
La era Inside
Hace un año escuché Cambio e inmediatamente pregunté por los otros temas de Inside. Si aquel era el nuevo disco de X Alfonso después de una década, entonces yo no necesitaba un single, los necesitaba todos. Hablando con la euforia prepotente de fan histórica y con la doble prisa de una joven madre que pretendía dominar el tedio doméstico, buscar un respiro en el trabajo intelectual y rodar junto con el mainstream cultural, le dije a una amiga: “Esto es una estafa”. Mi amiga trabajaba en la campaña de lanzamiento del disco y además me conocía bien, así que me miró como se mira a alguien que no entiende nada. Alguien que no está en sintonía, pero que aun así se deja pasar por incorregible.
Hace un año yo no entendí qué cosa era Inside. Lo supe un tiempo después, cuando el proceso de concepción del disco me mostraba que aquello no tenía nada parecido a un fonograma convencional. Por eso había que esperar un mes entre un tema y otro, por eso veíamos la ciudad llena de grafitis, o algún que otro mural, por eso X Alfonso se había mudado a las redes sociales y una poderosa campaña de comunicación lo acompañaba en esa nueva aventura colectiva y multimedial. Precisamente, la transversalidad artística de lo que pensamos al inicio como un disco y ya, era su mejor ganancia. Lo confirmamos ahora, a un año de camino y casi a punto de cerrar un magnifico ciclo el próximo diciembre con su volumen II. El primero también tuvo nueve temas y de este último aún nos quedan seis por descubrir.
Un símbolo ha guiado todo ese recorrido: la mariposa creada por Nelson Ponce como imagen oficial y que varía con la salida de cada nuevo tema. Según explica X Alfonso, está basada en el famoso efecto mariposa: “un ínfimo acontecimiento puede alterar a largo plazo una secuencia de sucesos de inmensa magnitud. Además, se asocia también con la teoría del caos, pues pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un proceso pueden implicar grandes diferencias en su comportamiento futuro e imposibilitar una predicción a largo plazo”. De acuerdo con esa filosofía, el equipo detrás de Inside asumió una total libertad de creación e improvisación a lo largo del proyecto y eso, entre otras cosas, lo ha mantenido interesante y activo, incluso durante una pandemia.
Es así que a estas alturas la mariposa ya desborda sus propósitos, algunos hasta se la han tatuado, y sigue viajando por el mundo. Nos conmovió, por ejemplo, la que usó una doctora cubana en España después de hacer que se escuchara esta música hasta en las salas de los hospitales, un suceso que habríamos de compartir mil veces en las redes como emblema de amor, esperanza y resistencia. Cuando le envié algunas preguntas para armar este texto, el propio X resumía todo el proyecto como un “maravilloso viaje sobre las alas de esta mariposa”.
No llegué a contarle que al principio yo misma hube de malinterpretarlo todo. Me daba vergüenza, y no creí que valiera la pena a estas alturas. Inside se encargó de justificarse de sobra, al menos para mí. La base de todo, me confirmó X, radica en la experiencia adquirida en Fábrica de Arte Cubano (F.A.C.) y en la confianza al trabajo en equipo: “escucharse, aprender el uno del otro y entre todos llegar a un resultado común. La música es el motor para las ideas, tanto a la hora de diseñar, como cuando se plantea la estrategia de promoción de cada canción, por eso creo que el gran reto es reinventarse todos los meses con la salida de un tema acompañado de audiovisuales, diseños, varias formas de promover, estrategias… Sabíamos desde el inicio que sería un proyecto arriesgado, pero eso todavía nos sigue motivando mucho más”.
Work in progress
No tengo memoria de algo parecido a Inside dentro de la música cubana. La diferencia fue asumirlo desde el inicio como un organismo vivo, resultado del esfuerzo de muchos profesionales y resguardado por la mirada atenta y exigente de cada uno de ellos. Eso, y la fuerte presencia en el mundo virtual han situado una era post Inside. En una sociedad donde si no te mueves te aplastan, donde los hechos y el consumo cultural ocurren todo lo rápido que podamos mover nuestro dedo sobre una pantalla, el autor de los inolvidables De corazón, Santa, Civilización, Habana, Cambiará y otras muchas a lo largo de 30 años de carrera entendió que el tiempo para escuchar un tema musical es probablemente cien veces más corto de lo que fue en la era analógica. Partiendo de su particular vínculo con la industria comprendió que ya no es el álbum lo más recomendable para muchos autores, sino que el camino se hace más llevadero a través de singles. Inside no podrá verse jamás como un hecho fortuito, todo lo que tiene de experimental y transgresor tiene su base en el estudio detallado del contexto donde pretendía lanzarse. Viene a ser el resurgir de un “X Alfonso 2.0” que no ha dejado de hacer lo que siempre hizo; componer, realizar sus propios videoclips (y todo lo que se le ocurra), pero que esta vez decidió romper la inercia de los años con algo que seguramente muy pocos esperaban y que a la altura de 12 meses es ya una rutina natural, diversa y necesaria.
