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Reseñas El Comité. Foto: Dossier de prensa del álbum "Y Qué?! So What". El Comité. Foto: Dossier de prensa del álbum "Y Qué?! So What".

El Comité: The boys jazz wanna have funk

Cada cierto tiempo, la narrativa de la música popular cubana es sacudida por la   emergencia de un inédito colectivo que arranca expresiones de asombro por su caprichosa conformación o por la excelsa calidad de los músicos en su roster. Me vienen a la mente, sin pretensiones de una minuciosa cronología, los ejemplos del Conjunto Matamoros con Benny Moré, Los Amigos, la Orquesta Cubana de Música Moderna, Irakere, NG La banda, Opus 13, Afrocuba, Buena Vista Social Club.

Así, aunque las raíces de su gestación se remontan a dos años atrás y, para variar, no precisamente dentro de nuestras fronteras, este 2019 nos sorprende con la emergencia de El Comité, un septeto conformado nada más y nada menos que por Harold López-Nussa y Rolando Luna en piano y teclados, Rodney Barreto (batería), Yaroldy Abreu (percusión), Gastón Joya (bajo eléctrico, contrabajo), Carlos Sarduy (trompeta), e Irving Acao (saxo tenor). Un verdadero quién es quién del jazz cubano contemporáneo. Basta mirar su historial como músicos de sesión, sus trabajos como artistas en solitario (por solo citar un ejemplo, Harold es parte del catálogo del sello Mack Avenue Records de Quincy Jones), el linaje de las agrupaciones de las que han formado parte o sencillamente su demostrado virtuosismo, que irrumpe con este primer disco titulado de manera nada inocente: Y Qué!? So what, toda una declaración de principios. Es inevitable preguntarse: ¿Estaremos en presencia de un supergrupo?

El álbum propone nueve tracks firmados por cinco de sus siete integrantes y reboza de funk, timba, bolero, son montuno, como muestrario de las amplias posibilidades de hibridación y mestizaje genéricas que brinda el jazz afrocubano contemporáneo en manos de unos músicos ampliamente solventes. Así, abre con los compases de Gran Vía, funk compuesto por Harold López-Nussa a modo de introducción del ensemble y que al borde de los seis minutos de duración concluye en un fade-out que le resta cierto impacto a la presentación. Continúa con E’ cha, también firmado por Harold, un tema elegante y cadencioso que se mece sobre un sugerido cha-cha-chá, se adentra en un ligero montuno y retoma el motivo original.

La Gitana, de Gastón Joya, es una interesante composición cuya estructura fue creada con el contrabajo como protagonista en interludios de solos y como libre soporte de la instrumentación.

Irving Acao firma una arropadora balada en Nada más y Carlos Sarduy, cuyos pasajes a la trompeta desde la época de Interactivo ofrecen ambiente y sugerentes motivos, propone Carlitos’ swing, montuno-timba-jazz con coro adjunto pensado para las pistas de baile y que tendrá sitio seguro en los conciertos de presentación del álbum que ya tienen pactados a partir de abril de este propio 2019.

Yaroldy Abreu y Rodney Barreto, aunque no firman tema alguno en este debut, aportan una solidez rítmica destacable en todo este abanico de músicas —escuchen el afrobeat de Alamar 23, también de Carlos Sarduy— y dejan huella de su destreza en Transiciones, perla de latin jazz a la cuenta de Rolando Luna quién además, con su arreglo para Son a Emiliano, no sólo propone un homenaje a tan influyente pianista cubano, sino que permite lo que sin dudas es el momento álgido del álbum, para lucimiento colectivo e individual.

Cerrando el disco y a modo de bonus track, al torcer el icónico y trascendental So what de Miles Davis al terreno del jazz afrocubano, rumba incluida, El Comité denota al mismo tiempo irreverencia, frescura y fuerza creativa, además de funcionar como un gesto para saldar deudas, al reconocer sus influencias.. Sin dudas, estamos en presencia de un buen álbum debut, que aún no refleja toda la capacidad de esta nueva grata sorpresa para la música cubana.. Con la cohesión y la intercomunicación que ofrecen la convivencia, los ensayos y las giras, podemos esperar más de estos «leones» del jazz cubano.

Una morbosa interrogante me asalta y tiene que ver con que un somero repaso de la historia musical, dentro y allende nuestras fronteras, arroja sobrados ejemplos de grupos que pasaron de la creación colectiva de sus inicios a un liderazgo único. Si se impone la regla en lugar de la excepción, ¿quién preside este Comité?

Agapito Martínez Economista. Melómano impenitente. Gestor independiente de colecciones de carteles y manager de dos bandas de rock en Cuba. Más publicaciones

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