
El Tipo Este, la revancha
Estamos hablando sobre este disco que estuvo cinco años en el horno de su cabeza, demasiado hecho. Él está en Washington y yo en La Habana. Yo oyendo: Sentimiento, sabrosura./ El abuso del ritmo, dictadura./ Al Quetz, Tipo Este, no hay mesura./ Palpa el verbo, el sonido: una locura. Ese flow, esa creatividad que hace que El Tipo no se haya repetido en 23 años de rap. Y unos tambores, una flauta, una cosa. La portada es una mujer con rifle. Título, La revancha de la manana.
La idea de Al Quetz, productor canadiense, era unir a Alexey, El Tipo Este, con Danay Suárez y Miki Flow. Con Miki, que sobresale por esa voz limpia y flow preciso en Explosión Suprema; con Danay, melodiosa, tan rapera. Hubiera sido un disco maravilla pero no fue, así que cuando Al Quetz pisó Cuba en 2013, empezó La revancha de la manana solo con Alexey… En 2013.
“La idea fue hacer temas espontáneos. Él hizo 40 beats y yo elegí estos”, dice. “Pero yo soy el colmo de la lentitud para sacar algo. Pude haber tenido una producción discográfica más amplia de no ser por esa manía de perfección”. Es meticuloso. Una vez, me contaron, interrumpió la grabación de un tema porque le molestaba una palabra en un verso. Paró todo. En pleno estudio. Los músicos le dejaron espacio. Dos semanas después, cuando encontró la palabra exacta, Alexey grabó.
“Me da lo mismo el tiempo”, le digo y pienso que tiene razón porque ha abandonado, que yo conozca, tres discos en solitario ya avanzados, después de años gestándolos; porque este es el primero que termina como solista y porque Obsesión, grupo del que forma parte, no saca un álbum desde El disco negro, en 2011.
“Me da lo mismo el tiempo”, le digo porque en realidad disfruto cómo se atreve con coros tipo soul, coros tipo afro; cómo maneja ese flow rastafari y consigue inflexiones, matices nativos. “Estoy enamorado de este disco porque soy yo: comprometido, cómico, enamorado, cubano”. Hay amor (Tú verá), partidera (Regla Sound System), spoken word (Tierra, semillas, frutas), compromiso político (Ya no me pertenezco), y todo el tiempo la rima precisa (A partir de ahora va a ser así siempre,/ de enero a diciembre/ tendrá que escucharme), esas súper crónicas distintivas de Obsesión.
El problema es que seis años es suficiente tiempo para que olviden a uno. Aunque todavía hay gente que sabe valorar/ lo elemental.