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Artículos Foto: Cortesía Vistar Magazine. Foto: Cortesía Vistar Magazine.

Síntesis, la física nuclear y una sesión de psicoanálisis para X Alfonso

Arte y ciencia serían, según el marxismo, dos formas de la conciencia social. Lo cierto es que tienen más interacciones de lo que la mayoría imagina. Mi cerebro tiene un gusto especial por descubrir sus concurrencias y, a propósito del disco Ancestros Sinfónico (FacMusic, 2022), dos tesis llevan días dándome vueltas. 

Tesis # 1: La familia Alfonso Valdés, esa banda que trascenderá como una de las matrices más brillantes de la música cubana, es un fenómeno no solo musical, sino también de la física. 

Tesis # 2: X Alfonso tiene una pulsión, una fuerza inventiva que, según las leyes del psicoanálisis, podría ser peligrosamente devastadora si no estuviera encaminada, por suerte, hacia la imaginación y la belleza. 

Conjeturas al fin, intento demostrarlas con razonamientos. 

Según he leído, “la fusión nuclear es el proceso por el cual varios núcleos atómicos de carga similar se unen y forman un núcleo más pesado. Es un proceso que libera una cantidad de energía enorme”.  

Díganme ustedes si esta descripción, de algo aparentemente tan lejano al arte como es un proceso de la física, no es exacta para lo que sucedió cuando se conocieron en 1971 Carlos Alfonso y Ele Valdés. Incluso, tratándose obviamente de dos “átomos” (Carlos y Ele) con carga “positiva”, al principio Ele lo repelía, hasta que finalmente, encajaron, podemos decir que se fusionaron. Lo impensable entonces era que este vínculo azaroso, este enlace del tipo “aleteo de mariposa”, esta alianza fortuita, fuera a traer tantas alegrías a la música cubana y a sus públicos. 

De lo que fueron haciendo y proyectando primero por separado y luego juntos, de sus interacciones con nombres hoy muy relevantes en la historia de la música cubana como Luis Carbonell o Pedro Luis Ferrer, han contado mucho ellos mismos en entrevistas, como las que dieron para el programa Con dos que se quieran. También puede leerse bastante sobre la primera etapa de esta unión, musicalmente hablando, en la entrada que Rosa Marquetti dedicó al cuarteto Tema 4 en su blog Desmemoriados. Los conmino a revisitar esos valiosos materiales, lo que me permite dar un salto de 15 años, mencionando al paso que, este eje de dos seres medulares dio lugar al grupo Síntesis en 1976, pero a ratos amalgamando al núcleo central —vigoroso en sí mismo—, otros elementos físicos potentes (Amaury Pérez, Gonzalito Rubalcaba, José María Vitier, Ernán López Nussa, por solo mencionar algunos). 

Contraportada de Ancestros Sinfónico. Diseño: X Alfonso.

Contraportada de Ancestros Sinfónico. Diseño: X Alfonso.

Si bien Irakere, fundado en la década anterior, había conseguido poner a escuchar y bailar al país entero, actualizando lo afrocubano con herramientas de la rumba y el jazz desde la propia espiritualidad de algunos de sus integrantes, Síntesis hizo el viaje a los orígenes. En la mochila, además de la trova, se llevaron al pop y al rock sinfónico, para mezclarlos magistralmente con los cantos, ritmos y melodías rituales que fueron aprehendiendo mediante un respetuoso y cada vez más riguroso acercamiento.

Cuando Carlos y Ele, después de haber grabado con un temor casi herético Asoyín y Mereguo para su anterior álbum, decidieron adentrarse seriamente en los espacios rituales de la cultura yoruba y la religión afrocubana para dar a luz en 1987 el primer Ancestros, Equis Alfonso tenía 15 años. Habiendo vivido la experiencia de maternar en Cuba, cuesta imaginar qué reservas de energía creativa tenía cada uno de ellos y ambos de conjunto, que les permitieron criar a un adolescente —problemático de manual en este caso— y a una aún bebita Eme Alfonso, mientras su curiosidad musical y su pasión por el emprendimiento estaban a punto de provocar una nueva explosión en la música cubana. Aquellos cantos litúrgicos de nuestros ancestros africanos traídos a la contemporaneidad, con el uso intencional de herramientas musicales muy novedosas en ese momento, dio lugar a una música de una potencia deslumbrante. 