Sandra Lopes conoce mejor que nadie el proceso Inside. Es manager de X y lo acompaña en la vida, así que entiende a la perfección la transformación que para él supuso y, según cuenta, el mayor reto fue controlar su propia naturaleza de artista. “Él siempre ha sido el one man show en sus producciones discográficas, siempre lo ha hecho todo prácticamente solo, y ha sido todo un reto (un bello reto) lograr que se deje llevar y guiar en todo lo que ha supuesto el proyecto. Las nuevas estrategias de promoción, las redes sociales, abrirse un poco más al mundo, pues hay una gran timidez y humildad asociada a la persona terrenal que es X. Uno de los mayores desafíos fue mantener la campaña activa y atractiva, conquistar y reconquistar el público. Creo que la más importante enseñanza para quienes lo hicimos posible fue pensar siempre de forma abierta y elástica, adaptándonos cada mes a las nuevas situaciones que se presentaban y a las expectativas tanto mías como las de un artista hiperactivo como X. Es un constante work in progress”.
Parte de la fuerza de Inside radica también en la alianza con Bonus Track, una agencia creativa que se encargó de pensar, desde la comunicación y la producción musical, cómo iba a verse aquella nueva música que devolvería a los escenarios toda la potente máquina de hacer arte llamada X Alfonso. Yoana Grass es productora, líder de ese team, y confirma la idea de Sandra: “Lo asumimos desde el principio como un work in progress flexible y dinámico, con la capacidad de adaptarse a nuevos retos y contextos. Esa posiblemente haya sido nuestra mejor herramienta para enfrentarnos a la nueva realidad que trajo la pandemia, tener la disposición de reaccionar con espontaneidad. Además, tuvimos la facilidad de hacer cortes mensuales, aun cuando teníamos objetivos generales trazados, de manera puntual, proyectamos y coordinamos mini campañas para cada lanzamiento; por tanto, eso nos ha dado la posibilidad de repensar algo que no haya funcionado antes, proponer una acción nueva a tono con el tema que aborda la canción, etc.”.
Si bien los videos de Reflexión y Siento que, por ejemplo, se presentaron con la magia habitual que le nace a X Alfonso en cada audiovisual, la manera que tiene de apuntar hacia donde más conmueve, hacia donde casi nadie miraría y hacer una poesía visual y musical; el video de Dime qué hay que hacer apareció con un nuevo encanto. Un challenge se volvió trending en las redes y lo mismo desconocidos que famosos, adultos, niños y hasta los propios miembros de Inside enviaron sus interpretaciones del que es —creo— el tema más gozoso del primer volumen. Antes de eso hubo un Q&A en Fábrica de Arte, que se transmitió por streaming, y fue sin dudas uno de los mejores momentos, repleto de público. Esas acciones y el potente sitio web donde se incluyen los X Files —un repaso por las tres décadas de creaciones transitadas por el primogénito de los Alfonso—, conforman la nueva maquinaria digital del nuevo X en la era Inside.
Proyecto en pandemia
En los planes iniciales estaba pactado un gran concierto en diciembre de 2020. Allí quizás X utilizaría sus antiguas manías y obsesiones con la escenografía, los efectos visuales y, seguramente, el evento haría que quienes han estado enrolados en la aventura perdieran el sueño durante semanas o meses. Pero en los planes iniciales, obviamente, nunca se contó con el azote de una pandemia. Los primeros encuentros con público propiciados por Inside estuvieron libres de nasobucos, distanciamiento físico y gel antibacterial. Es lógico entonces que el idilio del gran concierto se aplace tanto como decida la COVID-19. Mientras, el camino continúa. “Renunciar a nada”, remarca X.
El equipo ha tenido que mutar en nuevas decisiones durante estos más de seis meses, sí, pero nunca se manejó la pausa como posibilidad. “Adoptar el teletrabajo, hacer brainstormings por WhatsApp por primera vez, etc. De cara a la campaña, perdimos los espacios que estaban destinados a las acciones físicas (intercambios en las escuelas de arte, murales en espacios públicos, encuentros con la prensa)”, cuenta Yoana. Y agrega que “ha sido un reto sostener la atención del público y de los medios por un tiempo tan prolongado, por eso la necesidad de estar en constante búsqueda de caminos creativos”.
