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Opinión Ireno García. Ireno García.

Homenaje personal a Ireno García

“Si tu sed, rompiendo las distancias,
se confunde, andando, con mi sed,
y tu aliento se alza, hasta tocar el Sol,
en busca de una nueva flor;
y si tu pecho vela mi descanso,
y mi andar desata tu canción,
y tu lucha se abriga en mi corazón
en una sola voz.

Tendremos sueños que tejerle al mar,
la mansa estrella de la libertad
y aquella flor
que hay que encontrar, más allá,
donde el verso será la paz que crece.

Si tus manos vuelan con mis manos,
como mil gaviotas que, al volar,
se reparten viento, sol, amor y pan,
seremos mil gaviotas más
que vuelan sobre el mar.”

He reproducido el texto de En busca de una nueva flor, pieza compuesta por Mike Porcel e Ireno García, que fuese la canción tema del Onceno Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, allá por 1978. Han transcurrido 45 años y sin embargo, en mi mente guardo nota a nota la hermosa interpretación que de la composición hiciera Argelia Fragoso, con el respaldo de un saxo impecable en el puente de la orquestación, a cargo de Fernando Acosta. Hay otras versiones, como la hecha por Síntesis en voz de mi buen amigo Mike, la de Nacha Guevara o la de Agua de Coral, pero confieso que la que siempre me emociona es la de Argelia.

Fue por ese año de 1978 que comenzó mi amistad con Ireno. A partir de aquel momento me volví un fanático total de su música y creo que asistí a buena parte de sus conciertos.

Dado que yo conocía la especial sensibilidad de Ireno al componer, no me sorprendió cuando a inicios de los 80, en una de las emisiones del concurso Adolfo Guzmán, resultó galardonado su tema Canción para recordar a María, interpretado entonces por Silvio Rodríguez y con arreglo de Frank Fernández. Esa pieza, dedicada a su compañera de aquellos días, la artífice de lo que fue luego el famoso “Patio de María”, para mi gusto es una de las más hermosas canciones de amor que se han escrito entre nosotros. Hace muy poco, un joven trovador al que me he asociado para hacer música, Mario Sergio Mora, de repente en un ensayo en casa empezó a cantar esos versos memorables: “Como hubiera querido, mujer mía / que estuvieras conmigo esta mañana / estoy mirando el mar limpio y tranquilo / desde una cálida y sucia ventana”.

Como sabía de la enfermedad de Ireno, no me sorprendió la noticia de su muerte este domingo 27 de agosto. Al leer la información del Instituto Cubano de la Música, solo pensé en las tantas veces que compartimos y en el conjunto de toda su cancionística. Recordé discos suyos como Ireno García canta a Eliseo Diego, Dibujando canciones (a partir de un concierto en el espacio “A guitarra limpia”, con el respaldo de Rey Guerra y que quizá es mi favorito en la discografía de Ireno), Coraleando, No pido más y Canciones de invierno, el último fonograma que publicase y que vio la luz en el 2017.

Aunque nos encontramos de cuando en vez en años recientes, lo que se dice «conversar de lo lindo» lo hicimos por última vez a raíz de la edición del Festival Longina correspondiente a 2019. En esa ocasión, además de presentar su música en el que -para mi gusto- resulta el más importante festival de trova hoy en Cuba, García inauguró en Santa Clara la exposición personal Sueños no más, de dibujos hechos por él. Recuerdo que en esos días de enero de 2019, a cada rato nos íbamos Ireno, el guitarrista Carlos Miguel Ledea, quien por entonces trabajaba con García, y yo a tomar un delicioso café en CUC que se vendía en una instalación aledaña al parque Vidal, donde se nos unía una pareja de villaclareños, que eran grandes amigos de García.

Si bien Ireno jamás fue un artista popular, eso era algo que no le interesaba. Los que amamos lo mejor de la cancionística cubana siempre lo recordaremos por temas como Sueño no más (hay una preciosa versión cantada por él con Polito Ibáñez), Un buen bolero (conocida de inicio por la interpretación de Xiomara Laugart), Andar La Habana, tema popularizado a través del programa televisivo fundado por Eusebio Leal, y Temo al andar y al no andar, otra de mis favoritas de su repertorio.

Pero hubo una canción suya con la que especialmente siempre me identifiqué y de la que ambos interpretábamos un pedazo cada vez que nos encontrábamos. Ahora que sé que no volveremos a darnos el fuerte abrazo con el que nos saludábamos y despedíamos, como tributo a mi amigo Ireno García reproduzco aquí algunos fragmentos del texto de su tema Homenaje a Risa y que podría llamarse hoy Homenaje a Ireno:

“Risa sale ante el día que lo aclama / en una vieja bicicleta de papel / y derrama sonrisa en las ventanas / buscando una botella por beber. 

“Astronauta, leyenda de cantina / esclavo del amor y la buena canción / se perdió una mañana de diciembre / detrás de una centrífuga de ron.

“Vuela, Risa, en tu canto de sinsonte / y revienta estridencias por joder / que a tu carro habrá muchos que se monten / esperando un buen día por nacer.”

Joaquín Borges-Triana Más publicaciones

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