Claro que otras trascendentes entidades funcionaron como activadoras del proceso: el akpwon Lázaro Ross, la multi instrumentista y arreglista Lucía Huergo, la productora Ana Lourdes Martínez o el ingeniero de sonido Jerzy Belc Jurek, El Polaco

La onda expansiva de Ancestros transcurrió desde entonces entre éxitos, premios y giras; mientras los hijos crecían a su vez entre consolas de sonido, ensayos y bambalinas. En los años 90, Síntesis se convirtió en la banda preferida de muchos cubanos mientras X se escapaba con frecuencia del conservatorio, donde se aburría, pero respiraba música en casa y en esa agrupación en la que cada vez fue teniendo un rol más importante, ahora junto a ese otro discreto y valioso componente llamado Esteban Puebla. 

Todos queríamos más de aquella sustancia… Llegaron Ancestros 2, luego Orishas… pasaron nuevos cantantes e instrumentistas por el grupo. Para entonces, ya X y Eme se habían fundido a su vez en aquel núcleo primario, aportando y haciendo crecer no solamente la familia sino la fuerza musical que traía consigo. Absorbiendo, expandiendo, ampliando… 

“En el proceso de fusión nuclear”, sigue diciendo el diccionario de la física, “cuando los núcleos se hacen más grandes, debido a la fuerza electrostática, la energía por cada nucleón aumenta sin límite posible”.  

Es lo que, sin duda alguna, le ha sucedido a Eme. De corista de Síntesis a una preciosa carrera en solitario como intérprete, sin abandonar el grupo matriz, a compositora, arreglista, productora, gestora cultural y líder de Havana World Music, uno de los eventos con más swing y concepto de todos los que tienen lugar en el país. 

Por su parte, lo que hará X Alfonso durante el siglo XXI con todo ese vigor musical acumulado, con toda esa potencia explosiva ya encaminada artísticamente, es, además de harto conocido por los que hemos tenido la suerte de ser a la vez sus coetáneos, fácilmente rastreable en internet y demasiado abarcador para detallar aquí, sin abusar del lector.  

Pero —y he aquí el segundo punto que debo intentar probar— justamente cuando ya imaginábamos que lo había echado todo afuera, que ya no necesita demostrar nada más —ni siquiera a sí mismo— porque ha quedado claro para todos que es una especie de Rey Midas, cuando pensábamos que podía quedarse tranquilo a disfrutar de sus glorias y del resultado de sus increíbles ideas, cuando pensábamos además que Ancestros era insuperable… X decide retomar aquellas obras y elevarlas a un nuevo escalón, sublime tanto por su valor estético como por su capacidad para emocionarnos. 

La sublimación, además de pertenecer también como proceso a la física (por ejemplo, es el que provoca la cola de los cometas), es un concepto en el psicoanálisis. “Es la forma de encauzar las pulsiones perjudiciales hacia comportamientos constructivos, de ʽcanalizar’ las energías dotándolas de un fin productivo, creativo en este caso. Es un mecanismo de defensa, pero, a diferencia del mecanismo de defensa que ocasiona las guerras, la sublimación indica la madurez del sujeto para aliviar sus tensiones, creando”.

Imaginemos a X Alfonso, el niño inquieto, el adolescente alborotador, el joven fogoso, el adulto emprendedor, encerrado en Europa durante toda la pandemia, solo con su esposa y su niña pequeña, sin otra interacción adicional posible, más que las que le permite una computadora conectada. Imaginemos a este ser con una concentración energética brutal, una persona que es en sí misma la fusión de todos los núcleos, elementos y entidades musicales que aquí han sido mencionados, espoleado además por esa chispa exaltada llamada Leo Brouwer que, desde la distancia lo azuza, lo estimula… Imaginemos a ese hombre a punto de convertir toda la experiencia vital que acumula en una detonación muy intensa, en una explosión creativa en todas direcciones… 

Ese magnífico estallido es Ancestros Sinfónico.  

foto de avatar Darsi Fernández Hyperlink con figura humana. Tiene mala memoria solo para lo que le conviene. Sueña con jubilarse a leer. Más publicaciones

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