
GES por Real Project: al principio fue experimentar
Es una noche de martes en La Habana. Una noche difícil, donde no pasa nada. O casi nada. Un hombre, de pelo largo y gris, alto y delgado, cruza la calle G y enfila su destino hacia uno de los bares de moda en la ciudad. En el bar, tres jóvenes instrumentistas se preparan para lo que será una de las tantas descargas de jazz que tendrán por un tiempo en aquel lugar.
Antes de que empiece el show, este hombre entrará, abrazará a los tres jóvenes instrumentistas, hablarán del clima, de la familia, de lo complicado que es hacer jazz un martes en la noche, y, en algún momento, sobre una idea: hacer un disco, un homenaje, desempolvar canciones, traerlas al siglo XXI. Una idea que revelará el curso final de esta historia.
La historia no empieza en este bar, ni esta noche, ni con los tres jóvenes instrumentistas. Al menos no con estos tres. La historia, rigurosamente hablando, comienza en 1969, en una cabina de los estudios del Icaic en presentaciones en los cines Chaplin y 23 y 12; en un grupo de artistas nucleados alrededor de un único propósito: renovar la música cubana. ¿Cómo? Echando mano de cuántos géneros y estilos estuvieran a su alcance —la nueva trova, el rock, el jazz, la rumba, las sonoridades brasileñas, las hindúes—, rumiando influencias —desde Beethoven hasta Los Beatles—, experimentando con técnicas electrónicas y sonidos de alta calidad estética.
Aquel puñado de artistas se conoció como el Grupo de Experimentación Sonora del Icaic (GES); sus integrantes —con Leo Brouwer a la cabeza— llegaron no solo a componer para el cine, sino además a convertirse en los más altos exponentes de la música en Cuba. Sus nombres seguramente les sonarán de algo, porque Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Eduardo Ramos, Sergio Vitier, Emiliano Salvador, y más tarde Sara González y Pablo Menéndez, entre muchos otros, fueron los protagonistas musicales de esos años dorados.
Pero la historia del GES ya está escrita (ojo: escrita, pero no necesariamente conocida, como debería). La historia del hombre de pelo largo y gris, alto y delgado, de los tres jóvenes instrumentistas y de lo que comenzó a forjarse una noche de martes en un bar de moda en La Habana, apenas echa a andar. Por ella es que estamos aquí.
Al principio es la voz. Una voz que se nos antoja familiar, porque muchos de nosotros hemos crecido con ella, sonando una y otra vez en la televisión, en la radio, en las escuelas y plazas. Y es que a Sara González la conocemos, a Corales —primer tema del álbum Real Project-GES, que desde el pasado 6 de diciembre está disponible en varias plataformas digitales— mucho menos.
Pero la voz de Sara es acá una suerte de sample. La grabación original, ese guiño, se cuela como un instrumento más, para luego dar paso a otra voz. Es allí donde descubrimos a Daymé Arocena, defendiendo ese tema compuesto por Sergio Vitier y que ahora llega con nuevos arreglos, orquestados por Jorge Luis Lagarza, pianista de Real Project, esa banda que irrumpió en 2017 con un álbum homónimo y cuyos integrantes ya conocíamos desde el disco Mal tiempo, del baterista Ruly Herrera, o porque tocan y giran con varios proyectos o músicos de la Isla como la propia Daymé, Interactivo, Carlos Varela, entre otros.
Radiografía de una apariencia es el segundo tema de este álbum-homenaje que se detiene en Noel Nicola, un hombre del que se sabe poco pero que compuso canciones tan poderosas como sus dos partners in crime: Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Esta versión, la de Real Project, la de los arreglos de Ruly, la de Yaroldi Abreu en la percusión, nos deja un sabor otro. Un sabor a medio camino entre la samba y la bossa nova, un sabor adictivo, donde la interpretación de Yusa es siempre desgarradora, tremenda, con esa imperiosa necesidad de ser, ella misma, canción hermosa.
El tercer track es Un hombre se levanta, uno de los más populares del GES y de su autor, Silvio Rodríguez, defendido muchas veces por Sara González y que en esta ocasión nos llega a través de Polito Ibáñez. Tal parece que la canción fue escrita para él. Para Polito, digo. Para que un día, después de tanto, este trovador que amamos —y que en los últimos tiempos ha perdido, acaso, ese toque que nos enamoró en Me muero de ganas, Las cosas simples, Sombras amarillas— renaciera, la hiciera suya.
Porque ahí donde Un hombre se levanta, nos suena, a priori, a canción-consigna, bandera arriba, himno del hombre nuevo; ahí donde el saberla “gastada”, “saturada” por el mainstream de la canción política nos hace, quizás, rechazarla, es donde la nueva versión nos sorprende, para bien, con una sonoridad contemporánea, más fresca y atrevida.
