Magazine AM:PM
Publicidad
Desmontando la noche Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM:PM. Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM:PM.

Submarino Amarillo

Ponte los jeans negros y el pulóver —negro— de Red Hot Chili Peppers y sal a la noche ya; haz que la de hoy sea distinta a la de ayer and “all your troubles seem so faraway”. Sabes a qué lugar correspondes, a ese abrevadero de los dinosaurios al que va la gente como tú, la franja de los cuarentones anclados a veinte años atrás, cuando el rock era la banda sonora de la mocedad.

Si “all you need is love”, vete ya, para ese sótano con ínfulas de vientre de ballena bíblica, de batiscafo de Silvio, de útero materno encajado en plena esquina de 17 y 6. Nunca vas a adaptarte al reguetón de ahora porque la música es simplemente un señuelo de la memoria; vete a donde las guitarras lloran dulcemente para que el eterno retorno del pasado lo devuelva hermoso, aunque no lo fuera.

You can’t always get what you want”, pero ahora si puedes irte al antiguo Club Atelier, rebautizado desde 2011 como Submarino Amarillo. Poco importa si fuiste del bando de Los Beatles o el de los Rolling Stones porque la nostalgia lo equipara todo y anula las tontas rencillas.

Sal, Juliette te espera; y aunque a esa morena de pelo encrespado le vaya más el rojo que el negro y razones de proporción corporal la predispongan mejor a menear el culo con Cimafunk antes que rotar la cabeza con AC/DC, ella no va a protestar porque mañana, cuando te empuje a bailar en el Brecht, sabe que vas a cumplirle, que eres un tipo a la antigua, de los que respetan los pactos. Hoy es tu noche, pero corre al Submarino Amarillo, que seguro habrá cola, toca Sweet Lizzy Project por primera vez en La Habana desde que salió de gira por los Estados Unidos hará cosa de un año…

Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM;PM.

Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM;PM.Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM;PM.

Si estas solo y con 5 CUC en el bolsillo, dos para la entrada y el resto para un par de cervezas nacionales o importadas a 1.25. O si estas acompañado y son 10 los CUC en tu bolsillo. (Con 5 más, si los tienes por casualidad, te puedes dar el lujo de un entremés surtido a base de panecitos untados con atún, lasquitas de jamón y queso y algunas aceitunas)… Si te gusta el rocanrol y el pop rock y además Bonnie M y KC and the Sunshine Band (el dance de los 70 y los 80) y, obvio, tienes más de cuarenta años como ya se ha dicho… pero también si eres un veinteañero que no sintoniza bien con Bad Bunny y Chocolate, quien sabe si por marcar una rebelde distancia de tus coetáneos o porque extrañamente te identificas con la música de papa y mama, y esos padres tuyos pueden darte esos 5 CUC, los 10 o los 15…

Entonces, el Submarino Amarillo es tu lugar en el mundo. Bienvenido a la tierra de los covers. El rock ha muerto, tal vez. Pero como ha dejado una estela de cincuenta años de la mejor música, hay repertorio para cubrir las noches de lunes a sábado sobre el escenario con bandas de gente añosa, de pelos largos y grises: Los Kent, Gens, Eddie Escobar, Dimensión Vertical, y también, increíblemente, con grupos conformados por mas jóvenes: Tracks, Aire Libre, Miel con Limón, Bonus, Habalama, Backspace, Cocktail, Coverland…

Si tienes pulóveres negros que digan Queen, Sepultura, Nirvana o Metallica; si no eres un metalero de los rígidos y no le haces asco a que después de Starway to heaven se interprete una cancioncita de Maroon 5; si andas buscando un Centro Cultural de Artex que funcione como Dios manda, donde el servicio sea mejor de lo esperable, con los baños limpios y donde el local mantenga en buen estado la decoración autentica con su culto a Los Beatles y a la película que da nombre al lugar.

