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Reseñas Portada del álbum "Sonocardiograma". Foto: Pablo Derwin Reyes.

Los latidos de Daymé Arocena

En el tercer intento Daymé Arocena se salió con la suya. Después de un par de álbumes y EPs que la situaron como una figura relevante a nivel mundial en el mapa del jazz contemporáneo, la cantante nacida en La Habana se lanza a fondo en una operación en la que se ausculta y exorciza los demonios de viejas deudas que había contraído consigo misma. El disco —que lleva por nombre Sonocardiograma (Brownswood Recordings, 2019) y estará disponible a partir del 6 de septiembre— es una producción muy personal, que sin dejar de moverse en los terrenos sonoros que la identifican, marca un parteaguas en la carrera de la artista.

Este disco es un ajuste de cuentas de la Daymé que hoy se alza como estrella naciente con la Daymé adolescente que componía pasajes instrumentales para sus deidades; la que creció estudiando en un conservatorio, viviendo en el corazón de un barrio habanero; la que conoció las dos caras del amor; la que tiene en músicos como La Lupe y Emiliano Salvador ángeles tutelares, que le susurran y guían en todo el trayecto.

Estructurado en tres suites (Trilogía, Cinco maneras de amar, A difuntos presente), los doce temas que recoge el álbum funcionan como una autopista para recorrer la geografía sentimental a través de la que se ha construido Daymé. Para su fortuna cuenta otra vez con una banda acompañante de ejecución impecable —Jorge Luis Lagarza (teclados, Vocoder, coros), Rafael Aldama (bajo) y Marcos Morales y Jorge Carlos Sánchez (batería)— y la belleza y sobriedad de la producción musical a cargo de Jorge Luis Lagarza, un músico que crece por día, y de la propia Daymé.

Portada de la suite «Trilogía», de Daymé Arocena.

El disco abre con Trilogía, que se compone por Nangareo (intro y declaración de principios a partes iguales), Oyá, Oshún y Yemayá, y que está disponible en las tiendas digitales desde el pasado 5 de julio. En esta serie de cantos que nacieron en su adolescencia, aunque es hoy que ven la luz, Arocena dice cosas como “antes de existir/ piso la arena ardiente, rezo, respiro”, y se encomienda a los espíritus de los ancestros y los orishas para el viaje que está a punto de comenzar. Tras la ceremonia del Nangareo, Daymé junto a sus músicos ofrece piezas tan energéticas como espirituales, en las que destaca la incorporación del baterista José Carlos Sánchez, quien se suma a Marcos Morales para juntos entregar una actualizada reinvención de los sonidos de los tambores batá.

Cinco maneras de amar es un bello repaso por la montaña rusa del querer. Desengaños, tristezas, emociones, certezas seguidas de descalabros, van tejiendo la carcasa que nos hace seres humanos, esa con la que salimos cada día al mundo convencidos de que en algún momento todo tendrá sentido. Daymé convierte todo esto en canciones en las que desgrana sin rencores aquello que nos (la) hace sentir feliz. Y a cada tanto, los latidos del corazón, explícitos o figurados a través de los beats, recordándonos que este es un viaje por el interior de una persona. Puntos extras para Menuet para un corazón, un tema trepidante y eléctrico en el que Lagarza, Aldama y Morales demuestran todas sus credenciales de instrumentistas de primera clase. Bienvenida esta Daymé más grande, más adulta, con unas letras saludablemente maduras.

El disco cierra con un par de tracks con los que Arocena elogia y agradece los sonidos que la antecedieron. La música cubana no es un charco estancado sino un río de afluentes diversos, siempre corriendo hacia alguna parte, nos quiere decir Daymé. Y si bien esto queda muy bien logrado en Plegaria a la Lupe no sucede lo mismo con Homenaje, una suerte de cadáver exquisito en el que se advierten demasiado las costuras que enlazan los distintos pasajes del tema. Tal vez si hubiese sido un título intermedio la sensación sería menos negativa; la verdad es que uno desea quedarse con otro sabor al final de una obra que en su conjunto es impresionante.

En un mundo en el que la mayoría de las personas trata de vivir al seguro, Daymé corre riesgos. Para su tercer álbum, ha dispuesto la mesa, abierto su corazón y explora junto a nosotros, los escuchas, de qué está hecha. Aún no sé explicarlo del todo, porque no es una Daymé radicalmente distinta, sin embargo, Sonocardiograma me parece un disco ambicioso, que no intenta complacer, ni epatar, sino que nos empuja de cabeza en la obra conceptual de una artista que se encuentra en un momento clave de su vida.

Habrá que ver cómo recibe el público y la crítica este paso arriesgadísimo de mirarse hacia adentro y hacia atrás. Pero si algo nos está dejando claro Daymé con Sonocardiograma es que se trata de una artista con una voz y un camino que no está dispuesta a negociar. Eso sí, nos invita a ser testigos, en primera persona, de cómo funciona su corazón.

 

Lista de canciones

  1. Nangareo
  2. Oyá
  3. Oshún
  4. Yemayá
  5. Interludio
  6. Porque tú no estás
  7. Para el amor: Cantar!
  8. As Feridas
  9. Menuet para un corazón
  10. Not for me
  11. Plegaria a La Lupe
  12. Homenaje

 

Músicos

Voces y coros: Daymé Arocena
Piano, Teclas, Vocoder y Voces de acompañamiento: Jorge Luis Lagarza Pérez
Bajo: Rafael Aldama Chiroles.
Drums: Marcos Morales Valdés ( 2,3,4,6,7,8,9)
Drums: José Carlos Sánchez ( 2,3,4,10,11,12)

foto de avatar Rafa G. Escalona Padre de una revista de música. Procrastinador profesional. Su meta es ser DJ de una emisora en la madrugada. Príncipe del aleatorio. Más publicaciones

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