quedado atrapada en un lobby repleto de muchachas entaconadas y muchachos encharolados que se hacen fotos con el identificativo de Lucas, y Fulanita le pregunta a Menganita si está segura de que hoy es cuando están Yómil y Dany (sic). Lo sé porque mientras Nelson Ponce y Raupa reciben uno de los premios al videoclip Libre, de Eme Alfonso —¿el segundo de esa noche? ¿el tercero del total de nueve que alcanzaría?— el público de los balcones grita y aplaude, pero no a los diseñadores/realizadores, que agradecen encima del escenario, sino a algo más que sucede detrás de las plateas, a uno de los músicos “más populares” que se prepara para subir a escena a doblar una canción. Lo sé porque cuando “nos recuerdan” los nominados en alguna categoría donde aparecen Yomil y El Dany, Diván, Alex Duvall, Jacob o Leoni Torres, las muchachas y muchachos del público enloquecen al sentir la música, aunque se esté premiando en ese momento Dirección o Fotografía.
Todavía hay oportunidad para votar por el video más popular, dicen los conductores, y saco mi teléfono de la cartera. Googleo la página oficial de Lucas; entro, los diez videos nominados aparecen listados y, junto al pulgar que indica “vote”, un número blanco dentro de un óvalo rojo te da pistas de por dónde va la cosa. Sabemos que esto no es lo único que cuenta, pero induce, sugestiona. Scrolleo y le planto mi voto a Infiel, que tiene todas las de perder frente a El Bombazo, al menos en esta plataforma, pero me cuadra Diván desde que cerrara el Josone Varadero 2019 por todo lo alto el pasado agosto. Y la canción está chula; el video me da igual.
(Volverán sobre el tema unas tres o cuatro veces durante el espectáculo, cerrando cada vez más el círculo hasta que queden solo dos contrincantes, sazonando la votación con manidas alegorías deportivas).
Los 500 de La Habana —resistan, en algún momento cambiaremos a otro aniversario menos rimbombante— dan inicio a la gala con dos actuaciones y la entrega de un premio Lucas especial al video que mejor refleje esa temática, lo que sea que signifique eso. Alex Cuba y Kelvis Ochoa cantan en un pequeño escenario Ciudad Hembra, justo después de que la Camerata Romeu interpretara La Bella Habana. El premio sería para esta última, con un videoclip dirigido por Alejandro Reyes.
Casi todas las especialidades fueron premiadas la noche antes. Desde que Lucas decidiera hacer dos galas, el domingo queda reservado para la mayoría de las categorías musicales y algunos de los premios más importantes: Dirección, Fotografía, o Video Más Popular que siempre cierra, no vaya a ser que el caos impida conocer el Video del Año. Los artistas son repartidos entre los dos días, para lograr un balance en la afluencia de público, y en la dramaturgia del espectáculo, claro.
Las galas de Lucas tienen una estructura bastante conocida: bandas nominadas doblan el tema con cuyo videoclip aspiran a un premio; actores, músicos, deportistas, presentadores de radio y TV entregan premios y presentan a las bandas; conductores de Lucas hablan desde el lobby o entre andamios; Luis Silva hace reír con los últimos rumores que recorren las calles; otra vuelta por “la carrera hacia el video más popular del año”; y así. No hay cómo aburrirse. Excepto por las coreografías y el diseño de vestuario, en total discordancia con el que pretende ser uno de los espectáculos televisivos más importantes del año. Y el viejo debate del doblaje en vivo, que en esta ocasión dejó muchísimo que desear, y la obviedad de lo que estaba pasando —solos con instrumentos desconectados, artistas cantando encima de la grabación, etc.— resultó poco menos que insultante para el público.

Joseph Ros repetía como uno de los realizadores más nominados de la edición de 2019. Foto: Rolo Cabrera
La lista de nominados funciona más o menos como fotografía del videoclip cubano. El 2019 se vio así: Joseph Ros repetía como uno de los realizadores más nominados, esta vez junto a Yeandro Tamayo y los diseñadores Nelson Ponce, Raúl Valdés (Raupa) y Edel Rodríguez (Mola); estos últimos con 11 nominaciones en un solo videoclip (Libre, de Eme Alfonso), mientras que Joseph y Yeandro competían en varias categorías contra sus propios trabajos, nada nuevo para ellos. Completamos con el videoclip Mis fantasmas, de la novel banda de pop rock Ruido Blanco, dirigido por Fernando Almeida —welcome to Lucas—; y La Oficina Secreta / Planet Records disputando consigo misma el Video Más Popular “en foto finish”: El Bombazo, de Alex Duvall feat. Yomil y El Dany (Dir. Felo), versus Infiel, de Diván feat. Jacob Forever (Dir. Freddy Loons).
El gran ganador de esta edición de Lucas fue precisamente Libre, con nueve premios: Video del Año, Mejor Video Fusión, Efectos Visuales, Animación, Dirección de Arte, Diseño de Vestuario, Making of, Producción y Dirección. No me quiero imaginar si Nelson, Raupa y Mola se dedicaran a esto más a menudo…

El videoclip Libre, de Eme Alfonso y dirigido por Nelson Ponce, Raupa y Mola, se llevó 9 de 11 posibles galardones. Foto: Rolo Cabrera
A petición de mis editores, hice el ejercicio de pensar cuáles fueron, para mí, los mejores y peores momentos de la gala de premiación de Lucas 2019. Terminemos este texto con ellos. Lo mejor: la buena intención de hacer sendos homenajes a Benny Moré y Los Van Van; Carlos Alfonso dedicando el Premio Especial Lucas otorgado a Síntesis, a los alfabetizadores cubanos un día como ese, 22 de diciembre; Libre, que es sin dudas un videazo; el acompañamiento de las actuaciones con sus respectivos clips en la pantalla al fondo del escenario, aunque me hubiese gustado que lo replicaran en las laterales, con mayor alcance visual para todo el teatro; y las merecidas premiaciones a Joseph Ros, ya habituales. Lo peor: el caos que resultó ser la producción del espectáculo; la desconexión del público con todo lo que ocurría que no tuviera que ver con sus artistas favoritos (ya mencionados); el doblaje también caótico; y el chiste discriminatorio mientras se daba a conocer el premio al Video Más Popular: inexcusable.
Luego de tantos años esperando las galas de Lucas en la televisión, aun cuando a la altura de su transmisión por Cubavisión ya conocíamos los ganadores, me pregunto —después de esta, mi primera gala en el Karl Marx—, cuánto edulcora la edición y la post producción, cuánto de esto que vi y me pareció lamentable para un evento de esta magnitud, ha venido pasando desde hace tiempo.
(Antes de la conga ganó Infiel, para sorpresa de medio teatro. A lo mejor mi voto contó).