Si estás buscando en las noches de La Habana un espacio ruidoso y a la vez tranquilo y donde por unas horas se cumpla la utopía de que somos pasablemente iguales, unidos por la música, la monotonía de las vestimentas y el precio asequible de las cervezas, El Submarino Amarillo nunca te falla. O casi nunca…

Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM;PM.

Submarino Amarillo. Ilustración: Mayo Bous / Magazine AM;PM.

Son pasadas las diez y todavía hay una fila con cerca de 50 personas aferradas a la roja baranda de hierro, a las que habrán de adicionarse las que esperan su turno sentadas en los bancos del parque alrededor del John Lennon de bronce. “We all live in a Yellow Submarine”, canturreo, pero realmente me asalta la duda de que podamos entrar todos. Llega un grito desde el pie de la escalera, Daysi y Dayron están ahí todavía; ellos estuvieron marcando desde las siete y justo les toca ahora entrar, nos cuelan. Un rapto de buena suerte y, detrás, la mala nueva. En la taquilla nos indican que doblaron el precio de la entrada. Me hacen sentir un “fool on the hill”, ¿por qué no lo advirtieron en la página oficial de Facebook? Nadie en la cola sabia, no se enteraron siquiera mis amigos que son habituales. Adiós entremés o tres birras menos; me molesto pero pago, no tanto por SLP sino porque ya llegue hasta aquí.

Nos dijeron que querían evitar el exceso de público; sin embargo, el interior está saturado. Hay mucha gente ahí a las que debieron pasar de contrabando, saltándose la fila; y los tembas cubrieron todas las mesas y los jóvenes repletan las bancas junto a la barra, recubren el corredor hacia los baños y rellenan el espacio vacío al final.

“Luchamos” literalmente un hueco en el sofá del fondo; aunque desde ahí no vemos los videoclips que ruedan en la pantalla y mucho menos podremos percibir a la pequeña Lisset Diaz cuando entre a cantar. Sera una noche para escuchar a ciegas y de abrirse a codazos una rendija cuando se quiera soltar unos pasillos. Pero la Heineken obra milagros y también la buena onda de Dayron y Daysi, que lucen tal para cual, de pareja dispareja perfecta, donde él es treintañero y santiaguero insólito que disfruta a Scorpions en vez de a Cándido Fabre; y ella, una pelirroja sobre las cuatro décadas con porte de nacida y criada en el Vedado. Se animan ellos a menear los dragones Juego de Tronos de sus negras playeras y bailan rock cual si fuera danzón, en el espacio de un ladrillito; y me pregunto cómo lo logran, si es acaso porque son flacos a lo Mick Jagger y cumplen con el estereotipo del rockero como casta anómala cuya barriga no engrosa en proporcion consecuente al paso de los años.

Y en eso oigo una voz gangosa y ronquísima, y reconozco sin verle la cara al que mostro los rostros del rock a mi generación desde su columna “Entre cuerdas” en la revista El Caimán Barbudo y el programa televisivo A Capella. Raramente el fundador de este Submarino Amarillo, Guille Vilar o simplemente El Guille, ejerce aquí de presentador; pero de inmediato se entiende la reverencia, no más habla de la presencia del grupo Sweet Lizzy Project como “retorno del hijo prodigo” y colma de elogios a su joven cantante. Entre el precio duplicado de la entrada y el doble de público reunido en la sala, y ahora con las palabras del Guille, les han puesto el listón altísimo a los que, para colmo, portan el sambenito de estar llegando de un “exitoso tour” por la mata del rock, la mismísima yuma.

Antes de la partida, Lisset y su pandilla acompañante se ganaron su famita, sobre todo, con un hit solitario, Turn up the radio, versión en ingles de un tema compuesto por Descémer Bueno para el figurón de Enrique Iglesias; y se convirtieron en el estandarte del proyecto Bandera Studio y de un punado de nuevas bandas con pretensiones de subsistir y destacarse en una escena rockera nacional reconfigurada desde el cierre del Maxim Rock y la perdida de hegemonía de la Agencia Cubana de Rock y sus metaleros al mando.