Luego hay otros temas. En cada uno de ellos, en los diez, Real Project deja su marca. Y es que Real Project-GES,con idea original de Enrique Carballea, arreglos y producción musical de Ruly, Lagarza y Roberto Luis Gómez, y licenciado bajo el sello Bis Music, va de eso. Es un homenaje; quizás el mejor de todos,porque no se detiene a edulcorar nada. Real Project no quiere imitar, no quiere copiar, tampoco quiere invadir. Las canciones de este fonograma —algunas más conocidas, algunas puramente instrumentales— no son suyas, pero pudieron serlo. Qué mejor manera de rendirle tributo a aquellos que experimentaron antes, que experimentando ahora. Qué mejor manera de meterse en la piel del otro, que siendo uno mismo.
En todos, si escuchamos con atención, hay detalles, y en los detalles, ciertas joyas. Oigamos las canciones una por una, en loop, lleguemos al núcleo, a ese campo magnético que es la experimentación detrás de cada instrumento. Al virtuosismo: ya sea Jorge Luis Lagarza en los teclados (o en el vocoder), Ruly en el drums, Roberto Luis en las guitarras (o en el banjo), Rafael Aldama en el bajo, o en las voces invitadas. Detengámonos. Hagamos silencio. ¿Qué escuchan?
Los riffs más rockeros en Salgo de casa (autor: Eduardo Ramos/ intérprete: Erick Cimafunk); en Éramos (ese texto de José Martí, musicalizado por Pablo Milanés y defendido en esta ocasión por Roberto Perdomo); en Bachiana popular, de Sergio Vitier; en el minuto dos de Los caminos —por favor, detengámonos en el minuto dos—, ese temazo de Pablo que tiene de todo: rumba, rock, trompetas, tumbadoras, trombón, saxo, Rubén Bulnes en la voz y ¡los Real Project en los coros!
Escuchamos, además, la flauta de Niurka González y de Yasel Muñoz en Repentino (de Pablo Menéndez): una más clásica, otra más contemporánea. O el banjo en Raga, una canción inédita, una canción de Silvio, una canción que transporta a otro sitio quizás por ese sonido del banjo, emblema del country, el bluegrass y las músicas del Lejano Oeste, y que llega con los arreglos de Roberto Luis Gómez, quien hace lo que quiere con ese instrumento, para bien de nuestros oídos.
Y luego está Tonada para dos poemas. La frutilla del pastel. Sobre ese tema podemos decir tanto: que alguna vez Rubén Martínez Villena escribió dos poemas (La pupila insomne y El anhelo inútil), poemas breves, de cuatro versos cada uno, y que uno de ellos es, en particular, estremecedor. Podemos decir, además, que Silvio Rodríguez les puso música y voz, y que ahora, cerrando este álbum, Real Project los lleva a un plano más instrumental, más íntimo. A ese plano donde solo las canciones hermosas tienen vida propia.
Es viernes, julio de 2018, y Real Project da su primer concierto en la Casa de las Américas, el lugar donde se dice nació la Nueva Trova y donde, además, el Grupo de Experimentación Sonora tuvo también un espacio. Es curioso: este viernes, casi cincuenta años después, la sala Che Guevara recibe a otros jóvenes que quieren defender aquello en lo que creen. El lugar está a la mitad de su capacidad, pero Ruly, Lagarza, Roberto Luis y Aldama fusionan sonidos, a veces más electrónicos, con una marcada influencia del jazz, la world music, el rock and roll. A ratos, uno de ellos experimenta, hace un solo, juega, se divierte.
No sabemos si por esos días Real Project ya piensa en ese homenaje al GES. Sabemos, eso sí, que acá hay mucho más que música. Hay amor. Amor por la música. Quizás, al principio, fue eso.
La Habana, entonces, tenía el sabor del verano. La gente, mientras, se permitía amar.
Acerca del articulo escrito por Lorena Sanchez acerca de GESI – Real Project
FELICIDADES A TODOS EN EL REAL PROJECT BAND !
El mundo necesita de versiones contundentes en nuevas voces como las de ustedes
LEI TODO EL ESCRITO, PERO NO SE QUIEN ES EL HOMBRE ALTO Y DE PELO GRIS ?
QUIZAS PUDIERA SER ALFREDO GUEVARA, PERO EL NO ERA MUY ALTO, AUNQUE SUS IDEAS SIEMPRE LLEGARON A LA CIMA !
Toni Basanta
desde Vermont, EUA
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Feliz 2020