
Equipos de comunicación, ¿aliados necesarios para los músicos?
Desde la creación de la imprenta de Gutenberg —y con ella la posibilidad de que una partitura dejara de ser una obra única, para convertirse en algo reproducible—, se fue armando un tejido de apoyo y amplificación de la música.
Esta red creció y creció (conformada por editores musicales o publishers, emisoras de radio, compañías de discos y managers, productores musicales, distribuidores y tiendas de música, escuelas, entidades de gestión de derechos de autor, agentes de booking, locales, festivales y eventos en los que la música juega un rol principal, periodistas y críticos, revistas especializadas y, más recientemente, canales de distribución digital, plataformas de streaming o escucha online y un largo etcétera) hasta conformar lo que hoy entendemos como industria musical.
Hay músicos que no experimentan nunca grandes distancias —o las acortan a conciencia— entre su trabajo y sus públicos: los que tocan en los bares y restaurantes, los que puedes encontrar en las grandes ciudades a la salida del metro o en los propios vagones, animando el paso de los transeúntes con interpretaciones mejor o peor logradas y contando generalmente con un mínimo de herramientas básicas para hacer la música.
También hay muchos músicos que disfrutan enormemente haciendo su trabajo de manera colectiva, sin decidir por sí mismos qué tocan, sino siguiendo una partitura y un programa creado por otros, bajo la dirección de un director de orquesta, a veces con un salario fijo. De estos, algunos completan sus ingresos impartiendo clases o haciendo otras labores.
Pero si tu idea es intentar una exitosa carrera como solista o liderar un grupo musical que conquiste multitudes tienes un montón de retos con los que lidiar, pero también herramientas con las que puedes contar en ese empeño. Dicho de otro modo: desafortunadamente, lo más probable es que no baste con que seas tremend@ músico para que tu obra se abra camino y encuentre su audiencia natural.
Si todo ese público potencial que crees tener no sabe que existes, si no tiene cómo escucharte, si nunca oyó hablar de tu música, ¿cómo se supone que te encuentre? Ni siquiera Internet con su alcance casi universal y las enormes posibilidades de difusión que viabiliza, garantiza que llegues con seguridad a todos tus potenciales oyentes. Por el contrario, en la era de la disponibilidad ilimitada, el gran reto es conseguir hacerte con una parte del público posible, que te elija y te prefiera entre tanta y tan diversa oferta musical.
Y es aquí donde puede ser de gran utilidad una figura de la industria o del ecosistema musical que —aunque surgida en el siglo XX— ha adquirido un enorme potencial en los últimos 20 años: el agente o las agencias de comunicación (o de relaciones públicas o de marketing digital, según el grado de especialización, el tipo de servicios que prestan y el nombre que, en fin, decidan utilizar).
Estas personas u organizaciones —que pueden ser minúsculas o enormes— se dedican a potenciar la carrera de los artistas mediante la prestación de una serie de servicios asociados a la comunicación. El momento de tu carrera musical en que te encuentres con relación a las metas que te planteas, cuán feliz o frustrado estás con lo que has alcanzado, la observación de las carreras de tus colegas o ídolos y tu propia intuición, deben ser los puntos básicos para tomar una decisión acerca del mejor momento de pedir ayuda para llevar tu carrera a un escalón superior desde el punto de vista comunicacional. También dependerá, lógicamente, de que encuentres en tu entorno de trabajo profesionales entendidos y que estén a tu alcance los precios que cobren por sus servicios.
Existe toda una especialización en materia de comunicación y marketing de artistas; desde finales de los noventa del siglo XX han ido creciendo en número e importancia y hoy en día está francamente aceptado que esta actividad forma parte de las labores sine qua non del equipo que acompaña la carrera de un artista “de éxito”.
En Cuba comenzaron a surgir tímidamente; primero —como es habitual— como actividades que realizaba una persona en nombre de un artista, en coordinación con los departamentos de comunicación de las instituciones culturales y los medios de prensa. Pero en la medida en que los músicos han adquirido conciencia de que la diversidad de canales de comunicación (a los medios tradicionales de prensa se han añadido todos los que Internet facilita, más los alternativos como el Paquete Semanal y las redes locales) y la cantidad de emisores de mensajes musicales, solo hace crecer y complicarles la vida, ya en los últimos años han ido tomando forma algunos proyectos creativos que intentan realizar una labor más profesional, sistemática y sostenida en el contexto de los servicios de comunicación para artistas.
Con talento y esfuerzo totalmente cubano, que yo conozca, han aparecido (y en algunos casos desaparecido) ya varias.
El Megáfono, un pequeño colectivo que salió del extinto periódico cultural La Calle del Medio, fue una de las pioneras y se autodescribió como un equipo de comunicación para eventos musicales. Cumplió un rol bastante interesante en la promoción y difusión del programa musical La Banda Gigante más allá de la propia televisión, que era el entorno natural de este proyecto. Tras la final del evento se ha desarticulado algo, pero es probable que solamente esté hibernando para reactivarse en el momento adecuado.
