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Reseñas Foto: Página Oficial del Septeto Santiaguero Foto: Página Oficial del Septeto Santiaguero

El nuevo son añejo de El Septeto Santiaguero

El pasado 23 de julio El Septeto Santiaguero descorchó en el Hotel Meliá Santiago su décima producción fonográfica A mí qué: Tributo a los clásicos cubanos, grabada mano a mano con el intérprete dominicano José Alberto El Canario. El olor de estos sones remite a los secretos que Facundo Bacardí develara en Santiago de Cuba, esos rones atrapados entre viejos barriles de roble, ese trago que ensancha el alma. Son y ron se dicen en una sílaba, pero ambos son esencia de esta isla, ambos estremecen de golpe y llevan al goce. Santiago de Cuba capitaliza esos nutrientes.

Existe tanto calibre musical en esta urbe que si se hiciera un top ten de los grupos soneros de Santiago de Cuba, El Septeto Santiaguero no la tendría fácil. El son guarda en la tierra de Miguel Matamoros defensores apegados a una tradición, a eso que se suele llamar cultura. Aquí casi cualquiera tiene un tres fundacional.

Sin embargo, es difícil dudar de la certeza con que El Septeto Santiaguero ha conjugado tradición, modernidad, calidad y estrategia de mercado. De eso se desprende que sus discos son piezas únicas, joyas en cualquier fonoteca que trate de tener lo mejor hecho en Cuba.

En el álbum A mi qué: tributo a los clásicos cubanos, El Septeto repite la fórmula. Al fin y al cabo, de eso se trata, aunque esta vez le pone algo más al añejo: en el fonograma de 12 temas y un bonus track, invita por primera vez a grandes cantantes como Gilberto Santa Rosa y Pancho Céspedes. Además de El Canario, con quien ya grabaron No quiero llanto. Tributo a Los compadres, en 2015. En la nueva entrega hay una larga lista de ilustres invitados, porque como dijo el propio director de El Septeto… Fernando Dewar: “El futuro de la música está en las colaboraciones”. Entre otros, aparecen el cantante de Osaín del Monte, Rubén Bulnes; Alexander Abreu; el rumbero Ángel “El Puro” Valerino y el trovador Ángel Almenares, ambos santiagueros; el cuatrista puertorriqueño Edwin Colón Zayas; Orlando Valle “Maraca”; el acordeonista dominicano El Prodigio e Iván Antonio “El sonero de Cuba”.

https://www.youtube.com/watch?v=lKSDo4hcT_A

Hace unos años Dewar me dijo que no trabajaba para obtener premios Grammy. Sin embargo, considero lo difícil que puede ser para el Septeto dejar de pintar piezas similares a otras exitosas del pasado. Ahí podría estar la trampa: que se repitan hasta el infinito, aun cuando confiesan que el plan es solo completar su trilogía de canciones emblemáticas junto al Canario.

Pero cuidado, esta gente se sabe el camino. En A mi qué, tributo a los clásicos cubanos hay piezas muy conocidas como Me tenían amarrao compé/Bilongo, de Ñico Saquito,  aquí con excelente versión. Hablando de reapropiaciones, los del staff abrazaron nada más y nada menos que al gurú Ángel Almenares, y junto a él encontraron una añeja canción  que renombraron  Resulta un enigma.

Para defender esa pieza convocaron a otro que sabe hacer bien, vender y seducir. Don Pancho Céspedes, el baladista filinero, hace de juglar y sale airoso en este tema que confieso, tuve que escuchar más de una vez hasta entenderlo. El ejercicio vale la pena, Es un enigma -verdadero título de la canción de Alberto Castillo- es  el tema del álbum que aconsejo a todos y coloco una y otra vez.

Hay que resaltar otras versiones preciosas, como la de Convergencia, esa pieza que supieran defender tan alto Miguelito Cuní y Pablo Milanés, esta vez con Gilberto Santa Rosa y el Canario; Me tenían amarrao compé (a la que yo le pondría todo el empeño promocional), o La guarapachanga, apuesta fundamental en este minuto de El Septeto Santiaguero y José Alberto El Canario.

Se trata de un disco sin relleno. No se cuenta una pieza desplazable, ya por la selección y los arreglos, que por cierto suenan bailables y actuales, ya por la grabación y mezcla, a cargo Ismael Torres, Iván Salas y Edgar Leyva, o por la producción del ex Son 14 Geovanis Alcántara.

A mí qué: tributo a los clásicos cubanos, publicada bajo Los Canarios Music y la Egrem es una propuesta con sabor a buen ron. Si uno posa bien los sentidos puede hasta sentir el olor de la madera, el modo en que el trago baja al alma. Hay en este repaso por la música cubana la esencia misma de la isla: Pedro Speck, Celina González o Tiburón Morales… sentirán la justeza de este tributo, que para suerte nuestra le han hecho El Septeto Santiaguero y José Alberto El Canario.

Rogelio Ramos Domínguez Escribidor de versos y canciones. Periodista a tiempo completo y sobre todo padre de Claudia Ramos. Más publicaciones

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