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Artículos Ilustración: Alejandro Cuervo. Ilustración: Alejandro Cuervo.

La Guarandinga. Capítulo 6: La peña rodante

Navegando por las múltiples carpetas digitales que ha generado la vida de nuestro proyecto, entro en una titulada “Peña La Guarandinga” y es como haber cruzado una de las puertas de la serie española El Ministerio del Tiempo.

Lo que en Cuba llamamos peña consiste en un encuentro guiado por uno o varios anfitriones en torno a una actividad, que puede ser artística, recreativa, o de alguna rama del conocimiento. Se trata de un acontecimiento, generalmente de frecuencia mensual, al que son invitadas personas de distintas expresiones y saberes y lo usual es que ocurra en un lugar fijo (una biblioteca, un centro cultural, un museo, incluso una casa propicia). El público acude por afinidad con el tema,  por ser seguidores de los anfitriones, o simplemente por cercanía territorial.

Cuando el Dúo Karma y yo tuvimos el respaldo institucional oportuno (Centro Nacional de la Música Popular y Centro Cultural Pablo de la Torriente) para sostener una peña donde encontrarnos regularmente con nuestro público, decidimos no anclarla a un espacio físico; preferimos que fuera consecuente con el espíritu de La Guarandinga: una peña rodante que nos llevara a distintas zonas. Cada lugar sería una estación y cada día la dedicaríamos a  un tema diferente. 

Si algo genera la sensación de cruzar las “puertas del tiempo”, es volver a visualizar una serie de elementos prácticos mezclados con los signos del vuelo imaginativo que nos ha movilizado en una época determinada, en este caso a tres personas imaginando todo el día cómo componer aquellos programas mensuales y realizando un despliegue de gestiones colectivas e individuales que convertían lo imaginado en realidad. 

Entonces, vamos a servirnos de la susodicha carpeta titulada “Peña La Guarandinga” que contiene datos de cada estación, guiones, repertorios, apuntes para  juegos, mensajes copiados del correo, décimas, promociones, necesidades técnicas, invitaciones digitales, reseñas y todo lo que la memoria ha pasado a gavetas secundarias.   

La relatoría íntegra de aquel recorrido no es abarcable por estas memorias guarandingueras; sin embargo, será emocionante hacer una pequeña selección de días pintorescos y emotivos.

Si contamos con cierto detalle cómo ocurrió la primera edición de la peña naciente, dará una idea de las pautas que siguieron todos aquellos maravillosos encuentros sucesivos. A continuación haremos un recorrido más rápido, como disfrutando de esas ráfagas visuales del paisaje a través de las ventanillas de un viaje en guarandinga, durante el cual nos detendremos en algunas estaciones. 

Memorias de la primera estación 

Peña rodante “La Guarandinga”. (Estreno) 

Rita del Prado y Dúo Karma. Artista invitada: Enid Rosales. 

Vitrina de Valonia, Plaza Vieja.

Sábado 15 de noviembre de 2008. 3 de la tarde.

(Peña dedicada al 489 aniversario de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana, en coordinación con el programa cultural de la Oficina del Historiador de La Ciudad). 

Estaba anunciado un cambio de tiempo el día 15, fecha prevista para el estreno, pero las nubes grises gentilmente dejaron que pasara nuestra guarandinga y llegaron un día después. Ese día nació la peña rodante en medio de la luz hermosa de un sábado de noviembre ante muchas personas de todas las edades, tal como lo soñamos.

Los músicos incluida la invitada fuimos los personajes de las escenas y, entre canción y canción, se desarrolló el siguiente argumento:

Rosendo Cañabrava, el chofer de la guarandinga, debía traer las 489 velas y también vendría con él la tresera Enid Rosales, pero el distraído Potrico de la Volanta confundió el camino. Por suerte el público ayudó a Rosendo con la canción que menciona las calles de la Habana Vieja y finalmente… “llegó”. La invitada, sin embargo, no aparecía porque se había quedado en la cola para dar las tradicionales vueltas a la ceiba de El Templete y pedir sus deseos, lo que sirvió como escena introductoria al Sucu Sucu de la cola…de manera que los personajes salían de las canciones al espacio de la peña y volvían a entrar a las canciones.

Más tarde, en un diálogo entre Rosendo Cañabrava y Carola, la que va camino de la Farola, se supo que había desaparecido una vela y que la había escondido la Güije Eduviges.

La condición que puso la Güije para devolver la vela es que alguien del público mayor de 25 años y menor de 104, con una prenda de vestir color verde limón respondiera tres preguntas.

