
En Vivo / Fito del Rio y La Granja
Los que hemos escuchado a Fito en sus conciertos o consumido aquellas grabaciones que hizo con un teléfono en una de sus funciones en La Marca —a las que teníamos que acudir si queríamos cantar a grito pelado “o es que tú me estás subieeendo”, a pesar de la irremediable calidad de audio o los comentarios atravesados del público— notaremos el gran salto que han dado sus composiciones.
Este cantautor, que decidió hacerse acompañar por una banda —La Granja— para incursionar en los caminos del rock nacional, lanzó su primer EP el pasado 2 de julio. Un EP grabado en vivo en República Records con un formato de cinco músicos y temas propios en los que por casi media hora no se escucharán más que guitarras, voces, bajo, percusión y un suave clarinete que acompaña a la melodía principal a mitad del fonograma. Aunque interrumpida por las medidas de prevención impuesta por la COVID-19, una campaña de recaudación que duró dos meses, y propuso desde conciertos con sesiones de tatuajes hasta tragos de contribución bautizados con los nombres de estas canciones, les sirvió para contar lo reunido e irse al estudio.
El EP abre con Isla Adentro. Impregnada de un fuerte contenido social y con el estribillo más explosivo de esta producción, trata el conflicto de la identidad y el desarraigo con una poesía de extraña madurez y una musicalidad huracanada en la que se destaca la participación de Kevin Espinosa agrandando el tema con los rockeros punteos de su Stratocaster. Le sigue Trascendental que, con una estructura un tanto atípica comparada con el resto de las pistas, y un arreglo que no deja caer la cadencia rocanrolera de su predecesora, y un lirismo bien cuidado, es un claro homenaje a los referentes del autor, quien desde sus versos los define como figuras inamovibles que no cederán al desvencijar del tiempo.
Ícaro Nocturno, ubicada en el centro del disco, invita al oyente a un descanso de la rítmica inquieta que generan las ya mencionadas. Esta balada en tono mayor es el espacio más íntimo de la producción, una oda al amor y sus estragos, en la que los tiernos fraseos de María Ochoa en el clarinete y los matices con los que la enriquece el bajo de Bryan Frías, hacen que no se extrañe el acompañamiento de chelo con que el cantautor daba a conocer esta canción en sus conciertos.
Volviendo a tempos más rápidos, el fonograma continúa con Disparo de Luz, la más tropical del EP. Con Gustavo Marrón tras los platillos, desde los primeros compases abre marcando la clave de rumba, para luego hacer girar el resto del tema en torno a esta, alternándola con conga. Quizás de las cinco piezas que forman la obra esta sea la de poética más vaga, legando las imágenes a un segundo plano, posiblemente para lograr estribillos fáciles de corear y una mayor participación del público en las presentaciones en vivo.
Con Canción Breve cierra esta producción, retomando la temática político-social de su obertura. A pesar de —como sugiere el nombre— contar con pocas líneas no se echa en falta mayor contenido. Aquí Fito hace una declaración de principios, sintetizándolos en tres estrofas y dándole fin al disco con la frase más reflexiva de la canción: “¿Quién dice que no hago revolución?”.
En Vivo no es un producto perfecto. El poco presupuesto que pudo reunir su campaña y el cumplimiento de las medidas sanitarias en República Records hicieron que el grupo se viera obligado a optar por un formato más pequeño del ideal, sin la posibilidad de contar con músicos invitados. Arreglos y producción corrieron por parte de la banda, y esto no deja de hacerse notar cuando, por momentos, los fraseos de guitarra se tropiezan con la voz queriendo competir en protagonismo.
Tanto la agrupación como su director están descubriéndose aún, puliendo la estética de su obra para que el mensaje se adentre lo más posible en el consumidor. Sin embargo, a pesar de la falta de experiencia y las escasas opciones que permitió la pandemia, Fito del Rio y La Granja lo equilibran con grabaciones muy limpias, un imaginario propio con letras que tienden a evitar el verso fácil y, sobre todo, melodías con muchísimo encanto que se acomodan en el pecho y te impulsan luego a corear en los conciertos, haciéndote sentir que transitas por los pasillos interiores de una isla.
🙌🏻👌🏻grande Fito, e inmenso tu.
👌👌👌