
El Micha: “No son malos los hijos que se van y vuelven; y yo estoy de vuelta”
Diciembre de 2018: El Micha hace doce conciertos en diez días por las regiones oriental y central de Cuba. Cuando llega a los lugares de las presentaciones, antes de que comience el show, los sitios están vacíos, habitados solamente por quienes trabajan allí. Dos horas después, aunque ya no cabe nadie más, las personas se quedan esperando fuera de los espacios con la esperanza de no perderse su regreso. Muchos están allí para ver a su ídolo, otros por pura curiosidad, pero lo cierto es que todos están allí.
Enero de 2019: centros nocturnos de la capital, específicamente Don Cangrejo y Mío y Tuyo. La gente espera entusiasmada lo que está por venir. La expectativa es la misma; muchos quieren escuchar a quien los hizo bailar hace algunos años, otros, solo quieren ver qué ha cambiado para que se haya convertido en un artista de talla internacional.
Luego de dos años sin pisar un escenario de su tierra, Michael Sierra Miranda regresa a la Isla para recorrerla de punta a punta. Con aproximadamente quince conciertos en menos de dos semanas, El Micha le recuerda al público consumidor de la música urbana por qué es uno de los exponentes más reconocidos del género dentro y fuera de Cuba. Bajo el grito de “fiesta, que llegó papá” comienza cada concierto. Para algunos, es un reguetonero más en escena; para otros, es un maestro en el arte de improvisar; para mí, es un artista de pueblo que tiene mucho que decir y con el que tuve el placer de conversar.
―¿Quién es El Micha?
―El Micha se llama Michael Sierra Miranda. Nací en Buena Vista y me crié en el Reparto Eléctrico. Antes jugaba baloncesto y ahora mismo soy un artista que gracias al pueblo cubano se ha vuelto internacional.
―¿Cómo llegas a la música?
―Yo llegué a la música yendo a una discoteca que había en Mantilla que se llamaba Menocal, que es una de las primeras por donde entró el reguetón. Ahí fue donde empecé a hacer la música urbana; tú sabes, me subía siempre a descargar y sobre todo a improvisar. También iba con frecuencia a las peñas de rap de Alamar. Lo mío siempre fue improvisar, nunca tuve canciones ni nada.
«El género urbano viene de barrio y mucha gente quiere hacerlo sin tener conocimiento verdadero de, como dice Gente de Zona, “lo que es vivir en un barrio humilde”.»
―¿Cuándo decidiste que la música sería tu forma de vida?
―Todo fue por Pipey. Él fue quien me embulló a hacer mis cosas solo. A partir de ahí fue que yo decidí hacer música porque vi que se me daba fácil y, además, porque me di cuenta de que tenía beneficios. La gente bailaba, las mujeres se tiraban fotos, todo el mundo quería tener algo que ver contigo… tú sabes.
―¿Qué tiene de diferente tu propuesta musical?
―Pienso que lo diferente en primer lugar es que viene de barrio realmente. El género urbano viene de barrio y mucha gente quiere hacerlo sin tener conocimiento verdadero de, como dice Gente de Zona, “lo que es vivir en un barrio humilde”. Para esto hay que ser de la calle de verdad, no basta con imitarlo. Lo que sucede con mi música es que yo le pongo un poco de la picardía esa de la calle, le pongo un poco de sabor cubano. Cuando uno se pone a estudiar bien lo que yo hago, te das cuenta de que tiene el sabor ese de la gozadera del cubano, tiene rítmicas nuestras con las que la gente se identifica. Por eso es que lo pueden bailar y disfrutar.
―¿Crees que tu música tiene un sello, una identidad?
―Sí, claro. El primer sello es la voz, y en segundo lugar está la música. La música siempre va a ser diferente por las influencias que tengo y porque quiero que sea diferente.
―Cuando escuchamos tu música podemos advertir que hay influencias muy marcadas de dos estilos musicales principalmente: el reguetón y el rap. ¿En cuál de los dos estilos se siente más cómodo El Micha? ¿Eres más rapero o más reguetonero?
