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Noticias El público esperó durante horas el comienzo del concierto de Charly & Johayron en el Estadio Antonio Curro Barrera del municipio Chaparra. Foto: Nornielles Geisy / Facebook. El público esperó durante horas el comienzo del concierto de Charly & Johayron en el Estadio Antonio Curro Barrera del municipio Chaparra. Foto: Nornielles Geisy / Facebook.

Charly & Johayron en Las Tunas y el callejón sin salida de la violencia 

La noche del pasado viernes 15 de septiembre se suponía que los tuneros tendrían la oportunidad de disfrutar de un concierto del popular dúo de reparto Charly & Johayron en el Estadio Antonio Curro Barrera del municipio Chaparra. Lo que podría haber sido un momento de escape y disfrute para un pueblo que tanto lo necesita, terminó convirtiéndose en una pesadilla de frustración y violencia.

 

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En una declaración publicada en sus redes sociales, los artistas hicieron un recuento de la noche, que arrancó de manera problemática al supuestamente desaparecer el promotor del evento. La presentación estaba prevista para las 10 de la noche y, según ellos, a esa hora estaba montado el equipamiento y todo listo para comenzar. Ante la fuga del promotor, sus mánagers les recomendaron esperar o incluso cancelar el concierto, pero ellos afirman que deseaban cantar sin importar qué, “pues las personas que asistieron no tenían culpa y no queríamos cometer errores”, declararon. “Cuando llegamos al evento habían tumbado el audio con botellas y piedras”, añadieron, “y en el primer video se ve cómo tratamos de dar la explicación pero nunca se nos dejó y alguien que formaba parte del evento (sic) dijo las palabras siguientes: que si no les convenía nuestra explicación, que se formara”. 

Pasadas las tres de la mañana, y ante la situación del audio descompuesto, era evidente que el concierto no se realizaría. Para entonces los ánimos estaban bastante agitados y el dúo dice que se les lanzó una botella, por lo que su equipo de seguridad organizó la evacuación de los artistas. Mientras Charly & Johayron y su equipo se retiraban del lugar, el bus en el que se trasladaban fue agredido por algunos de los asistentes, insatisfechos con la inexplicada cancelación del concierto. El bus sufrió graves daños: rompieron con pedradas varios de los cristales, y algunos de los músicos resultaron heridos, incluido Johayron, que recibió un golpe en el rostro. 

Desde las redes varias personas cuestionaron el relato, fundamentalmente la supuesta fuga del promotor, y señalaron que el origen del descontento fue la larga espera que vivió el público asistente, que vino desde municipios e incluso provincias aledañas para disfrutar de un concierto que, en el mejor de los casos, habría empezado cinco horas después de lo anunciado.

La secuencia de los hechos sigue siendo un poco confusa, pero algo está claro: había un concierto anunciado, las personas se reunieron y esperaron por muchas horas, para que finalmente no ocurriera. Algunas, molestas, reaccionaron agrediendo el vehículo en el que se movían los artistas y su equipo. En este punto solo podemos distinguir una larga cadena de errores e irresponsabilidades.

Charly & Johayron. Captural del videolip Afortunada. Foto: YouTube.

Charly & Johayron. Captural del videolip Afortunada. Foto: YouTube.

En primer lugar, del promotor que no cumplió su parte del acuerdo y no tenía todas las condiciones listas para la realización del concierto. Incluso si, como dicen algunas personas, estaba ahí presente, debió (antes, durante y después), hacer cumplir el acuerdo, además de aclarar la situación a las personas asistentes.

En segundo lugar, uno se pregunta por el el rol de las autoridades responsables del espacio donde sucedió el concierto. Un evento de esa escala inevitablemente tuvo que contar con la venia y participación de funcionarios de la administración local, que tampoco parecen haber jugado ningún papel en toda la noche.

En tercer lugar, está la responsabilidad de los propios artistas y su equipo, que no supieron manejar la situación ni comunicarla claramente a los asistentes. Si, como afirman, el promotor les estafó, debieron comunicarlo desde el comienzo, no esperar a que el asunto se tornara crítico; y si en efecto iban a tocar debieron honrar su contrato (con el público) desde mucho antes. Esto es parte de una mala práctica, naturalizada y extendida en el ámbito de los conciertos de música popular en Cuba, de no respetar los horarios de presentación (y en consecuencia, el tiempo de la gente). Hoy día se da por sentado que un concierto nunca va a empezar a tiempo, particularmente si están programados para la noche (sin ir más lejos, esa fue la moneda corriente de buena parte de las jornadas del recién concluido Varadero Josone Festival – Rumba, Jazz & Son).

En cuarto lugar, está la responsabilidad de la seguridad del evento y de la policía, que no fueron capaces de gestionar la situación y evitar que llegara a actos de vandalismo y violencia. Lamentablemente, es demasiado conocida el terrible estado en que se encuentra la seguridad de los eventos en Cuba, y esta es la prueba más reciente.

En último lugar, y no menos importante, está la responsabilidad de las personas que decidieron que la violencia era la solución a su frustración. Es completamente entendible que se sintieran estafadas, esperaban encontrar un pequeño respiro en un contexto asfixiante y de repente se les negó lo único que podían controlar, su capacidad de vivir la fiesta. Pero, definitivamente, la violencia nunca debió ser el camino. 

La agresión a Charly & Johayron y su equipo no es un caso aislado; hace unas pocas semanas, Katia Naranjo, vocalista de la Original de Manzanillo, fue atacada durante un concierto de la agrupación en Morón, Ciego de Ávila, en el que la cantante recibió el impacto de una botella que le provocó serias heridas en el rostro. Además de las evidentes carencias en materia de seguridad, vale la pena reflexionar sobre las causas por las cuales la población cubana, de por sí bastante incondicional con sus ídolos, ha actuado de esta manera hacia los artistas. Especialmente, debemos pensar por qué los ánimos están tan caldeados y por qué las personas sienten que la violencia es la respuesta. Lamentamos y reprobamos este y cualquier otro acto de violencia, y esperamos que todas las partes involucradas tomen conciencia de su responsabilidad en la sucesión de eventos que desencadenaron este triste hecho.

foto de avatar Magazine AM:PM Revista cubana de música, sin distinciones de géneros o geografías. Más publicaciones

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  1. Geovanys García dice:

    Muy de acuerdo con el artículo..

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