
Añoranza por el puerco
Hoy, cuando el déficit de la producción porcina en Cuba es evidente y por tanto el mamífero nacional se ha convertido en un lujo en la mesa y los campos cubanos, queremos recordar esos tiempos de bonanza en los que el pan con lechón era un invitado plenipotenciario del carnaval y la yuca se hacía acompañar con las tan deliciosas empellitas. Lo hacemos como mejor sabemos: y es que en la isla del puerco asado y el arroz congrís, al menos hasta hace unos años, la música encontró diversas maneras de rendir pleitesía al animalito que ha acompañado cuanta cena de Nochevieja alberga nuestra memoria colectiva.
Así, con la boca hecha agua, damos play a este puñado de canciones, que le cantan al cerdo como el rey absoluto de la culinaria cubana. Resulta extraño que, por más que buscamos, algunos géneros musicales se resisten a incorporarlo a sus composiciones —¿para cuándo un hit del rock cubano dedicado al tema?—; sin embargo, acá va una selección variopinta que nos pondrá a salivar.
Lechón y bachata / Comp. Luis Martínez; int. El Conjunto Chappottín
Una surrealista afirmación arranca este tema:
“— ¿Es posible comer hoy el lechón, y matarlo mañana?”.
“— ¡Es posible!”
Se trata de un son sabroso que interpreta el inconfundible Miguelito Cuní junto a la no menos inconfundible trompeta del Conjunto Chappottín. Una celebración de las bondades de la gastronomía criolla, bordadas sobre un montuno como solo los sabía hacer Luis Martínez, cuyo piano custodia toda esta pieza de su autoría.
Tarareo del puerquito / Comp. Augusto Blanca; Int. Augusto Blanca y Rosy Rodríguez
Parece que hay guateque en el corral. El anfitrión es un puerquito que, según nos cuentan Augusto Blanca y Rosy Rodríguez, está solo y sin orquesta; aunque pronto todos en el campo se ofrecen a ayudar en la fiesta. El tema, que pertenece al disco Tarareos para Isabella de la casa discográfica Colibrí, devuelve al imaginario infantil a ese animalito tan característico de los campos cubanos.
Se aleja el lechón / Comp. Rafael Ortiz; Int. Conjunto Gloria Matancera & Rafael Ortiz
Esta grabación del siglo pasado tal parece haber sido compuesta en nuestros días. El Conjunto Gloria Matancera —una de las agrupaciones de mayor trayectoria dentro del son cubano, fundada como septeto en 1927 por Juan Manuel Díaz Clemente— nos anuncia que se aproxima Nochebuena, pero se aleja el lechón. Para colmo de penas, la yuca está dura y se acabó el carbón. ¿Les suena? Custodiados por las florituras de Aurelio Hernández en la trompeta, nos adentramos poco a poco en las calamidades alimentarias y festivas de una época que, para tristeza nuestra, se repite en la actualidad.
Amarra el lechón y vamos / Comp. Leopoldo Ulloa; Int. Los Compadres
Con el típico punteo de la puya en el tres de Reinaldo Hierrezuelo comienza este tema; uno de esos en que, desde los primeros acordes, ves venir la sabrosura… En este caso el son trata del robo de un lechón, algo al parecer bastante habitual en los campos de Cuba… No nos queda muy claro si los que cantan han formado parte del hurto y sacrificio, o si tienen prurito de comerlo, justamente porque el puerco es mal habido. A nosotros nos gustaría saber qué pensarían Los Compadres del precio actual del lechón, porque sospechamos que el rol de ladrón correspondería a otros personajes de la cadena.
Pan con lechón / Pedro Luis Ferrer
Pocas cosas hay más gustosas que un pan con lechón bien hecho, con su cebolla, su mojo y su grasita. En este son oriental (¿o es su pariente, un nengón?) se degusta acompañado como es debido: con música; pero por mucho que el coro persista en ese clásico de la comida “ligera” nacional, se entremezclan en las improvisaciones la cerveza, el tasajo, el boniato sancochado y el plátano frito, en una ambrosía que, definitivamente, no deberíamos escuchar con hambre. Un tema de 2014 en el que Pedro Luis da evidencias de cuánto le gusta hacer música, cocinar y comer.