―Yo soy rapero. El reguetón se ha vuelto mi modo de vida porque innegablemente te trae más ingresos. Siempre ha habido más público, las mujeres lo gozan, la gente lo entiende, les es más cercano, al menos aquí en Cuba. A mí me hace sentir muy bien ver a la gente bailando. Con el hip hop aquí en el país no sucede lo mismo, pero aun así me siento más cómodo en el rap.
―Se impone una pregunta, entonces: ¿Cuáles son tus referentes sonoros? ¿Quiénes son tus patrones a seguir tanto nacional como internacionalmente?
―Desde chamaco siempre escuché mucha rumba, me metía en los plantes, en los toques, siempre andaba metido en todo. También escuchaba mucho hip hop: Tupac, Notorious (Big), Lauryn Hill, WuTang Clan. Igual, me gustaba cantidad la música caribeña, jamaicana, la influencia esa del reggae, Bob Marley. Todo lo que suene a música africana también me gusta.
―Precisamente, a causa de esa influencia del hip hop que tienes, quien compare tu trabajo con la propuesta de otros exponentes de la música urbana, específicamente del reguetón cubano, puede llegar a considerar que tu propuesta no es de lo más genuino dentro del reguetón cubano. Si a esto le sumas el hecho de que realmente en tu obra no abundan elementos propios de la música popular bailable de la Isla como las bombas, los ponches, etc…entonces, te pregunto: ¿Intencionas en tus producciones esta ausencia de vasos comunicantes con la música popular bailable cubana? ¿Por qué?
―Desde el principio de mi carrera yo quise tener mucho que ver con el patrón del reguetón a nivel internacional. Pienso que cuando tú le pones cuerda de metales o una bomba, te encasillas más en lo que está sonando en Cuba. Yo siempre tuve la visión de trascender fronteras, y gracias a Dios eso es lo que está pasando conmigo, es lo que estoy viviendo. Fue un sueño que tuve y que hoy estoy cumpliendo. Yo nunca quise ponerle ninguno de esos elementos, no me gustan. Una vez lo intenté y no me sentía cómodo, esa música no era yo. Mi deseo siempre fue hacerlo de la manera que lo hago hoy, sin metales, sin bomba, simplemente mi música tal cual la siento.

El Micha durante la gira por Cuba que realizó durante a finales de 2018 y comienzos de 2019. Foto: Cortesía del artista.
―¿Sin embargo te consideras un exponente del reguetón cubano?
―Claro, yo soy cubano y me siento bien cubano. Mis raíces son bien de la calle, bien de barrio y eso es lo que se ve, lo que me identifica.
―Hoy tienes una carrera destacada a nivel internacional. Te presentas en escenarios de todo el mundo, tu música se escucha en distintos países, cantas con figuras de talla mundial… ¿Cuánto de ese éxito se debe a tu anterior carrera en Cuba y al público cubano?
―Todo se lo debo al pueblo cubano. Yo le doy muchas gracias desde mis comienzos al público de Mantilla, Párraga, Fraternidad. Ellos fueron los que me dieron la fuerza para salir adelante. A pesar de mil tropezones que he tenido, mil no, uno que valió por mil…, pienso que eso me dio más fuerzas, me dio esta visión para ver el camino correcto. Me permitió saber que yo estaba muy fuerte en el corazón del pueblo. Si lo que me sucedió a mí le sucede a otra persona, sé que le iba a ser muy difícil volver a crecerse. Pero yo soy humilde, siempre he sido el mismo con la gente y por eso es que la gente siempre ha estado ahí para mí. En el peor momento de mi vida me respondieron y se los agradezco mucho.
―Entonces… si le debes tanto al pueblo cubano ¿por qué pasarte dos años sin presentarte en Cuba?
―Fácil… Tuve que irme para los Estados Unidos para [obtener] la residencia, para lograr eso tienes que estar allá un año y medio más o menos. Luego empezaron a venir propuestas internacionales. He cantado con Gilberto Santa Rosa y con Cosculluela en el Coliseo de Puerto Rico, en giras por Europa. He colaborado con Farruko, con Bryant Myers, con todos los exponentes de primer nivel de la música urbana internacional. Eso me ha obligado a alejarme un poco del país, pero ya regresé y he hecho un esfuerzo muy grande. Le hemos dado la vuelta a Cuba ofreciendo conciertos durante 10 días seguidos. Parece fácil pero es difícil.