Para quienes se están preguntando si alguien dispuesto a participar cumplía tales condiciones, la respuesta es que había no una, sino dos personas. Le pedimos entonces al público infantil que eligiera quién iba a responder nuestras interrogantes:

 ¿Qué diferencia al congrí de los moros y cristianos? (El color de los frijoles). 

 ¿Qué es una polimita? (Un caracol). 

¿Cuál es la sumatoria de los adoquines de la Habana Vieja…? 

Siendo la última, algo difícil de responder, los tres anfitriones cambiaron la pregunta: 

—Diga tres calles de la Habana Vieja. (Muralla, Inquisidor y Teniente Rey).

Tres preguntas respondidas es todo lo que se exige.

Dice el zunzún que la Güije ha quedado complacida.

Será devuelta enseguida la velita de La Habana

Y para que usted mañana recuerde bien y no mal

en vasija de cristal colóquela en su ventana.

Y así fue: regalamos a la persona elegida una velita colocada en una vasija confeccionada previamente por Xóchitl y decorada con la identificación de la peña. 

La alegría en comunión de esta primera edición, quedó registrada en una hermosa galería capturada por el lente del amigo —guarandinguero incondicional y excelente fotorreportero—, Kaloian Santos.

En guarandinga y empeliculados 

En diciembre del mismo 2008 la casa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en medio de los aires festivaleros, fue también estación de la peña rodante, esta vez en el marco  del encuentro Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano, tema al que estuvo dedicada, con la participación especial de jóvenes de los Estudios de Animación del Icaic. 

 

Siguiendo la buena senda que la guarandinga traza

te esperamos en la casa que el Festival nos ofrenda.

Anota bien en tu agenda nuestra próxima estación:

es una bella mansión que se encuentra en El Vedado.

Allí con Rita del Prado y con Karma, habrá canción.

 

En medio del Festival, diciembre empeliculado

va a recibirte encantado a las cuatro, bien puntual.

Siete es domingo ideal y siete colores veo.

Si siete enanitos feos hallaron a Blanca Nieves

Tú hallarás a 19, pero entre 2 y Paseo.

 

Para esta peña preparamos un guion, también en décima, para navegar frente al público por una multimedia de creación colectiva, donde aparecen muchos personajes y escenarios de los clips, cortos y largometrajes de animación del  catálogo de los Estudios de Animación. También incorporamos algunos de estos referentes a canciones y juegos de nuestro repertorio. Por ejemplo, en la sección de adivinanzas del yambú Iguananá aparecieron acertijos tales como: “Lo ves en carteles y afiches; su caballo se llama Palmiche. ¿Quién es? (Elpidio Valdés)” .  

Tras estas dos primeras estaciones, La Guarandinga prosiguió viaje en enero de 2009, rumbo a Cárdenas, sumándose allí la hospitalidad de un querido colega, siempre buen anfitrión y gran músico: Tony Ávila.

En abril hicimos una serie de conciertos por varias ciudades de otras provincias de Cuba, durante la gira que realizamos por invitación del Instituto Cubano de la Música y el comité organizador del Cubadisco, que ese año dedicaba su edición a la infancia. Si bien estas presentaciones no fueron parte “oficialmente” de la peña rodante, en el sentido espiritual lo recordamos como estaciones. Comenzamos por Ciego de Ávila, luego Sancti Spíritus, Santa Clara donde invitamos a Leonardo García y a Roly Berrío, seguimos después al emblemático teatro Tomás Terry de Cienfuegos donde compartimos escenario con el proyecto infantil de Rosa Campo; continuamos por Matanzas, luego Artemisa, y finalizamos en Pinar del Río junto a la trovadora Yamira Díaz, quien también subió  a la guarandinga.

De  esa estación pinareña recordamos las carcajadas desde el público de la inolvidable productora Ileana Ríos, quien estuvo apoyando y coordinando detalles de la gira y, con esa misma limpia alegría que acompañaba su labor, disfrutó del espectáculo. En mayo seguimos camino hasta la sede del grupo teatral La Colmenita, dirigido por Tin Cremata. Sucedieron una tras otra varias estaciones hasta llegar el verano de aquel año, tan particularmente viajero. 

Estación Casa de las Cariátides (con balcón al mar y aliento tresero) 

La guarandinga regresa de un lindo viaje a Brasil

y trajo lleno el atril de música y de belleza.

Nuestra peña entre sorpresas, esta vez propone estrenos.

A todos los niños buenos que no armen algarabía

cantaremos ese día brille sol o estallen truenos.

 

Centro Hispanoamericano de Cultura nos recibe.

