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Artículos Diseño: Jennifer Ancizar Diseño: Jennifer Ancizar

Hip hop, más allá del flow

Recuerdo un programa de televisión donde entrevistaron a un conjunto de artistas que despuntaban como líderes en el género del reguetón, y que el presentador preguntó al grupo: “¿Qué es el flow?”.

Se dieron varias respuestas que mi memoria no recuerda, sin embargo, una no se me olvida. Uno de los exponentes, con una sonrisa ingenua pero muy seguro de sí, dijo: “El flow es…” y comenzó a mover una mano, su muñeca, el codo y el hombro sucesivamente, como una ola.

Existe una variedad de términos que se emplean para describir expresiones relacionadas con lo artístico y que caracterizan una manera de manifestarse o una técnica determinada. En el caso del hip hop, algunos de estos conceptos son de origen anglosajón, debido a los inicios y desarrollo de dicha cultura. Sin embargo, en el habla popular, muchas de estas palabras son empleadas sin que las personas tengan conciencia cabal de su significado, alterando o empobreciendo en ocasiones la idea que expresa.

¿Qué es flow, groove, break, beat? ¿Cómo distinguir entre las distintas habilidades si se compara a varios artistas? ¿Qué tiene uno que no tenga el otro: más flow, mejor lírica, potentes beats, menos groove?

Por una parte, flow —cuya traducción al español está asociada con fluir, marchar, manar, correr—, musicalmente tiene mucho que ver con la forma en que un rapero, por citar un ejemplo, manifiesta su discurso. Esto guarda estrecha relación con una serie de técnicas vocales como la entonación, la duración e intensidad de los sonidos, la proyección y administración del aire, el sentido del tiempo afín a una métrica natural compleja proveniente de una poesía que conserva una disciplina de redacción. Todo ello, sumado al timbre sonoro, a la intención y al vínculo emocional del mensaje que se transmite, conforma un estilo propio del expositor durante su interpretación. 

En la historia del rap cubano son muchos los ejemplos de artistas con un flow muy atrayente, podrían mencionarse algunos nombres como El Prosa, Ruzzo, Anderson, Funky, Poeta Lírico, y los grupos EPG, Explosión Suprema, entre otros tantos que con su estilo han marcado pauta en la memoria del hip hop insular. Aunque el flow se emplee para destacar cualidades del cantante, el mismo puede verse condicionado por las características del beat, entendido en su argot como background o fondo musical. De igual modo, en alusión a uno de sus significados (golpe), los programas digitales de composición y grabación hacen empleo de este término para señalar y marcar el tempo/ritmo de la obra o lo que muchos llaman velocidad del instrumental, y se mide en BPM (beats por minuto).

El movimiento que provoca un beat también lo determina el groove, que representa las variaciones de tiempo e intensidad entre los elementos de la pieza. Al alternar los ritmos, retardando y adelantando notas, unas fuertes, otras débiles, la interpretación musical y la escucha se hacen más interesantes. Desde este punto, puede establecerse una diferencia entre las obras programadas exclusivamente en software y la ejecutada por instrumentistas, cobrando esta última mucha vida pues nunca un intérprete será tan analítica y justamente preciso en su ejecución como una computadora, si bien la búsqueda de la perfección, mediante el dominio práctico de un instrumento, recrea las agradables inexactitudes que deleitan nuestra percepción auditiva. 

Así se revolucionó años atrás la manera de disfrutar la música, a mano de los DJ, cuando estos comenzaron a repetir secciones musicales donde generalmente se escuchaban solo la batería y, en algunas ocasiones, el bajo. Los mejores cortes o breaks poseían los más llamativos grooves, siendo reproducidos cíclicamente los mismos (loops), y conformando una especie de atracción que conllevó al surgimiento de nuevos beats

El oído y el proceso de escucha son intuitivos, pero educables. Aprender a descifrar las destrezas y estructuras que integran las técnicas más complejas de la cultura hip hop, (en ocasiones aparentemente fáciles) puede llegar a ser toda una asignatura. Véase el caso de los cantantes, raperos o MCs (Maestros de Ceremonia), quienes hacen uso del micrófono para comunicarse.

Sucede que a veces hay creadores que aún dominando el flow y teniendo un interesante discurso, no conquistan a las audiencias. ¿Cómo puede ser posible, si cuentan con sugerentes letras, un ritmo acertado y una buena entonación (aunque muchas veces básica)? Pues se debe a que la mayoría de los artistas urbanos que destacan sobre el resto poseen además un buen desarrollo de la comunicación, tanto desde la psicología aplicada a las letras como desde las maneras de grabar y ejecutar su música en vivo, con lo que les sacan un extra a los conocimientos anteriormente descritos. Ejemplo de músicos que han descifrado estas habilidades son Papo Record y Rxnde Akozta, por citar un par, y se trata de un aspecto fundamental que no en todos los casos se logra desplegar de manera autodidacta.

Al mismo tiempo, la calidad del discurso se relaciona con la educación vocal del intérprete, lo cual en la música urbana es poco mencionado. El rap puede convertirse en un ejercicio auto-instruido pero existen prácticas que nos permiten una mejor emisión. Por ejemplo: saber cómo mejorar y manipular el uso del sistema de resonancias que da a la voz su color, timbre, riqueza y amplitud; adiestrar la respiración costodiafragmática, así como la dicción, la articulación, y muchas otras experiencias que se cultivan incluyendo la salud vocal, como sucede en el caso de los locutores, actores y demás profesionales de la voz. Pabelo, del grupo Ley de Thalion, es un buen ejemplo para ilustrar todo esto.

Sin embargo, los exponentes urbanos más relevantes no solo han sabido hacer uso del lenguaje oral y escrito, sino del gestual, gráfico y visual, como la ropa, el cabello y demás símbolos. Claro que en ciertos grados de eminente popularidad las variables de comunicación pueden estar dirigidas desde y hacia un punto de vista empresarial, integrando la venta personal, publicidad, promoción, marketing, patrocinio y relaciones públicas. 

Como consecuencia, esto genera un modelo a seguir entre aquellos creadores que anhelan complacerse en el renombre y la notoriedad, personalizando patrones y un sistema de creencias alrededor del exitoso artista idealizado. Si bien es cierto que muchos célebres virtuosos “no han ido a la escuela” para alcanzar sus metas, también lo es el hecho de que la superación y educación de la materia en que un sujeto quiera especializarse son necesarias para elevar las competencias de cada cual, ya sea en los negocios, la producción o cualquiera de las áreas que repercute en la calidad de un producto diseñado. 

Hoy en día existen tesis, bases de datos, conferencias, libros y artículos que revelan el carácter transformador del hip hop como fenómeno sociocultural. Por ello es importante conocer y educarnos en sus elementos, más allá de lo que se ve y lo que se escucha, para así poder establecer una mejor relación con el público y ser artistas más completos. 

Raydel Obrador Evora (Prófugo) Más publicaciones

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