Lechón y guanajo / Julio Cueva y su Orquesta
La de Julio Cueva es una de esas vidas que da para una novela. Trompetista notable, su nombre no puede faltar cuando se piensa en los músicos que le dieron forma al sonido del son. En este divertido tema establece un imaginario diálogo entre dos de los favoritos de la mesa criolla, el lechón y el guanajo, en donde el primero celebra los despreocupados placeres de la vida que se goza sin trabajar… hasta que le llega su hora. Escuchar a Puntillita en todo su esplendor cantando esta canción es una bendición que cualquier amante de la música cubana, agradece.
A comer lechón / Comp. Walfrido Guevara; Int. Cheo Marquetti y su Sexteto Típico
Si es Nochebuena en Cuba, entonces hay que comer lechón. Al menos así lo suponía en su momento Cheo Marquetti, uno de los soneros más talentosos no solo por su voz melodiosa sino por las dotes de improvisador que músicos y público llegaron a reconocer en él. Desafortunadamente hoy es solo recordado por un grupo selecto de conocedores del son cubano.
Mamífero nacional / Buena Fe ft. Eliades Ochoa
Los de Buena Fe trajeron hace unos años, en plan guaracha, una propuesta: declarar al puerco mamífero nacional. Si hay ave, flor y árbol nacional, qué impide, argumentan, esta justa declaración patrimonial. Para ilustrar su solicitud, se hacen acompañar de Eliades Ochoa y un simpático videoclip en el que, mezclando técnicas que incluyen el stop motion, hacen un breve currículum vitae del ilustre candidato.
El rabito del lechón / Comp. Senén Suárez; Int. La Tumbita Criolla de Mongo Rives
El tres hace sus galas en este tema donde, inevitablemente, es protagonista. Y cómo no iba a serlo si detrás suyo está el gran Mongo Rives, el Rey del Sucu Suco, símbolo indiscutible de la música tradicional cubana. En este sencillo, el quinteto La Tumbita Criolla, fundado por el isleño en 1945, hace una oda a esa delicatessen que es el rabito del cerdo, sobre todo cuando está bien crujiente. “Pan, panadero, quiero pan”, cantan los del sucu suco, luego nos aseguran que comerán lechón hasta que amanezca el día.
El puerquito en la yuca / Comp. Miguel Matamoros; Int. Trío Matamoros
Esta es una de las composiciones que nos dejó el legendario Ciro Rodríguez (uno de los tres Matamoros), en una suerte de mini crónica sobre un “puerco vivo” intruso y, en consecuencia, objeto de caza. La música cubana por lo general se deleita con los placeres de la carne y sus sabores, pero aquí tenemos al animal haciendo de las suyas en una plantación de yuca.
Chicharrones / Compay Segundo
A los chicharrones —sin dudas, el plato más representativo del sabor que nos ocupa— le canta Compay Segundo en esta pieza con el estilo oriental y afortunadamente minimalista que mantuvo hasta el final de sus días. Porque no solo se trata de saborear sino también del placer de su preparación, de los métodos, y de cómo, según los cocineros y este legendario trovador, la vista y el paladar son inseparables a la hora de degustar.
El Corral / Chocolate MC
Probablemente no se haya compuesto en este siglo una canción más divertida e inteligente dedicada a este noble animal. Con esa genialidad jíbara que le caracteriza, Chocolate MC traza un retrato amenazante para todos aquellos marcados por el sino de la muerte anunciada. El rosario de formas que existen de sacrificar al cerdo le sirve al Choco para recordarnos, en clave de reparto, que sí, memento mori, pero algunos tienen su muerte fijada sin escape, desde el nacimiento.