Las coordenadas escribe para que llegues temprano:

Sábado, julio y verano, once y aire mañanero

En el paisaje habanero el mar parece dibujo

y un invitado de lujo irá con tres y sombrero.

El 18 de julio de 2009, coincidiendo con la fecha en que Cuba celebra el Día de la Niñez — lo que se convirtió en el tema central de la peña—, llegamos al Centro Hispanoamericano de Cultura, con la grata presencia de Pancho Amat como invitado. El querido maestro hizo una especie de divertido juego didáctico con el público, a partir de las características principales del tres.

Estación dedicada a la naturaleza (especialmente a la fauna)

Del zoológico a la playa se preguntan los papás:

¿Adónde en agosto irá guarandinga que no falla?

Hacia Oficios y Muralla: coordenada decidida.

Nos da cálida acogida la Casa Humboldt, el martes

y nos complace invitarte a esta próxima movida.

¿Los invitados? ¡Sorpresa!

En agosto de 2009, la estación fue la interesante Casa Alejandro de Humboldt, de la Oficina del Historiador, dedicada a conservar, investigar y divulgar el legado del sabio alemán y su relación con Cuba en lo referente a la naturaleza y la sociedad. 

Suponen bien quienes al leer el subtítulo imaginan que todas las canciones del programa de esta estación estaban relacionadas con animales. Lo que tal vez no sospechan es que como La Guarandinga siempre ha amado el reto de lo insólito, el tema de la fauna tuvo un emocionante realismo.

La institución anfitriona nos propuso vincular la peña de ese día con la visita de especialistas del Zoológico Nacional, quienes traían buena compañía: un cachorro de simio, un bebé cocodrilo y hasta una pequeña leoncita, que nos atrevimos a cargar en brazos. 

Al entusiasmo habitual del público guarandinguero se sumó la adrenalina del susto porque alguien, no precisamente del sector infantil, dejó escuchar un grito aterrador; pero la verdad es que todo, chillido incluido, quedó muy natural. Nunca mejor dicho. 

Siguió camino la peña rodante, y en septiembre del  2009 llegó a Jarahueca, como parte de la programación de la Bienal Identidad, en homenaje a la poetisa Ada Elba Pérez. Como siempre, las estancias en ese maravilloso pueblo de Yaguajay son poéticas, tiernas y divertidísimas, rayando a veces en el surrealismo. El detalle inolvidable de esta estación es que teníamos que regresar a La Habana por apremios de trabajo y no podíamos esperar al transporte de vuelta tras la clausura del evento. Es decir, que después de cantar en la Bienal, nos subimos de inmediato a una guarandinga llena de jóvenes artistas hasta la terminal de Sancti Spíritus, donde un amable trovador de la región, nos ayudó a conseguir pasajes hacia La Habana.

Celebramos el primer aniversario regresando a Vitrina de Valonia y, en febrero de 2010, estacionamos en la Feria del Libro, invitando a lectores asiduos con esta décima:

Leyendo con voz de seda, pregunta Ñica, la araña:

¿Cómo llego a la Cabaña? (Todos saben dónde queda).

Y la guarandinga rueda siendo los libros senderos;

A todo guarandinguero, mandadle aviso sencillo:

Será un hermoso castillo, nuestra estación en febrero.

Le siguieron —entre otras la estación del concurrido Pabellón Cuba, en coordinación con la Asociación Hermanos Saíz, y hacia mitad del año, en junio de 2010, tuvimos una peña especial dedicada a la tercera edad, en coordinación con el Centro Geriátrico de La Habana Vieja y La Colmenita, en el Teatro de la Orden Tercera de la Habana Vieja. Fue una estación llena de ternura, donde el reflejo de la luz del teatro sobre el público nos puso frente a los ojos una nube plateada de canas que le daba una distinción y un ritmo particular a los juegos de siempre. Así llegamos a los dos años de este rodar.

Estación Pogolotti en centenario 

Para celebrar su segundo aniversario en noviembre de 2010, La Guarandinga llegó a la Casa Comunitaria de Pogolotti, esta vez en coordinación con el Centro Memorial Martin Luther King y el Taller de Transformación Integral del Barrio Pogolotti. 

Pogolotti centenario a nuestra peña recibe,

peña rodante que vive su segundo aniversario.

Avisado el vecindario se comienza a alebrestar

Mucha historia por contar emana del barrio obrero

y hay mucho guarandinguero dispuesto a  guarandinguear.

 

Peña dedicada 

A los que construyen algo para el bien común

A todos los caminos que lleven hacia la paz y la armonía

A los 100 años del barrio Pogolotti.

Estación titiritera

Ya se va acercando el día de encontrarnos en El Arca    

La Güije vuelve a su charca y ahora sale La Jutía.