Comenta Sandra que este ha sido un nuevo despertar, pues si bien la F.A.C. ocupó los tiempos y la dedicación de X en los últimos años, al consolidar su madurez como institución, el artista decidió que era hora de volver a la carga. Sintió que “el mundo musical, sus mensajes y las nuevas generaciones estaban por entrar en una espiral frenética y bastante alejada de las realidades sociales actuales. Por eso sus mensajes van desde el rescate de los ancestros, hasta la esencia humana y sus valores. Todo esto acompañado de nuevas sonoridades y tecnología a tono con los tiempos que corren. En el contexto cubano, una vez más, X establece una pauta, eleva la parada y hace que nadie en el sector se sienta acomodado, sino que empiece a rejuvenecer y actualizarse. Hay un antes y un después de Inside en este contexto”, destaca.
La música de X Alfonso, ya lo sabemos, es una mezcla de muchas cosas, y él mismo se ha encargado de subrayarlo siempre. Si vamos a los discos encontramos primero jazz y fusión, luego electrónica y hip hop, después tambores africanos con una orquesta sinfónica, luego rumba con funky y así… A estas alturas imagino muy pocos géneros que se le hayan resistido. Por eso Inside me suena antológico en sonoridades de todo ese pasado/presente. Siento que perfectamente se pudiera haber escuchado en Reverse, o Dime qué hay que hacer habría podido incluirse en Revoluxion y Algo no está bien en Civilización. La era Inside no la marca la música de cada volumen, sino la transgresión del concepto cerrado de disco en sí mismo, ese más allá donde se incluye el proyecto y su aventura en general. Porque la música no tiene un tiempo ni un momento fijo —esto debo haberlo escuchado del propio X en algún momento. Al contemplar las canciones de Inside se hace un ejercicio de introspección involuntario, la música te lleva a eso y al mismo tiempo encuentras esperanza y miedo, pasión y frustración, consuelo y desasosiego, sufrimiento y amor, encuentras al final el mundo como lo conocemos. Yo no sé de géneros, sé poco o nada de arreglos y acompañamientos, pero sé un poco de lo que es bueno y malo. Y como lo que es bueno y malo se define únicamente por el filtro de la sensibilidad individual, yo aseguro que los temas de Inside son un oasis de belleza. A la música cubana que la califiquen los expertos, y que la salven, si es que lo necesita. A la de X, llevémosla al límite. La primera vez que escuché Solo es tiempo de dar amor quise abrazar a mi hija, escribirle a mi marido. Esas canciones nos salvan.
Al propio X le pregunté qué lo había inspirado mientras componía Inside, aunque en realidad los títulos y las letras de las canciones devuelven la respuesta misma y la presentan de alguna manera obvia. Pero X lo redondeó con un “todo lo que me rodea”. Aunque después lo fue detallando un poco más: “Lo malo, con lo que no estoy de acuerdo. Lo que se consume como ‘arte’ en Cuba. La inconformidad con lo que quieren imponer los medios y la sociedad, la falta de valores, la falta de visión sobre el futuro y la apatía de un universo paralelo sobre la realidad que vivimos”.
¿Habrá final para Inside?
Más que un proyecto, más que un disco, incluso más que una marca temporal, pactada por un tipo novedoso de creación artística, Inside es una ideología. Al menos a X Alfonso le demostró que “sí es posible realizar los sueños” y ya con eso basta para asumirlo también como estilo de vida. “Ha sido un aprendizaje total para todos y creo que alguna vez habrá que estudiar y volver sobre Inside”, anota Sandra. Mientras, señala Yoana que habrá que tomar en cuenta su carácter de actualización, “de impacto en la industria musical cubana, y también de cara a la importancia de la comunicación en cualquier proyecto artístico”. Según ella, sería muy merecido un mayor impacto futuro en Latinoamérica, donde sabemos existe mucho público potencial para la música de X Alfonso. O quizás una colaboración con algún músico de la región. Pensando en que lleguen a cumplirse esos y otros objetivos vuelvo sobre Sandra Lopes y le pregunto si habrá un final para este proyecto. Ella me contesta sin más: “Quiero creer que no…”.
Inside no acabará, porque no acaba la música, como no acaba el arte, ni la vida, ni el amor, ni el sentimiento. Todo se transforma y sigue.