D´Boutic Music (especializada en reguetón y música urbana) es el resultado de los desvelos de Michel D´Boutic, un joven con aptitudes naturales para la organización que, cuando se dio cuenta de que era mejor promotor que cantante, se puso las pilas para crear una infraestructura básica que sirviera a los talentos emergentes de la música urbana. D´Boutic lanzaba desde El Cerro hacia el malecón habanero a decenas de adolescentes —bocina en mano— a poner de moda los temas de sus “clientes”. Aprendió a usar las redes sociales y se identifica como un servicio de publicidad y marketing que abarca promoción en el Paquete Semanal, en radio, redes sociales y páginas webs.
No especialmente dedicado a los músicos, pero con capacidad para tenerlos como clientes como demuestra su trabajo con Rodrigo Sosa para el proyecto La Quenística, está JYD Solutions, una agencia de marketing digital especializada en campañas de publicidad y Optimatización en Motores de Búsqueda (SEO, por sus siglas en inglés), diseño de imagen, así como el desarrollo de plataformas digitales. Tienen un equipo de trabajo bastante grande integrado por diseñadores, programadores, periodistas y comunicadores.
En mayo de 2019 se lanzaba como proyecto MSK, una plataforma para la promoción de los músicos cubanos en los nuevos escenarios de Internet y las redes sociales. Según sus fundadores, gestionaría “un conjunto de herramientas para visibilizar la labor de los artistas cubanos”, lo que le permitiría “acercarlos a sus audiencias a través de los nuevos cánones de comunicación y marketing digital”. En principio, comenzaron a trabajar con un grupo de artistas como Manolito Simonet, Alejandro Falcón y Golpe Seko. Anunciaron sus tarifas básicas y un sitio web que no se ha activado hoy aún. El talentoso equipo de personas que conformó su núcleo nos hizo augurar un interesante futuro que esperamos ver concretarse muy pronto.
Con un trabajo sostenido en los últimos tres años y que solo parece mejorar, está el colectivo Bonus Track. Si bien tiene clientes de otras áreas de la cultura, se especializa en varios aspectos de la comunicación para músicos y eventos musicales. Su equipo de trabajo, conformado por productoras, periodistas, informáticas y comunicadoras sociales está casi totalmente constituido por mujeres súper creativas que son las responsables de la comunicación de artistas como Daymé Arocena y Yissy García y de campañas como la asociada al álbum Inside, para el músico cubano X Alfonso.
En sentido general, una persona o colectivo o agencia de comunicación o PR, como también se les conoce, puede ser excelente aliada para realizar muchísimas tareas que los artistas no siempre están dispuestos a realizar por sí mismos. En dependencia de tu presupuesto y de lo que efectivamente necesites en cada momento, pueden ayudarte a:
-perfilar o definir tu público potencial;
-crear o gestionar campañas para eventos puntuales (lanzamientos, conciertos u otros) o bien campañas sobre determinadas fases de tu carrera, lo que incluirá probablemente encargar y producir el diseño conceptual y gráfico de cada acción;
-diseñar tu visualidad, que puede ir desde la creación de un logo, hasta coordinar y producir sesiones de fotos;
-redactar notas de prensa, elaborar listados de medios, realizar mailings organizados, preparar conferencias de prensa, organizar entrevistas, crear un EPK, dosieres y kits de prensa;
-diseñar adecuadas estrategias de contenidos y eventualmente crearlos;
-construir, mejorar o reenfocar tu narrativa como artista, así como el mensaje hacia la audiencia;
-crear, optimizar o gestionar tus redes sociales, definiendo cuáles, creando grupos o proponiéndote participar en otros ya creados, inventando sorteos o concursos, definiendo las etiquetas a utilizar;
-crear, diseñar, programar y gestionar una página web de artista o proyecto;
-evaluar periódicamente el éxito de tus campañas y acciones offline y/o en las redes sociales y dar informes pormenorizados;
Nada sustituye el talento de un artista. Y, por supuesto, mientras mejor sea su propuesta musical y más claro y sincero su mensaje, más posibilidades tiene de llegar a su público y de que este crezca de manera natural. Sin embargo, en el mundo hiperconectado de hoy, con una disponibilidad casi infinita de contenidos, herramientas y ventanas de comunicación, la colaboración de profesionales competentes de la comunicación y las relaciones públicas es un plus que puede amplificar y acortar el camino hacia tus audiencias.
Preciso artículo Darsi, enhorabuena. Y gracias por destacar la importancia de los «agentes» dedicados a la comunicación y el marketing digital aplicado al sector musical.
Considero que cuando la industria musical cubana aproveche y obtenga el máximo rendimiento de las herramientas del marketing digital podrá situar la música cubana en un lugar acorde a su incalculable valor cultural, tanto en Cuba como más allá de sus fronteras.
Con los mejores deseos, saludos desde Madrid.