Potrico ve la Bahía y el camino de madera

No es una tarde cualquiera…(comenta sin distracción) 

¡…Hay guarandinga, emoción y peña titiritera!

Memorable estación fue la peña en mayo de 2011, en el precioso teatro-museo de títeres El Arca, dirigido por la actriz Liliana Pérez Recio. Ahí tuvimos como invitado al proyecto La Salamandra. El guion de la peña entrelazó nuestras canciones con personajes de las obras de este grupo teatral y resultó una tarde mágica.

Los tres años de la peña rodante los celebramos en noviembre de 2011, en el vedadense Patio de Baldovina, sede de la revista cultural La Jiribilla. Esta vez dedicamos la estación  al aniversario de la Convención de los Derechos del Niño y el Adolescente. 

En varias ocasiones, durante la época de la peña rodante y aunque no era lo habitual, repetimos estaciones. El querido Centro Pablo, que apoyaba de manera permanente el proyecto, fue estación en su sede de la Calle de la Muralla, unas veces en el Patio de las Yagrumas, y otras en la Sala Majadahonda.

También la Casa del Alba Cultural, en la céntrica calle Línea, fue uno de los espacios que abrió varias veces sus puertas a La Guarandinga, desde finales de 2010 y durante 2011, añadiéndose así  a los recuerdos de días luminosos. 

Leer tambiénIlustración: Alejandro Cuervo.
Artículos

La Guarandinga. Capítulo 5: El disco (Continuación)

Rita del Prado31.01.2022

En guarandinjazz

Un chofer guarandinguero es buen improvisador

atiende al retrovisor y no equivoca el sendero.

Con buen vino cocinero el congrí le gusta más

e improvisando al compás de un año que ya se acaba 

va Rosendo Cañabrava en guarandinga con jazz.

Una tarde de diciembre de 2011 en la Sala Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, nuestra peña rodante se sumaba de modo guarandinguero al Festival Internacional Jazz Plaza.  

En aquella ocasión, adaptamos algunos juegos habituales interpretándolos con aire jazzístico, e invitamos a la bajista Loania Carrillo, a la tresera Enid Rosales y al clarinetista y saxofonista Ernesto Vega, quien al concluir la peña salió veloz de la sala  a interpretar Rhapsody in Blue de George Gershwin en una gala de la programación del Festival Jazz Plaza, dándonos una gran prueba de compromiso y amor guarandinguero.  

Durante el 2012 nuestros proyectos de trabajo y circunstancias de vida nos fueron llevando por caminos distintos y fue difícil juntar las energías y la concentración para seguir haciendo la peña rodante con el rigor y la cuidada elaboración que la caracterizaba.

Algún día de ese año, en el que el Dúo Karma y yo coincidimos en La Habana, pudimos hacer las coordinaciones pertinentes y nos presentamos en San Miguel del Padrón, en un espacio peculiar, mezcla de parque con plazuela rústica, con una tarima de cemento, bancos y canteros sembrados, en mitad de una cuadra entre las casas; un espacio montado con amor de barrio, donde al final de la presentación, una señora muy parecida al personaje de la cocinera de Mambo Congrí nos brindó a los presentes una típica caldosa. Con ese sabor, la peña rodante de La Guarandinga cerró aquel ciclo de presentaciones habituales, lo que no significó que la esencia del proyecto se extinguiera, pero sí que se transformaba en cuanto a su vida escénica. 

Confieso que escribir este capítulo ha encendido nostalgias. Esa época estuvo matizada siempre por una ilusión en varias direcciones: la ilusión nuestra, por conocer a un nuevo público cada vez; la ilusión del público fiel que acudía a diferentes estaciones; y la ilusión compartida de vivir siempre algo nuevo: el estreno de una canción, de un juego, de una presencia grata. Fue un modo también de divulgar y habitar espacios culturales de nuestra ciudad. 

La peña rodante fue una aventura intensa que trazó una curva de existencia natural. Tal vez por eso la recordamos tanto nosotros como las familias que nos seguían como algo cálido y divertido, como las mejores “citas amorosas” que ocurren entre artistas y público. Los días más luminosos, o más corrientes, nunca estuvieron a merced de la rutina, pues hicimos de un lado y de otro hasta lo imposible por sostener la magia colectiva. 

Rita del Prado Rita del Prado Habanera, trovadora, compositora y juglar Doctrina: Siempre crear Deporte: Cazar auroras. Desde siempre y hasta ahora me dedico a la canción. Los buenos públicos son los de todas las edades y voy de juego en verdades según pida la ocasión. Más publicaciones

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