Ilustración: Mayo Bous / Magazine AMPM.

Ilustración: Mayo Bous / Magazine AMPM.

En la era de un rock más rentable, el que gusta a los que pueden pagarse las noches del Submarino y la Casa de la Amistad, el atractivo principal de SLP es hacer pasar por renovados los covers de los clásicos de siempre y las versiones de tonadas de moda, merced a las cualidades singulares de su cantante. No es momento de hacerse el exquisito, que the show must go on, porque los mediotiempo y los adolescentes, todos los que hoy nos aprestamos a vivir esta noche del Submarino Amarillo, hemos venido a dejar en el ayer todos nuestros problemas. La pequeña Lisset no tiene la voz grande, pero si amable y maleable. Transmite la sensación de brindar refugio cuando acomete el Gimme Shelter, de manera acaso más templada que el torrente de “las Piedras Rodantes”. Dúctil, se mueve hacia los Diamonds de Rihanna y, en prueba de flexibilidad, va de la psicodelia del Whole Lotta Love (Led Zeppelin) a la acogedora emotividad de Amy Winehouse. Acomete los lugares comunes más melódicos del alternativo: Losing my religion (R.E.M), Zombie (The Cramberries) y All apologies (Nirvana) entremezclados con unos Deep Purple y AC/DC de estridencias atenuadas. Salta sin recato a la onda light de Coldplay y Chainsmokers, lanza un popurrí donde se funden Bonnie M, The Beatles, Bruno Mars, Billie Eilish, Imagine Dragons, presente y pasado… En la mesa de al lado hay una mujer de cincuenta y tantos con su hijo de veinte y pocos. ¿Quién trajo a quién? ¿Sera el cumpleaños de él o el de ella? Este acercamiento intergeneracional es inaudito, solo lo he visto aquí en el Submarino. Repica We will rock you y yo mismo, aburrido de trashear en el asiento y de brincar en una baldosa, acabo de colarme a empujones entre la muchachada. Empieza a sonar el Chan Chan y me cuesta creerlo pero, qué carajo, es rico de bailar y un símbolo de la cubanía y Dios sabe lo que SLP tenga que tocar en esos clubes americanos. Ha durado unas dos horas el concierto y predeciblemente va a cerrar con la traslación de Súbeme la radio; y ya la lata de cerveza se secó y el dinero se acabó y nos despedimos de la perfecta pareja dispareja de Daysi y Dayron, y nos vamos antes que chirrín chirrán y la marea negra salga a borbotones por la única puerta porque las innumerables escotillas son de imitación.

Nombre: Submarino Amarillo.
Dirección: Calle 17 entre 4 y 6, Vedado.
Horario: Tardes de martes a viernes, 2:00 p.m. a 7:30 p.m. (Música grabada). 1:00 a.m. Lunes a sábado de 10 p.m. a 2.00 a.m (Conciertos en vivo). Matinée los domingos de 2:00 p.m. a 10 p.m.
Precio de entrada: 2.00 CUC (Tardes Entrada Libre).
Precio de la cerveza: 1.25 CUC.
Capacidad: 120 personas.
Modos de uso de la música y géneros: Rock, Pop-Rock, Rock & Roll.
Modelo de propiedad: Estatal (Centro Cultural de ARTEX).
Rafael Grillo Melómano irredento. La mayor parte del tiempo discurro entre El Caimán Barbudo, donde soy su editor del siglo XXI, divulgar literatura cubana en mi web Isliada y convencer a los estudiantes de que hagan una cosa nombrada periodismo narrativo. Soy fan de Queen, Drácula y Sherlock Holmes y a veces publico libros con títulos como Isla en negro y Revolicuento.com Más publicaciones

Deja un comentario

Aún no hay comentarios. ¡haz uno!

También te sugerimos