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Reseñas Blychy, detalle de la portada. Blychy, detalle de la portada.

Blychy / El Taiger

El Taiger canta masticando chicle. No es un gran cantante ni un gran rapero ni tiene una gran proyección escénica. Es gordo, grande, tatuado, coqueto. Es simpático y un gran presuntuoso. De pie, junto a la banqueta donde canta, un hombre con un trapo le recoge el sudor.

En el Mío & Tuyo había cien personas. Hacinadas allí, pagando tragos. Era más de la una de la mañana y él había volado de Miami directo al bar para su peña fija, que cuesta 30 CUC la entrada. Llegó en un auto blanco con enguatada y botas de cuero; la seguridad hizo el protocolo de escoltarlo hasta adentro. Tocaba esa vez con una bandita divertida que sonaba todo idéntico, quiero decir, la única diferencia entre Súper bien y El hilito rojo, dos de sus hits, era el riff de trompeta. En la banqueta meneaba los brazos y la barriga, pero estaba inmóvil. Pocas veces lo vi meterse adentro, gozar la música, me pareció que estaba cantando para salir de eso. Que estaba loco por irse.

El cansancio del vuelo, pensé, un día malo, cualquier cosa, no sé. Pero ese día confirmé la impresión que me da siempre. Que El Taiger canta para salir de eso. Para matar y salar, como se dice.

Desde que entró a Los 4, en 2007, me molestaron sus estrofas torpes, estrofas de relleno, por debajo de la calidad de las de Jorge Jr. Nunca me pareció buen sustituto para Eduardo Mora, fundador de Eddy K, aquel grupo mítico que se volvió Los 4 después de que Eduardo y DJ Tony se quedaran en Estados Unidos. Entonces Jorge Jr. cambió a Tony por dos productores llamados Frank y El Metra y a Eduardo por El Taiger, que se hacía llamar El Príncipe.

Su flow, como hasta ayer, era monótono. La misma cadencia en una balada que en una tiradera. Salió de Los 4 a fundar Desiguales con Damián, voz melódica del grupo desde Eddy K, y se inventaron aquello del fachatón, que era reguetón fashion. Tuvieron éxito, se separaron. Damián se evaporó mientras El Taiger siguió teniendo éxito. Firmó con el sello puertorriqueño Rottweilas Inc., prestigioso por su estrella, el rapero Cosculluela. Colaboró con grandes exponentes de ese país —Ñejo, J Balvin, Bad Bunny. Llegó a cobrar 4 000 CUC por un featuring en la Célula Music. Y a las 12 de la noche del 20 de marzo de 2020 sacó su primer disco independiente, Blychy, “un nuevo comienzo”, según Vistar.

Blychy: deformación del verbo bleach (blanquear, emblanquecer), puede traducirse como blanquito, limpiecito; el mensaje está clarísimo: independiente soy, blanquito estoy. La portada lo reafirma: un colorido anuncio de detergente.

Blychy: 12 canciones: 38 minutos de reguetón —a veces con guitarra, a veces con palmadas de reparto. Producido completo por DJ Conds, veterano del género, que repite con El Taiger después de producir su anterior álbum, Amén, en 2019.

No es musicalmente pretencioso. Es un disco de fórmulas. Lo deja claro desde el tema Blychy, track dos, que está para “culito y plata”. Y esa sinceridad me gusta tanto. “Ya me cansé —afirma—/ me llené la mano, me la endiamanté./ Ya me cansé/ porque nadie me dio la corona, yo me coroné”.

Facturar y pegarse siempre ha sido, como la de cualquier reguetonero, la filosofía de El Taiger. Cuando se pegó Harryson, en 2016, con Ona Ona, allá fue a hacerle un remix. Harryson me contó: le dijo a El Taiger que podían hacer un tema nuevo, o cualquier otro, pero él insistió en que tenía que ser Ona Ona. Y así lo hicieron. En 2018, boom de Negrito, Kokito y Manu Manu, sacaron juntos Verdaderamente. Y poco después, en pleno auge de El Kamel, regrabaron La Win2, cuyo original estaba firmado por El Kamel y Jonathan Flow. Hace menos de un mes, cuando más suenan Titico & Kn1 One en Estados Unidos, sacaron el remix de El palo aquí mismo, último hit del dúo.

En Blychy colabora con artistas promesa: Chucho Flash, El Rojo, The Yabo. Y con otros que son palo seguro: Yomil y El Dany, Lenier Mesa. Según una encuesta en su canal de Telegram, Tiza x Borrador feat. Yomil y El Dany es el tema más popular del disco (1 334 votos; 39 %). Le siguen Bajo cero (1013; 29 %) y Amores feat. Lenier y Nesty (209; 6 %).

Algo me gusta particularmente de Blychy y es esa seguridad y tranquilidad de El Taiger. Canta cómodo. Ya no recita esas estrofas torpes sino que las escribe exactamente para su voz y para sus pulmones; voz que de vez en cuando se le rompe y logra un matiz, una voz con confianza para hacernos los mismos cuentos siempre: respeto, desamor, vine de abajo, amor, competencia, money, mucho money.

Blychy no marca nada ni rompe con nada ni será histórico. Le servirá a su autor para conservar su estatus en el mundillo, para tener canciones que estrenar y para culito y plata. No le hace un gran cantante ni un gran rapero. Lo deja simpático: “Cuál es la guariconfianza/ deja la pesadez y la malacrianza”. Y presuntuoso: “Los demás son música, yo arte”; “Todavía no ha nacido uno como yo”.

Escucha Blychy acá.

 

Jesús Jank Curbelo Reportero de Periodismo de Barrio. Columnista en El Toque e Hypermedia Magazine. Ha publicado Los Perros (novela, 2017). Más publicaciones

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