«Yo soy rapero. El reguetón se ha vuelto mi modo de vida porque innegablemente te trae más ingresos. Siempre ha habido más público, las mujeres lo gozan, la gente lo entiende, les es más cercano, al menos aquí en Cuba. A mí me hace sentir muy bien ver a la gente bailando.»
―Gracias a la experiencia que has adquirido a partir del contacto con todos estos artistas de la música urbana a nivel internacional ¿cómo valoras entonces la salud del movimiento urbano en Cuba?
―Actualmente la música urbana en el país no goza de la mejor salud. En primer lugar, porque todos los exponentes de primer nivel en Cuba están ausentes o se ausentan con mucha frecuencia. Es ahí que la gente aprovecha y sale uno que otro exponente haciéndolo a su manera, sin seguir ningún patrón, sin respetar. Eso lo que provoca es que las personas que saben ―el Instituto [Cubano] de la Música, los músicos con una carrera fuerte que conocen realmente de música popular― están valorando a todo un género a partir de Fulano que hizo esto o Mengano que hizo lo otro. Eso no hace bien. Para crecer hay que crecerse y para salir hay que salir. Pienso que es el momento del género para expandirse; nos tocó a un grupo salir y crecernos a nivel internacional. Eso es lo que está pasando. Pero lamentablemente aquí en Cuba no está gozando de buena salud y tenemos que encargarnos nosotros mismos de dar a respetar el género con buenas canciones, con letras con sentido…

El Micha durante la gira por Cuba que realizó durante a finales de 2018 y comienzos de 2019. Foto: Cortesía del artista.
―¿Crees que el reguetón le aporta algún valor a la música cubana, crees que puede trascender hasta llegar a formar parte del espectro sonoro cubano?
―Pienso que todavía no se lo ha ganado, no nos lo hemos ganado, aunque muchos de los exponentes dicen que sí. Nosotros mismos nos hemos encargado de ensuciar el género. Cuba tiene muchos ritmos propios, mucha música, mucha historia que no merece ser embarrada con todo esto que se está haciendo. Primeramente, hay que respetar el patrón de la música cubana para que mañana nosotros podamos formar parte de esa historia musical tan grande que tiene esta Isla. Pero, aunque eso se está tratando,es muy difícil que lleguemos a posicionarnos en un lugar importante dentro de la música cubana porque el reguetón no es nuestro, no nació aquí. El reguetón es de Puerto Rico, de Panamá, nosotros simplemente lo hemos adoptado y hecho a la manera nuestra, tratando siempre de llevarlo a otros niveles.
Desgraciadamente, o gracias a Dios, muchos colegas no lo están haciendo bien, no tienen un bolígrafo respetuoso, están haciendo las cosas a lo loco. Al final, cada cual lo hace a su manera. Yo por mi parte siempre lo voy a hacer con respeto. En mis canciones nunca verán una mala palabra, una grosería. Ahora, yo prefiero que Cuba siga siendo respetada por la musicalidad que siempre ha tenido, por todos sus géneros, sus grandes intérpretes; y no manchar la historia de la música cubana con la bobería que está pasando ahora con la música urbana, que no creo que esté bien.
―¿Cómo se siente El Micha al regresar a casa y tocar para el público cubano?
―Me siento súper. Esta es mi casa. No son malos los hijos que se van y vuelven; y yo estoy de vuelta. Voy a hacerlo bien hecho y voy a buscar la manera de llevar el género de Cuba a otro nivel, siempre con respeto, con tenacidad y con inteligencia. Nunca me ha gustado tener nada que ver con el pelotón. Déjalos que sigan cada cual en lo suyo, haciendo lo que están haciendo que yo lo voy a hacer lindo, con orgullo y lo voy a demostrar. Todo es cuestión de tiempo. La música cubana es súper rica y yo la admiro mucho. Lo único que quisiera es que algún día, si se puede y yo logro llevar el género a otro nivel, ese día me gustaría que, por lo menos, se mencione mi nombre.